Carles Puigdemont ha aguado la fiesta a Salvador Illa en el que estaba llamado a ser el día más especial de su trayectoria política por su investidura hoy como president de la Generalitat de Catalunya. El expresident catalán y líder de Junts anunció ayer que iba a cumplir su palabra y regresar a Catalunya para intentar participar en el pleno del Parlament que debe designaral nuevo jefe del Ejecutivo. Sin embargo, el retorno de Puigdemont y su previsible detención puede hacer saltar por los aires el pleno de investidura y, en consecuencia, Illa tendrá que esperar unos días para su coronación.

El foco de atención y la expectación está centrado en Puigdemont, y no en Illa como debiera serlo en puertas de su elección como president. El candidato del PSC ha superado todos los escollos, desde las elecciones del 12 de mayo en las que fue claramente la fuerza vencedora, hasta el apoyo muy sudado de ERC para su investidura. De este modo, cuenta con la preceptiva mayoría absoluta (situada en 68 escaños, justo los que tiene con el apoyo de republicanos y de los Comuns).

Sin embargo, nadie habla de Illa y todo el mundo mira los movimientos de Puigdemont. El dirigente de Junts y jefe de la oposición en el Parlament está desaparecido. Nadie conoce su paradero, pero ha hecho visible en las últimas horas con un vídeo en el que anuncia que ha iniciado su regreso a Catalunya, tras casi siete años huido en Waterloo (Bélgica), perseguido judicialmente por convocar el referéndum del 1 de octubre de 2017. El expresident catalán insiste en su intención de asistir hoy al debate de investidura de Illa y asume que su detención será “una posibilidad real en muy pocos días”, seguramente hoy mismo si se presenta en público, como es su intención declarada.

Entrar en el Parlament

En cualquier caso, Puigdemont tiene la firme intención de entrar en el Parlament catalán y ejercer su derecho a voto, aunque parece poco probable que lo pueda hacer porque lo más probable es que sea detenido. 

El Parlament de Catalunya ha convocado a todos los diputados al debate de investidura del próximo president de la Generalitat. “Yo tengo que estar allí y quiero estar allí. Por eso he empezado el viaje de vuelta desde el exilio”, subraya en el vídeo colgado en la red social X. Considera que su asistencia al hemiciclo “debería ser normal” y que por hacerlo se arriesga a un arresto “que sería arbitrario e ilegal”. Por ello concluye que se trata de una “anomalía democrática que tenemos el deber de denunciar y combatir, no porque seamos independentistas, sino porque somos demócratas”.

Para Puigdemont esta situación supone un “desafío que debe tener respuesta”, razón por la que asegura haber tomado la decisión de tomar el camino de regreso a Catalunya. Además, se muestra convencido de que “no hay otro camino para la normalidad democrática que el fin de la represión política, un final que está contemplado en la letra y el espíritu de la Ley de Amnistía”.

“En una situación de normalidad democrática, anunciar la asistencia de un diputado como yo sería innecesario e irrelevante, pero la nuestra no es una situación normal”, indicaba al respecto sin dar pistas de cómo, cuándo y dónde se producirá su llegada al Estado español. 

Sin rastro de Puigdemont

No hay señales de dónde puede estar Puigdemont. Solo especulaciones. Algunas apuntan a que está en la Catalunya francesa, donde ha frecuentado para algunos mitines electorales y algunos encuentros con políticos. Nadie le ha visto salir tras su anuncio de regreso dando pie a múltiples especulaciones sobre el lugar en el que se encuentra. Hay quienes dan por hecho que se encuentra en el sur de Francia, donde se instaló durante la campaña electoral de las elecciones catalanas. Otras voces aseguran que ya cruzado la frontera y se encuentra en algún lugar de Catalunya. 

También se han hecho muchas cábalas sobre su estrategia para acceder al Parlament y participar en el pleno de investidura. Desde la más descabellada que se refiere a la existencia de túneles secretos o que cruzará la puerta de entrada camuflado, hasta la que plantea que llegará al acceso a la sede legislativa a la espera de ver qué hacen los Mossos d’Esquadra, que en tanto que policía judicial es la única que podría actuar sin saltarse la inviolabilidad del Parlament, situación esta que no está muy clara.

Acto de bienvenida

Mientras tanto, Junts ha convocado un acto de bienvenida junto al Parlament en el paseo Lluís Companys, cerca de la cámara y delante de la sede del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya. Está previsto que se celebre justo antes de que, a las 10.00 horas, se inicie el debate de investidura de Illa, aunque si Puigdemont fuese detenido fuentes parlamentarias dan por hecho que el pleno sería suspendido por el presidente de la cámara catalana, Josep Rull.

Esta posición cuenta con el respaldo de Junts pero también la asumen ERC y el PSC, por lo que si se confirma la detención de Puigdemont todo apunta a una suspensión o aplazamiento del pleno de investidura. En este punto, se abren varios escenarios y fechas posibles. Los tres partidos que apoyan la investidura quieren solucionar el trámite en unos pocos días, incluso convocado un pleno de investidura este mismo sábado o a principios de la semana que viene. Sea como sea, tienen como plazo máximo hasta el 26 de agosto, fecha a partir de la cual si no hay president electo habrán de repetirse las elecciones, el próximo 13 de octubre.

El juez Llarena

En la vertiente judicial también son varias las incógnitas que se ciernen en el caso de que sea arrestado. El juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, mantiene la orden de detención de Puigdemont por malversación de caudales públicos en el referéndum del 1 de octubre. Considera que este delito no entra en la recién aprobada Ley de Amnistía y, por tanto, podría ordenar su arresto preventivo o podría poner en libertad con una citación judicial. Se espera que cualquiera de las decisiones las adopte en un plazo breve, lo que facilitaría que la investidura pudiera hacerse en los próximos días.