Lo que arrancó como el descubrimiento de los tejemanejes de su asesor en tiempos de pandemia ha derivado ya en el caso Ábalos y, por extensión, en el estallido interno en el PSOE y una muesca más en la debilidad política que se cierne sobre Pedro Sánchez. El exministro se ha negado a renunciar a su acta como diputado y, en aras de defender su “honorabilidad” y, cómo no, su aforamiento, ha preferido engrosar la nómina del Grupo Mixto al tiempo que desde Ferraz se le ha abierto expediente y suspendido de militancia para “salvaguardar la imagen” del partido. Tras el ultimátum de 24 horas que le dio su formación de toda la vida para que entregase su escaño por “responsabilidad política” en la trama coliderada por su asistente Koldo García –que se habría beneficiado de mordidas en contratos de compra de mascarillas durante la crisis sanitaria–, José Luis Ábalos ha redoblado su pulso al no dar un paso al lado. “No puedo rendirme. Si yo renunciara en este momento se interpretaría como signo de culpabilidad y solo provocaría mi estigmatización no solo política sino personal. Sé lo que es ser un apestado político”, ha argumentado el exdirigente socialista, sintiendo que se enfrenta “a todo el poder político, de un lado y otro. Estoy solo”.

La decisión de aferrarse a un billete en el gallinero del Congreso la ha adornado el extitular de Transportes con un ramillete de sentencias lapidarias donde no ha faltado un obús a la línea de flotación de la marca que encabeza Sánchez. “Me hubiera gustado tener el beneficio del compañerismo”, ha espetado, sin profundizar en la autocrítica y utilizando en todo momento el escudo judicial. “No estoy acusado de nada, ni formo parte de la investigación en curso”, ha subrayado respecto a las diligencias de la Audiencia Nacional mientras afirmaba sentirse todavía abrumado interiormente porque nunca podría haberse imaginado estar “fuera de las siglas del PSOE”. Entre el enojo y la emoción, Ábalos ha asegurado haber hecho caso a quienes le han pedido que “no se rinda” y mantiene no haber sacado provecho de “ningún enriquecimiento ilícito”, de forma que “no tengo necesidad de invocar el principio de inocencia”. En este sentido, deja el caso en manos de la Justicia y apunta al hecho de que la querella destaca que el procedimiento de contratación de compra de mascarillas fue correcto cuando él ejercía como responsable del departamento.

'Recado' a Sánchez

El veterano político admite como “drástico” el paso adoptado censurando a quienes le reclamaban la dimisión por motivos “éticos”. “Apelan a una supuesta ética pero no tienen en cuenta cómo repararlo si hago un sacrificio público. ¿Cuál sería la reparación y quién se acordaría de repararlo?”, se ha preguntado tras haber superado previamente horas “muy turbias” en las que, según su versión, no ha podido establecer una relación con su partido antes de embarcarse en el Grupo Mixto junto a Podemos, BNG, UPN y CC. En una comparecencia sin preguntas, y aunque no le ha mencionado, se dirigió a Sánchez y a su ausencia de respaldo todos estos días después de haber contribuido a formar un gobierno progresista y tras haber “servido como ministro a España”. “Y habiendo ayudado como secretario de organización para cohesionar la militancia en tiempos complejos tras la primarias de 2017”, ha recordado Ábalos, cargando contra el PSOE por “rendir tributo a la derecha” al querer “echarle por la puerta de atrás”. 

“Ser exigentes en la respuesta frente a la corrupción no es actuar a espasmos al dictado de quienes más han hecho por ocultarla. Eso no va a impedir que la derecha siga con su cacería, más allá de mi persona”, ha afeado, para reiterar: “No puedo acabar mi carrera política como un corrupto cuando soy inocente” en un clima que tildó de “ambiente artificioso”. “No puedo complacer a quienes practican este estilo y estas estrategias soterradas. Tengo que defenderme a todos los niveles, por mí y para evitar que estas estrategias que construye la derecha en la política y en los medios cobren fuerza y se instalen en la sociedad y arrollen ciertas posiciones acomplejadas de la izquierda”, se ha justificado. “Vengo solo en mi coche. No tengo secretaria. No tengo a nadie detrás ni al lado. ¿Quién me lo va a decir? Soy un mero peón que se inserta en una lucha política sin reglas. Ojalá también asistir al final de esta partida, obligando a que quienes ahora pretenden echarme a la calle tengan que mirarme a la cara”, ha resumido.

Reproches desde Ferraz

Desde el PSOE, en el escrito suscrito por el secretario de Organización, Santos Cerdán, se refleja además que Ábalos ha incumplido varios artículos de los Estatutos Federales que prevén sanciones contra quien falte a los acuerdos o resoluciones de los órganos del partido. Fuentes socialistas ven con pena la situación pero creen que el exministro se equivoca al intentar defenderse sin pensar en el colectivo y que era prioritario actuar de forma rápida y tajante para cumplir con las exigencias de ejemplaridad, “aunque a veces la política sea cruel”. “Es un día muy triste”, ha reconocido el portavoz en la Cámara baja, Patxi López. Por su parte, el ministro de Transportes, Óscar Puente, cree que la posición de Ábalos no es “coherente” con su trayectoria e insistió en que tiene una “responsabilidad política” por haber elegido a Koldo García como su asesor y no haberle vigilado. “Un buen socialista, y yo no tengo ninguna duda de que José Luis lo es, no puede irse al Grupo Mixto, tiene que tomar una decisión que esté a la altura de su trayectoria como político y esta desde luego no lo está”, ha remarcado, poniendo el ejemplo de Josep Borrell, quien renunció a ser candidato a la presidencia del Gobierno tras haber ganado unas primarias después de que se supiera que dos personas de su equipo en Catalunya habían cometido actos ilícitos. “Nadie le vio como un corrupto”, al contrario, “esa decisión le engrandeció”, ha evocado.

 

“Cuando uno elige a quién le rodea, y cuando además a esas personas a las que elige las tiene tan cerca, tiene una responsabilidad absolutamente ineludible”, ha desbrozado Puente, poniendo de relieve que el propio Ábalos admitió que muchas personas le advirtieron sobre quién era Koldo García, lo cual le deja en una “posición más difícil” a la hora de eludir esta responsabilidad, dado que “no tomó decisiones”. Al PSOE solo le queda evaluar los daños.