Hace 26 años un grupo de personas que, por diferentes motivos, se vieron privadas de libertad y coincidieron en el centro penitenciario de Martutene, crearon una entidad para favorecer la reinserción y resocialización de este colectivo.
Su labor fue el germen de la asociación guipuzcoana Arrats, premiada este lunes por la tarde con el galardón Gómez Elósegui a las buenas prácticas penitenciarias. La entrega de este reconocimiento ha tenido lugar en el marco de la celebración del primer Mandela Eguna organizado por el Gobierno vasco.
Modelo propio
El acto, presidido por el lehendakari, ha contado con una amplia representación – más de 200 personas- compuesta por quienes participan y se encuentran implicados en la vida penitenciaria. Urkullu ha recordado que, precisamente, se acaban de cumplir dos años del traspaso de la gestión de los centros penitenciarios a Euskadi. ”Un traspaso querido, porque el autogobierno es una herramienta para el bienestar y, porque la reeducación y la reinserción mejoran cuanto más integradas estén en el medio al que pertenece la persona penada”, ha subrayado.
El lehendakari también ha aprovechado para dedicar unas palabras al colectivo de funcionarios y funcionarias que trabajaron “en los centros penitenciarios vascos en los años de terrorismo”.
Este reconocimiento tiene, además, su reflejo en el nombre del galardón al recordar a Francisco Javier Gómez Elósegui, psicólogo y funcionario de la cárcel de Martutene, asesinado por ETA en 1997 cuando salía de su domicilio para dirigirse al trabajo.
Homenaje y recuerdo
En los primeros compases del acto se ha guardado un minuto de silencio en señal de homenaje y recuerdo a los funcionarios de prisiones asesinados por ETA tanto en Euskadi como en el Estado. La consejera de Justicia y Políticas Sociales Nerea Melgosa, también se ha dirigido al personal penitenciario: “Os habéis jugado la vida por una sinrazón. Fue injusto y así debe ser reconocido”, ha remarcado.
Por otro lado, se ha referido a cómo se ha ido materializando el traspaso de la competencia en materia de prisiones. “Sabíamos que no iba a ser fácil, pero la gestión cercana va dando sus frutos. Ni caos ni incendios ni atascaos; nada de lo que anunciaban los agoreros y siguen aireando interesadas voces catastrofistas”, ha sentenciado.
La consejera de Justicia y Políticas Sociales ha avanzado que “muy pronto verá la luz” el informe elaborado por el Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe de la Universidad de Deusto, por encargo de la Dirección de Derechos Humanos, Víctimas y Diversidad del Gobierno vasco. Un documento que servirá para retratar el sufrimiento padecido por el personal de prisiones durante los años de “terrorismo y presión de ETA”.
Segundas oportunidades
El I Mandela Eguna ha congregado, en el centro Tabakalera de Donostia, a una nutrida representación de personas y colectivos sociales ligados al ámbito penitenciario. Desde funcionarios y funcionarias de las cárceles de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa, internos de dichos centros, personal de los servicios penitenciarios, así como del departamento de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales.
Ante todos ellos el lehendakari ha reivindicado un modelo penitenciario “con características propias”, basado en el respecto a la dignidad de las personas condenadas y su “acompañamiento hacia la más rápida reintegración social”.
Con todo, ha reconocido Urkullu, “en cierta manera” la política penitenciaria vasca está “condicionado por lo dispuesto en la legislación estatal penitenciaria y penal”. Sin embargo, ha enfatizado, “dentro de la legislación vigente, podemos orientar la planificación y ordenación de la Administración penitenciaria”.
En este punto, ha sostenido, el Gobierno vasco impulsa un modelo propio basado en “el respecto a la dignidad de las personas condenadas y en su acompañamiento hacia la más rápida reintegración en la sociedad”. Este último, prioridad para el Ejecutivo. De hecho, tanto Urkullu como Melgosa han destacado la importancia y la necesidad de dar segundas oportunidades quienes en algún momento dado se ven privados de su libertad.
Citando las palabras del propio Nelson Mandela, el lehendakari ha recordado que ser libre “no es solo deshacerse de las propias cadenas, sino vivir de una manera que se respete y mejore la libertad de los demás”.
Aukerak
Tras la transferencia de prisiones a Euskadi, para impulsar actividades y talleres que den empleo a las personas reclusas, nacía Aukerak. En un vídeo proyectado durante el acto, el director de este organismo Carlos Roy ha desgranado que además de impulsar la ocupación durante el cumplimiento de la pena, diseñan itinerarios basados en las habilidades e inquietudes de cada persona.
“Hay dos tipos de talleres: unos gracias a acuerdos con empresas externas y los talleres de servicios”. En estos últimos, ha ensalzado, los propios internos prestan servicios básicos del día a día" de la cárcel.
Asociación Arrats
Otro de los grandes protagonistas de la tarde ha sido José María Larrañaga, presidente de la asociación galardonada Arrats. Ha relatado cómo “tras salir de Martutene”, le “echaron un cable personas vinculadas a las ONGs y a la pastoral” que entonces trabajaban en el centro penitenciario.
“Nos dimos cuenta de que una vez la gente salía de prisión terminaba volviendo o era derivada a un centro psiquiátrico. Queríamos romper ese círculo vicioso”, ha explicado.
En 1999 abrieron una pequeña oficina en Pasai Antxo y de la mano de la Diputación de Gipuzkoa, ha recordado en otro de los vídeos proyectados durante el encuentro, abrieron varios pisos destinados a personas “en exclusión”. Un proyecto al que se suman otros más recientes, como un centro de día donde los “se les enseña informática, temas jurídicos, compran la comida y cocinan”.
Larrañaga lo define como “un centro puente” desde su salida de prisión hasta la integración social. “La idea es que empiecen a ver qué hay fuera, qué relaciones tienen y cómo puede ir integrándose”.
