El lehendakari ha ejercido este jueves de anfitrión de una cita académica de primer nivel, un congreso internacional con 80 institutos de derechos humanos de todos los rincones del mundo, organizado por la Universidad de Deusto, en Bilbao. Iñigo Urkullu tuvo nuevamente la oportunidad de presentar a Euskadi como un país especialmente comprometido con esta tarea tras décadas de dictadura, terrorismo y violencia. Y, en ese terreno, quiso lanzar un alegato en contra del olvido o de pasar rápidamente la página de lo sucedido. Aseguró que el proceso para curar las heridas sigue abierto, y que “jamás debemos olvidar” a las víctimas. En clave más internacional, alertó incluso del riesgo de retroceso en los derechos humanos en lugares como Nicaragua, tras la clausura de la Universidad Centroamericana bajo el régimen de Daniel Ortega, una decisión que denunció con dureza en el encuentro.
El lehendakari marcó posición en el discurso que pronunció para inaugurar la Conferencia de la Asociación Internacional de Institutos de Derechos Humanos (AHRI) 2023, La defensa de los derechos humanos en el punto de mira. Su apuesta por recordar a las víctimas y seguir dando pasos para cerrar heridas va en sintonía con la línea política desplegada desde el Gobierno vasco con la aprobación de la Ley de Memoria Histórica sobre la guerra civil y el franquismo; el reconocimiento de víctimas de graves vulneraciones de derechos humanos como Mikel Zabalza, muerto en 1985 tras su detención en el cuartel de Intxaurrondo; o la entrega de cuadernos de la memoria a familiares de víctimas de ETA cuyos casos siguen sin esclarecerse.
En su discurso, tras presentar a Euskadi como un país con una identidad y un sistema político propios pero con vocación de apertura, puso en valor la defensa de los derechos humanos “en términos de cohesión, justicia social, libertades democráticas, igualdad de oportunidades, sostenibilidad social y medioambiental; y protección de las personas más débiles y vulnerables”. “Somos un país especialmente sensible y comprometido con los derechos humanos. Durante décadas sufrimos la vulneración de estos derechos por parte de una negra y larga dictadura; también por los embates de la sinrazón y la injusticia del terrorismo y la violencia. Estas actitudes hace tiempo que no tienen cabida en Euskadi, pero todavía hoy continuamos en un proceso abierto. Tratando de curar poco a poco las heridas. Porque por mucho que avancemos, por mucho que sepamos que estamos viviendo otros tiempos, jamás debemos olvidar que algunas personas ya no están entre nosotras y nosotros”, defendió.
"Las víctimas recuerdan cada día a esa pareja, padre, madre, hijo o hija"
El lehendakari pidió que no se olvide que “las víctimas recuerdan cada día a esa pareja, padre o madre, hijo o hija que fue asesinada, que ya no está con ellas y con ellos”. “También las recordamos nosotras y nosotros. No os olvidamos. Sabemos que no estáis aquí porque así lo decidieron las y los intolerantes. Las y los asesinos”, recriminó. En ese sentido, alertó de que aquello que no se recuerda desaparece, y se comprometió a mantener “viva” la memoria de esas personas.
“Esta negra experiencia ha reforzado nuestro compromiso y nos reafirma en un modelo de convivencia anclado en la no violencia, en principios y valores éticos y democráticos, en la defensa activa, la protección y la garantía efectiva de los derechos humanos”, recalcó. A partir de ahí, reivindicó el Plan de Convivencia, Udaberri 2024, y que el Gobierno vasco convoca desde hace veinte ediciones un premio que lleva el nombre de René Cassin, “un vasco universal nacido en Baiona, el principal inspirador de la Declaración Universal de los Derechos Humanos”, y con el que han sido galardonados, entre otros, las abuelas de la Plaza de Mayo, Alec Reid o Desmond Tutú.
A modo de contrapunto, quiso alertar de los “tiempos difíciles” que se avecinan en materia de derechos humanos, y se declaró preocupado por la situación en Nicaragua. “Desde nuestro decidido compromiso observamos con preocupación el escenario real de riesgo y amenaza. La conquista histórica de los derechos humanos está hoy en peligro real de involución. Denuncio el reciente cierre de la UCA por el Gobierno de Nicaragua. Pongo en valor el trabajo y el compromiso histórico de la Universidad Centroamericana con los derechos humanos”, respaldó.
La conferencia
El evento internacional, organizado por el Instituto de Derechos Humanos Pedro Arrupe vinculado a la Universidad de Deusto, va a reunir hasta el sábado a unos 200 expertos. Su objetivo es reivindicar el papel de los defensores de los derechos humanos, poner la lupa en los peligros que están surgiendo en el horizonte, e intercambiar propuestas sobre buenas prácticas en esta materia. El plantel de expertos abarca los cinco continentes, y entre ellos se encuentran Michel Forst, relator especial sobre defensores ambientales en la Convención de Aarhus; la abogada colombiana Lourdes Castro, de Somos Defensores; y Antoine Buyse, de la Universidad de Utrecht.