Tal y como se sabía desde hacía semanas, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, presentó en un acto multitudinario en Madrid su candidatura a liderar el Gobierno español de cara a las elecciones generales previstas para finales de este año; en lo que fue un intento de reunificar a la mayor parte de los sectores a la izquierda del PSOE. Sin embargo, faltó Podemos, el que ha sido hasta ahora el partido más importante de este espacio y que no accede a respaldar a Díaz hasta que no haya un compromiso de primarias abiertas a la ciudadanía para las candidaturas de Sumar. Mientras tanto, la vicepresidenta ha convencido para que se unan a su plataforma a formaciones relevantes como Izquierda Unida, Más País, Compromís, Chunta Aragonesista o En Comú Podem.
En la intervención con la que Yolanda Díaz cerró el largo mitin de Sumar, se dirigió veladamente a Podemos y les trasladó que, a pesar de la presión que están ejerciendo para llegar sin más dilación a un acuerdo, no acepta “tutelas” de ninguna sigla y no permitirá que le marquen el paso. “No soy de nadie”, dejó claro. De esta manera, la vicepresidenta segunda del Gobierno de coalición se rebela contra quienes la eligieron como líder del espacio hasta ahora conocido como Unidas Podemos y reafirma su intención de ir por libre en un proyecto hecho a su medida y en el que no tenga ataduras importantes.
En ese sentido, Díaz prefiere esperar a las autonómicas y municipales de mayo, en las que los morados no parten con buenas perspectivas, y negociar después con Ione Belarra la integración en las listas de Sumar. Sin embargo, a tenor de los visto en los últimos días, nadie da por hecho que el acuerdo vaya a materializarse e incluso hay quien ya contempla que Podemos y la plataforma de Díaz concurran por separado, lo que sería una estrategia electoral casi suicida.
Respecto a su discurso en el Pabellón Magariños de la capital española, la impulsora de Sumar prometió que estará “a la altura” del reto de responder a la “sed de cambio”, con un proyecto en el que “caben todos”, empezando por los sectores que se fueron desligando de Podemos tras las peleas internas.
“Voy a dar un paso adelante. Quiero ser la primera presidenta de mi país, la primera presidenta de España”, proclamó, antes de asegurar que se siente “”útil” para poder “ganar el país, dejando claro su rechazo a la política basada en el “ruido” y reivindicado que Sumar es una fuerza “feminista” que promueve igualdad.
“Las mujeres no somos de nadie. Yo tampoco soy de nadie”, subrayó en pleno clima de extrema tensión con Podemos, que mantiene su pulso y no acudió a su puesta de largo.
“Empieza un proceso hacia la recomposicion de la izquierda española”
Y todo ello flanqueada por líderes de más de una docena de formaciones de izquierda, con las presencias destacadas de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; el coordinador de IU, Alberto Garzón; las dirigentes de Más Madrid, Mónica García y Rita Maestre; su homólogo en Más País, Íñigo Errejón; el secretario general del PCE, Enrique Santiago; y el alcalde de Valencia, Joan Ribó (Compromís), entre otros, cuya trayectoria política ensalzó Díaz sin mencionar a Podemos.
Incluso dos líderes territoriales de la formación morada estuvieron presentes en el mitin; en concreto, la coordinadora en Nafarroa, Begoña Alfaro, y el de Galicia, Borja San Ramón.
También se pudo ver entre el público a rostros mediáticos como Jorge Javier Vázquez, o escritoras como Elizabeth Duval o Gioconda Belli, que intervino antes que la vicepresidenta.
Pero la mayor sorpresa de la jornada fue la aparición de Carla Antonelli, activista trans que ha militado durante décadas en el PSOE, pero que se desvinculó de Ferraz recientemente tras la postura de algunos dirigentes socialistas respecto a la ley trans.
Por su parte, Yolanda Díaz continuó enfatizando que Sumar ha demostrado que la “política con mayúsculas” no radica en el “ruido”, en “dividir”, en la “polarización” y la “dureza con el adversario político”, sino en “dialogar”, “acordar” y “unir voluntades”.
“Quiero ser la primera presidenta de mi país, la primera presidenta de España”
Como ejemplo, alabó medidas que su Ministerio de Trabajo ha impulsado esta legislatura como la subida del salario mínimo. Es decir, la política “útil” para la gente frente al “politiqueo” que, a su juicio, despliegan PP y Vox, que votaron en contra de su reforma laboral y despliegan las “políticas del dolor”, basadas en la “austeridad” y en el neoliberalismo, que está derrotado ideológicamente pero al que toca ahora vencer “políticamente”.
Por último, la nueva candidata a la Presidencia del Gobierno español cargó contra el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, que representa al partido del “no”, de los “recortes” y de los que votan en contra de la reforma laboral, de la de pensiones y de la del aborto.