Que la reforma de las pensiones del Gobierno español se haya pactado con la Unión Europea y que aborde una cuestión tan crítica como el blindaje de estas prestaciones hace que sea prácticamente un hecho su aprobación por parte de los grupos políticos en el Congreso de los Diputados. El PNV no contempla en principio votar en contra y comparte que hay que actuar y ofrecer soluciones para garantizar las pensiones, pero todavía tiene que leer la letra pequeña de la reforma y asegurarse de que la subida de las cotizaciones en las rentas más altas no dispare los costes laborales de las pequeñas empresas y que se corrija un asunto que lleva meses coleando en sus conversaciones: que en el caso de las 135.000 personas cooperativistas de Euskadi los rendimientos netos sean los de trabajo y no los de capital, una cuestión que, al menos en el último borrador, no aparecía, según el PNV. 

También pondrá la lupa en la cotización de los becarios y le ha decepcionado que no se recojan peculiaridades relacionadas con las Entidades de Previsión Social Voluntaria, según ha explicado este jueves el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, en una entrevista en Radio Euskadi. 

El PNV había alertado en las últimas horas de que el incremento de las cotizaciones no debería dejar en una situación poco favorable a las pequeñas empresas, a las cooperativas, a los talleres y también a los autónomos. Parece que finalmente la parte referida a la cuota de solidaridad solo afectará a los trabajadores por cuenta ajena y no tendrán que abonarla los autónomos, al menos a la espera de ver cómo evoluciona el nuevo régimen que se les aplica desde este año y que tiene un periodo de transitoriedad hasta 2032. De estos puntos dependerá que vote a favor o se abstenga, y fuentes del grupo del PNV en el Congreso confirman a este periódico que están manteniendo “conversaciones” sobre estos ejes con la finalidad de no ahogar a estos sectores.

¿Dónde radica la preocupación del PNV? La reforma que ha aprobado este jueves José Luis Escrivá ofrece dos vías para calcular la pensión: los 25 últimos años cotizados, o 29, excluyendo los dos peores años. Este cambio de paradigma va a suponer un aumento del gasto y, para conseguir los ingresos necesarios, en lugar de optar por la vía de la fiscalidad u otras posibilidades, se va a recurrir a un destope de las cotizaciones y una cuota de solidaridad para los sueldos más altos. Esto supone que las partes más altas del salario que hasta ahora no cotizaban comenzarán a hacerlo. Hasta 2045, la cotización en la parte que hasta ahora no se tenía en cuenta subirá en torno a un 6%, comenzando con un 1% en 2025. El 5% lo asumirá la empresa, y el restante 1%, la persona trabajadora lo que, a su vez, podría repercutir nuevamente en la empresa a través de negociaciones de subidas salariales en el seno de esta. Los costes laborales, en definitiva, van a subir. 

Este aumento no es dramático para una gran empresa, que tiene capacidad para absorberlo. Pero puede ser más peliagudo para las pequeñas empresas o las cooperativas. En este contexto, el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, ha apostado este jueves en Radio Popular por analizar muy al detalle si se está garantizando el futuro a costa de “ahogar” en el presente. En cuanto al destope, la base máxima subirá cada año el IPC más 1,2 puntos entre 2024 y 2050.

"Entre la abstención y el sí"

La actitud del PNV, en cualquier caso, no es de beligerancia ante esta reforma, que además finalmente se va a tramitar como proyecto de ley con margen para presentar enmiendas, en lugar de tomar la forma de un mero decreto que habría que aceptar en su totalidad o tumbar. El margen tampoco es infinito porque, al tratarse de un acuerdo con la Unión Europea, cualquier modificación tendría que renegociarse con Bruselas.

En ese contexto, por ahora, el PNV opta por la prudencia hasta examinar la reforma en profundidad. “Tenemos que mirar bien la letra pequeña. Es un tema muy importante y controvertido en el que los que estamos cerquita de la jubilación vemos las cosas de una manera, los que ya son jubilados la ven de otra, y la gente joven que está pagando y ve la expectativa de cobrar una pensión muy lejos y muy difícil lo ve de otra manera. Hay que equilibrar los intereses de los tres, el ayer, el hoy y el mañana, y eso no es fácil”, comenzó.

El jeltzale aclaró que, “en principio”, el PNV “no lo ve mal”. “Europa ha pedido que se haga, España tenía los deberes sin cumplir, y los ha hecho. Tarde, pero lo han hecho. Hay un acuerdo con los dos principales sindicatos estatales. Es verdad que aquí ELA se ha desmarcado. Hasta que no veamos la letra pequeña, no puedo decir lo que vamos a hacer, pero parece difícil oponerse. Además, el ministro anunció que lo van a tramitar como proyecto de ley, con lo cual vamos a poder enmendarlo”, añadió.

A partir de ahí, Ortuzar abordó el posible cabo suelto de la reforma, un punto que el PNV quiere analizar con detenimiento. “Nos preocupa que estos incrementos de cotizaciones no ahoguen, que para que mañana nos garanticen más dinero, no ahoguen hoy a las empresas, a las pequeñitas, sobre todo. Estamos pensando en los talleres y los autónomos. En el régimen cooperativista. Ahí nos vamos a fijar. Pero nuestra posición va a oscilar entre la abstención y el sí. Veremos la letra pequeña”, repitió.

La reforma de las pensiones de Escrivá va a tener una incidencia especialmente significativa en Euskadi, donde los salarios suelen ser más elevados por el peso del sector industrial. Por lo tanto, el destope de las cotizaciones puede tener una repercusión más alta. Esteban, por su parte, dejó ver que no va a pesar en su sentido de voto el acuerdo de EH Bildu con el Gobierno español para elevar las pensiones de viudedad, un acuerdo que le parece positivo para el Estado español, pero que “no tendrá efecto práctico en Euskadi” porque el Gobierno vasco ya complementa esas pensiones a través de la RGI con entre 70 y 270 euros más y en cantidades superiores a las estatales.

Escrivá y el coste laboral

José Luis Escrivá confirmó en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros que van a proponer tramitar el decreto como proyecto de ley, una decisión que en última instancia debe tomar el Congreso. Preguntado por si está dispuesto a negociar, lo confirmó de manera muy lacónica sin ofrecer detalles. “Vamos a estar abiertos a todas aquellas aportaciones que puedan mejorar la ley”, dijo.

Por lo que ha trascendido a última hora de la tarde, con el PDeCAT se ha pactado que la cuota de solidaridad sea progresiva y se fijen tres tramos según el umbral de sueldo, de manera que quede en un 5,5%, un 6% o un 7% en 2045. 

Cuando se le preguntó por la posición de los partidos que han planteado aumentar los ingresos a través de los Presupuestos, dijo que es un modelo que existe en otros estados como Alemania o Francia, pero que “no es necesario en este momento recurrir a medidas adicionales”. “Ni tampoco me consta que se haya planteado realmente”, agregó. Sobre el esfuerzo que tiene que asumir el tejido económico, defendió que su reforma es “asumible” para el sistema y supone un “esfuerzo pequeñito” para las empresas y no desborda sus costes laborales, de modo que descarta un impacto en términos de creación de empleo. El coste laboral en la zona euro por hora es de 33 euros frente a los 23,4 españoles, según calculó. “No pone en cuestión la competitividad. Es un ajuste modesto”, sostuvo. Esta es una media del conjunto del Estado, no territorializada por comunidades ni por tamaño de empresas.