El macrocentro para refugiados que el Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido unilateralmente ubicar en Gasteiz –y que prevé un edificio de 350 plazas basado en un modelo caduco de atención masiva a las personas migrantes y refugiadas– amenaza con enturbiar las relaciones entre la Administración vasca y española, más si cabe tras dejar claro el Estado que no piensa ceder ni un ápice en el proyecto ni abrirse a consensuarlo con las instituciones locales.

Y es que ayer desde Moncloa expresaron abiertamente que no hay margen de negociación en este proyecto, al afirmar que la decisión de ubicar un centro de estas características en la antigua clínica Arana de la capital alavesa “es definitiva” y que las reticencias del Gobierno vasco responden a un “cierto desconocimiento” de la cuestión.

Casi a la par, el regidor gasteiztarra, Gorka Urtaran, hacía pública la misiva que ha remitido al titular de Migraciones, Seguridad Social e Inclusión, José Luis Escrivá, en la que le reclama que suspenda el proyecto previsto por su Ministerio y abra un periodo de “reflexión sosegada y trabajo compartido” con las instituciones vascas para “abordar conjuntamente un proyecto consensuado” que “se ajuste al modelo vasco de atención al colectivo migrante”.

Mientras tanto, el clima político se ha enrarecido todavía más tras la intervención de Eneko Andueza del pasado jueves acusando de xenofobia al PNV, aunque en esta cuestión es el PSE quien se ha quedado solo con su apuesta por respaldar un modelo que se ha demostrado ineficaz para abordar con humanidad y atención individualizada la cuestión de los migrantes y refugiados que llegan al Estado.

El problema es que desde Moncloa, por el momento, hacen oídos sordos a las críticas que les llegan desde la CAV y muestran una posición inamovible en este asunto. Así lo dejó claro ayer la directora general de gestión del Sistema de Acogida en Materia de Protección Internacional y Temporal, Amapola Blasco, que afirmó que la decisión del Ejecutivo español “es definitiva” y acusó a Lakua de “desconocimiento” de la cuestión.

En una entrevista en Radio Euskadi, Blasco alegó que en el Estado español hay otros centros con dimensiones parecidas y que su Ejecutivo tiene experiencia en la gestión de los mismos.

Aunque reconoció que ella no ha mantenido contacto alguno con el Ejecutivo autonómico, aseguró que cuando José Luis Escrivá visitó en octubre Gasteiz habló sobre el centro con el lehendakari, Iñigo Urkullu.

Sobre la oposición del Gobierno Vasco a este centro masificado al estimar que se podrían crear guetos y que no encaja con el modelo vasco de acogida a migrantes y refugiados, Blasco se limitó a contestar que “no existe un modelo vasco”, ya que “la competencia para la acogida de personas solicitantes de protección internacional” es estatal. “Cuando hablan de modelo vasco no sé a que se refieren”, añadió la alto cargo de Moncloa, admitiendo así su desconocimiento sobre las políticas de la CAV en materia de acogida, protección e integración de personas migrantes.

La versión de Moncloa de que las instituciones locales han estado en todo momento informadas sobre la cuestión la desmintió ayer el alcalde de Gasteiz, Gorka Urtaran, que en su carta a Escrivá expone que el pasado mes de junio recibió un correo electrónico del equipo del secretario de Estado de Migraciones instándole, “sin mayor explicación”, a la firma de un Memorándum de entendimiento entre el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones y el Ayuntamiento para el “proyecto de construcción de un centro de acogida”.

Posteriormente, en el mes de julio, recibió una llamada del secretario de Estado sobre la intención de su Ministerio de impulsar dicho centro de acogida en el edificio que albergó la Clínica Arana.

“Ese mismo mes, y tras un breve período de análisis y consulta con otras instituciones vascas, le trasladé, también por vía telefónica, que no se daban las condiciones necesarias para lanzar este proyecto”, señala Urtaran, antes de revelar que desde entonces no ha tenido “más noticias ni contactos” con el Ministerio al respecto de esta iniciativa. Así las cosas, y ante toda la polémica levantada, el regidor demanda a José Luis Escrivá que frene el proyecto y dé paso a un proceso de “reflexión” y trabajo entre instituciones para un nuevo plan de consenso.

“Reconducir” el proyecto

Por su parte, el PNV volvió a pronunciarse ayer sobre la cuestión para, en sintonía con Urtaran, pedir al Ministerio que replantee este centro. En esa línea, el portavoz jeltzale en Madrid, Aitor Esteban, ve necesario que “reconduzca” el proyecto y cree que hay margen para la “marcha atrás”.

“Si estamos en una senda de diálogo y en una voluntad de las instituciones vascas y del PNV de hablar y acordar, y todavía no se ha hecho nada más que una convocatoria de adjudicación, creo que esto es perfectamente reconducible y yo invitó al Gobierno español al diálogo y a reconducir la situación”, expresó.

Esteban añadió que no estaba informado de este proyecto aunque mantuvo recientemente una reunión con el ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, en la que hablaron de inmigración, porque tienen “una relación bastante fluida en este tema”, encuentro en el que la cuestión del macrocentro de Gasteiz no estuvo presente en ningún momento. l