El PNV ha respondido a la euforia del PP con un llamamiento a la humildad, porque su victoria arroladora en las elecciones de Andalucía no significa que sea también el caballo ganador en el Estado, y recuerda que las mayorías en el Congreso de los Diputados siguen siendo las mismas. Pero cree que el batacazo que ha sufrido la izquierda debería conducir a Pedro Sánchez a replantearse su actitud y determinadas leyes que le complican la gobernabilidad, con el objetivo de evitar derrotas innecesarias en el Congreso de los Diputados, que servirían a la derecha española para exigir de manera machacona un adelanto de las elecciones generales.

El portavoz de los jeltzales en el Congreso, Aitor Esteban, ha pedido este martes una "hoja de ruta clara" al presidente español, aseguró que el PNV tiene que hablar con el Gobierno para que le concrete dónde va a poner el foco en el año y medio que queda de legislatura, y le recomendó que no malgaste "esfuerzos" y que centre el tiro en las iniciativas que puedan reunir los votos necesarios. Avisó de que se trata de "no generar más conflicto" y que "la clave es intentar juntar los votos necesarios". También lo alertó del "deterioro" que producen las contradicciones entre los ministerios del PSOE y Unidas Podemos.

PLAN LEGISLATIVO

¿En qué se traduce todo esto? Aitor Esteban pronunció un mensaje general y no concretó las normas, pero no es la primera vez que el PNV lanza advertencias sobre el programa legislativo del Gobierno español y sus iniciativas recentralizadoras, que no solo plantean problemas para los jeltzales desde la perspectiva del autogobierno vasco, sino también en muchas ocasiones para ERC.

Ya en la sesión de investidura en enero de 2020, pidió a Sánchez que fuera consciente de las leyes que puede traer a la Cámara y cuáles debe plantear con una redacción diferente. La presentación del plan anual normativo para 2022 encendió todas las alarmas por incluir leyes para uniformizar servicios públicos en materias como la sanidad o las políticas sociales. Uno de los conflictos más fuertes que tiene ahora mismo el Gobierno español con el PNV gravita en torno a la Ley de Vivienda que, de hecho, se ha mantenido bloqueada durante semanas por la falta de respaldos y las dudas también de ERC. La Ley de Deporte también genera fricciones, al igual que el modelo de residencias de Ione Belarra, de Podemos.

Todas estas leyes son iniciativas que complican la gobernabilidad a Sánchez. Además, PSOE y Unidas Podemos han vuelto a exhibir en público sus diferencias sobre el impuesto a las eléctricas o la fiscalidad en general o, incluso, sobre el alcance de la Ley de Cohesión Sanitaria a la hora de impedir las privatizaciones.

UN MAYOR RIESGO

Antes de las elecciones andaluzas, Sánchez había sobrellevado esta situación porque, aunque la relación con los socios se había deteriorado, finalmente salvaba todas las votaciones con unos votos u otros. Haciendo gala de su fama de superviviente y sus siete vidas, incluso salvó la reforma laboral de carambola, sin los apoyos de PNV, ERC ni EH Bildu. En otras, el PP se abstuvo. Todo ello, en un clima de suficiencia, a lomos de los fondos europeos y espoleando el miedo a un Gobierno del PP con Vox.

Pero la mayoría absoluta de los populares en Andalucía ha provocado un cambio en el ánimo de la izquierda, una sensación de asomarse al abismo aunque públicamente el PSOE no hace ninguna autocrítica. Y las votaciones, si no se amarran, empiezan a tomar ya el cariz de una ruleta rusa. En el horizonte aparecen los Presupuestos para el año que viene, y la prórroga del decreto anticrisis que se presentará este sábado y donde se prevé alguna medida sorpresa para dar un golpe de efecto. La negociación con el PNV no había empezado este martes y antes se están produciendo gestiones para tratar de reconducir la tensión entre el PSOE y Podemos sobre el impuesto a las eléctricas o la bonificación del transporte.

EVITAR LA CONFRONTACIÓN

En la batería de ruedas de prensa de todos los portavoces que se celebra los martes, Aitor Esteban analizó los resultados de las elecciones felicitándose por que Vox no vaya a entrar en el Gobierno andaluz, y admitiendo el "excelente" resultado del PP. Incluso reconoció que se puede constatar una secuencia de victorias en el PP en las autonómicas (comicios que continuarán en mayo en buena parte de las comunidades, incluida Nafarroa pero no la CAV), pero le pidió que no se "emborrache" con su éxito porque la política ha sido y puede ser muy vertiginosa en el Estado. Al PSOE le pidió una reflexión y lo avisó de que "no se puede asistir a confrontaciones" constantes entre los miembros de la coalición del Gobierno.

Añadió que los socios vascos y catalanes han sido "orillados" porque molestaba la posibilidad de alcanzar acuerdos con ellos en puertas de las elecciones andaluzas. "Ya se ha visto que nosotros no éramos el problema para los resultados electorales...", lanzó, en alusión a que el PSOE ha perdido de manera estrepitosa a pesar de haber dado esquinazo a sus aliados.

"Lo que les toca a la coalición del Gobierno y a La Moncloa es poner una hoja de ruta clara", cumplir los compromisos con los nacionalistas vascos y catalanes, y tener claro cuáles van a ser esos mecanismos porque, de lo contrario, el Ejecutivo lo tendrá cada vez más "complicado".

Cuando se le repreguntó si el Gobierno español llegará hasta el final de la legislatura en diciembre de 2023 o enero de 2024, rechazó hacer de adivino, pero matizó que "no se pueden sacar conclusiones de que el Congreso y el Senado no van a ser capaces de legislar o que cesarán totalmente su apoyo al Gobierno deduciéndolo únicamente de las andaluzas". "Las mayorías siguen siendo las mismas. Otra cosa es que hay que trabajarlas", avisó. Denunció el "deterioro" en las relaciones dentro del Consejo de Ministros y con PNV y ERC.

"Nosotros tenemos que hablar con el Gobierno sobre cómo quieren ir avanzando y en qué se va a poner el foco en este año y medio, cuáles son los hitos y en qué se va a poner el interés, y en qué no vamos a malgastar esfuerzos", dijo, para avisar de que se trata de "no generar más conflicto" y añadió que "la clave es intentar juntas los votos necesarios".

CONTACTOS

El PNV mantiene reuniones cada tres meses con el Gobierno español y la última fue en abril, donde los jeltzales ya avisaron a Sánchez de que no podrían comulgar con las leyes recentralizadoras. Quieren que la legislatura aguante para que se negocien las transferencias pendientes y se cumpla el Estatuto de Gernika, pero votarán en contra de las leyes que no respeten el autogobierno.