- Era un fenómeno poco habitual hasta hace unos años, pero cada vez resulta más frecuente. EH Bildu está mostrando la misma posición pragmática que el PNV en el Congreso de los Diputados, también en el caso del espionaje, aunque entre los afectados figuren ya, al menos, dos nombres de la coalición abertzale (Arnaldo Otegi y Jon Iñarritu). Ambos partidos han evitado lanzarse a exigir las cabezas de la directora del CNI, Paz Esteban, o de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y primero quieren que se esclarezca el caso y tener claro de dónde partieron los seguimientos y quiénes son los responsables.
En la batería de ruedas de prensa posteriores a la Junta de Portavoces, Aitor Esteban dijo que, “sea una cortina de humo o no el espionaje a Sánchez, no puede ocultar la necesidad de investigar las escuchas a más de sesenta personas” del soberanismo, y que “una cosa no puede tapar la otra”. Avisó de que “la confianza se ha quebrado absolutamente” y pidió tomar medidas. Eso sí, ¿se va a traducir en exigir ya la cabeza de algún alto cargo? Esteban evitó dar un golpe de efecto: “Uno puede tener más o menos sospechas pero, antes de exigir responsabilidades, tenemos que intentar aclarar lo sucedido. Y que nos proporcionen elementos para cambiar la legislación, mejorar los controles, el control judicial en segunda instancia... Y, a partir de ahí, pedir dimisiones”.
Sí dejó una puerta abierta: “Otra cosa es que, al final, lleguemos a la conclusión de que alguien trata de ocultar. El intento de ocultamiento ante el Parlamento podría tener consecuencias. Pero procesalmente no estamos en ese momento”. Volvió a avisar de que el Gobierno español es un gabinete “socialcomunista para algunos, que lo pueden tener bajo sospecha”.
Mertxe Aizpurua, de Bildu, pidió que no se use el espionaje a Sánchez como cortina de humo. Preguntada sobre las dimisiones de la directora del CNI o la ministra Robles, fue clara: “Lo que tenemos muy claro es que se deben depurar responsabilidades, pero no estamos en condiciones para poner nombres en estos momentos, y no somos quién, porque no sabemos exactamente lo que ha ocurrido”.