- Ayer el clima político en el Estado se enrareció a todos los niveles, con un enfado notable en formaciones de la mayoría que sostiene al Ejecutivo de Pedro Sánchez como el PNV, EH Bildu o ERC, que exigen a Moncloa unas explicaciones claras que por el momento no han llegado. Por ello, el pacto de investidura se vuelve a resentir y está por ver hasta dónde pueden aguantar sus costuras.

Aunque no parece que este asunto pueda precipitar el fin de la legislatura española, sí es un elemento más de desconfianza -y no menor- entre los socios del Congreso de los Diputados.

Y no solo entre los apoyos externos de Pedro Sánchez, sino también en el seno del Ejecutivo de coalición. Y es que en Podemos se mostraron también muy preocupados por las informaciones sobre el programa Pegasus. A este respecto, su líder, Ione Belarra, reclamó que se investigue si hubo posible caso de espionaje a dirigentes independentistas y, en caso de confirmarse, se depuren responsabilidades para “garantizar la calidad” de la democracia española.

“Las cloacas del Estado ya persiguieron a Podemos y a políticos catalanes. No podemos permitirnos ninguna sombra de duda con un nuevo caso de espionaje”, añadió la secretaria general de los morados y ministra de Derechos Sociales.

Entre los socios externos del Ejecutivo de coalición, en EH Bildu señalaron que es “obvio” que el Estado está detrás del “espionaje político”, porque Pegasus “solo se vende a Estados, porque la totalidad de personas espiadas somos representantes políticos de Catalunya y Euskal Herria, y porque si no hubiera sido España, habrían salido a decir que investigarán este ataque contra representantes públicos e institucionales”. Así lo expresó el diputado abertzale Jon Iñarritu, que figura junto a Arnaldo Otegi en la lista de espiados.

Por último, la nota delirante vino por parte de Ciudadanos, que deslizó que podría haber sido el Govern el responsable del escándalo: “No sabemos si el espionaje viene de los propios órganos de la Generalitat”.