- Vox ha entrado en el gobierno de Castilla y León, en el ejecutivo de una comunidad autónoma, con el propósito de hacerse fuerte y conseguir una mayoría necesaria que le permita desmontar precisamente la autonomía. Quiere devolver competencias al Estado y suprimir el autogobierno. En materia social, plantea una involución en la lucha contra la violencia de género, en la memoria histórica y la convivencia con la migración. Para la consejera Olatz Garamendi, son movimientos que requieren la máxima atención y alerta. Es partidaria de “negociar y convencer” para que no se produzcan retrocesos, pero admite que, para que se pueda negociar, “tienen que existir principios que se puedan compartir”.

“Es muy difícil enfrentarse a determinadas situaciones. Principios que para nosotros son básicos y afectan a derechos fundamentales se abordan desde un prisma difícil de compartir y escuchar. Desde el punto de vista del autogobierno y el respeto a la diversidad, es una situación preocupante la que empieza ahora”, reconoció la consejera de Autogobierno en Radio Popular.

Criticó también que abogar por suprimir la autonomía “no es la mejor tarjeta de presentación, pero tienen el respaldo de sus votantes”. “No es lo mejor para nuestro sistema, que además está pactado y esperamos que no cambie”, añadió.

La propia Vox está maniobrando desde hace meses contra las leyes vascas, con recursos contra el uso del euskera en los ayuntamientos, la Ley Antipandemia o la propia transferencia del Ingreso Mínimo Vital que tanto costó arrancar al Gobierno español y que ahora cuestiona este partido junto al PP, poniendo en duda el enganche de la foralidad.