- El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, realiza un balance invariablemente positivo del viaje que realizó el jueves a Marruecos y de su encuentro con el rey Mohamed VI. Del mismo salió una declaración conjunta que calificó de “hito diplomático” y que recoge la próxima reapertura de fronteras en Ceuta y Melilla y la puesta en marcha de sendos puestos aduaneros en ambas ciudades. Respecto a la cuestión del Sáhara, la más sensible de todas, en el primer punto del acuerdo España vuelve a calificar “la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver” esta disputa histórica.
Un posicionamiento que fue rechazado en la misma mañana del jueves por la amplia mayoría del Congreso de los Diputados, que ratificó el apoyo a un referéndum de autodeterminación para el Sáhara dentro del marco de resoluciones de la ONU y visualizó la soledad del PSOE, que fue el único partido que votó en contra. Pese a ello, Sánchez expresó su satisfacción por el desarrollo de su visita a Marruecos en una breve conversación informal con los periodistas en el vuelo de regreso.
“Me voy muy satisfecho”, aseguró, poniendo en valor el contenido de la declaración conjunta de los dos países dada a conocer al término de su encuentro y posterior cena con el monarca, que tildó de “hito”. El líder del PSOE explicó que ya adelantó las grandes líneas de dicha declaración en el encuentro que mantuvo hace dos días con el nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, pero no todo el contenido, cuyos flecos finales se cerraron en Rabat.
En cuanto a la cena con el monarca, el tradicional iftar con el que se rompe el ayuno en Ramadán, señaló que hablaron de varios temas, entre ellos la situación provocada por la guerra en Ucrania, pero no de la cuestión del Sáhara y las posiciones que tienen al respecto los distintos partidos en España. Fuentes diplomáticas reiteraron el trato especial dado por Mohamed VI a Sánchez y consideraron una anécdota el hecho de que durante el iftar, la bandera española estuviera colocada con el escudo al revés.
En el acuerdo se recoge el restablecimiento “inmediato y gradual” de las conexiones marítimas y de pasajeros así como iniciar los preparativos para la operación Paso del Estrecho, además de la reapertura “de forma ordenada” de las fronteras marítimas y terrestres, lo que incluye a Ceuta y Melilla, aunque no se mencionan en ningún momento. También se reactivará “el grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos”, en relación con las aguas territoriales en disputa entre España y Marruecos, que afectan a Canarias.
- Fiel reflejo de la sesión que se vivió el jueves en el Congreso, ayer abundaron las críticas de los partidos al viaje de Sánchez a Rabat y a la declaración posterior que presentaron los dos estados. El nuevo jefe de la oposición, el recién nombrado presidente del PP Alberto Núñez Feijóo, censuró que “para resolver un follón que previamente monta el Gobierno de España, le entregamos a Marruecos sin hablar con nadie el objetivo fundamental, que es el Sáhara, formando parte de la soberanía del país marroquí”.
Mientras, Ciudadanos solicitó la comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, para que dé cuenta de los compromisos a los que ha llegado Sánchez con el rey de Marruecos a cambio de su apoyo a los planes de autonomía sobre el Sáhara Occidental.
El socio del PSOE en Moncloa, Unidas Podemos, también expresó su rechazo y el secretario general en Galicia y diputado en el Congreso, Antón Gómez Reino, acusó a Sánchez y a Albares de ceder al “chantaje” de Marruecos con el Sahara, lo que calificó de “pésima noticia”. En este contexto, el partido pide, vía ley en el Congreso, nacionalizar a saharauis nacidos bajo soberanía española y a sus descendientes.