- El equipo de abogados de Corinna Larsen se felicitó por la posición adoptada por la Justicia británica mientras desde Zarzuela optaron por dar la callada por respuesta y remitirse a la defensa del emérito. En un comunicado, los letrados de la examante del emérito señalaron que la decisión del juez muestra que Juan Carlos I ya “no puede escudarse tras su posición, poder o privilegios para esquivar” su demanda. “Deberá ahora rendir cuentas ante un tribunal por su conducta. Este es el primer paso en el camino hacia la justicia. Los espantosos hechos de este caso se presentarán por fin ante un tribunal”, dicen.

El magistrado ha logrado descolocar a la defensa del padre de Felipe VI porque niega la inmunidad a Juan Carlos I a partir de su abdicación. Tampoco la admite para el periodo en el que aún era Jefe de Estado, porque los actos narrados en la demanda de Larsen “no pueden atraer inmunidad funcional” -esto es, constituyen actos privados que “no entran en la esfera de actividades gubernamentales o soberanas”, según el juez-. Es decir, en el juicio pueden contemplarse cuestiones como la reunión del general Félix Sainz Roldán con Corinna el 5 de mayo de 2012, en el Hotel Connaught, de Londres, en la que, según la demandante, el entonces director del CNI amenazó su integridad física; o la aparición, al día siguiente, en el apartamento suizo de Larsen de un libro sobre la muerte de Lady Di. Fuentes de la Casa Real se remitieron al abogado del ex Jefe de Estado, Javier Sánchez-Junco.

Corinna acusa al emérito de acoso para tratar de recuperar los 65 millones de euros que le había transferido en 2012, una donación “irrevocable”, según la beneficiaria, que posee dos mansiones en Inglaterra, donde reside. Según ella, Juan Carlos I también pretendía reanudar la relación sentimental, a lo que ella se negaba. A partir de la ruptura, Larsen alega haber sufrido amenazas haber estado sometida a seguimientos, vigilancia y a acusaciones y difamación entre su círculo de negocios lo que ha afectado a su carrera como empresaria.

Unidas Podemos señala que Inglaterra es “otro espejo incómodo” que recuerda los “límites vergonzantes” a los que somete la cúpula judicial. “Una democracia plena merece una justicia valiente”, apuntan.