- JxCat rectificó a última hora de ayer su aval al acuerdo alcanzado con el PSC, ERC y los comunes sobre el modelo lingüístico de la escuela catalana y pidió forjar un “nuevo consenso”, tras las presiones internas de sectores del partido que desaprobaban el contenido de la reforma pactada. Todos estos grupos habían registrado a mediodía en el Parlament una propuesta de modificación de la Ley de Política Lingüística de 1998 que preveía garantizar el uso del castellano en las aulas, donde el catalán seguiría siendo “lengua vehicular”, y daba margen a los centros para concretar sus proyectos lingüísticos.

Pero tras una reunión en los despachos de JxCat en la que sectores del partido hicieron constar su malestar, Junts emitió un comunicado “urgente” en el que señalaba que, “ante el rechazo que la propuesta” de acuerdo ha generado “entre las entidades defensoras de la lengua y de la comunidad educativa”, ha decidido trasladar a los grupos la “necesidad de encontrar un imprescindible consenso mayoritario con las entidades y la comunidad educativa”. “Desde hoy mismo, nos ponemos a trabajar con estas entidades para construir este nuevo consenso, indispensable para avanzar en la tramitación de la proposición parlamentaria.

Poco antes, el expresident Quim Torra se había mostrado ya contrario al acuerdo porque se reconoce genéricamente el castellano como lengua de uso escolar y lo deja para decidir en cada escuela. “No en mi nombre”, indicó.

El pacto que estas formaciones, incluida Junts, habían anunciado señalaba que era “un paso más para actualizar el consenso político y social alrededor del modelo língüístico de la escuela”, avalando su voluntad de construir un modelo que promueva la cohesión social, la igualdad de oportunidades y la normalización del catalán y el aranés. Este cambio legal ponía énfasis en que los proyectos lingüísticos se basarán en los resultados de evaluaciones del alumnado en las lenguas oficiales, a partir de la autonomía de los centros.

El texto propone ampliar el artículo 21 de la Ley de Política Lingüística, que actualmente defiende que “el catalán, como lengua propia de Catalunya, es la lengua normalmente empleada como lengua vehicular y de aprendizaje del sistema educativo”. Los grupos planteaban añadir que “también se emplee el castellano en los términos que fijen los proyectos lingüísticos de cada centro”. En el redactado se incluye que la determinación de la presencia de las lenguas oficiales debe tener en cuenta “la situación sociolingüística y la evolución del proceso de aprendizaje lingüístico, oral y escrito, de acuerdo con los instrumentos de control, evaluación y mejora de las competencias lingüísticas”.

La actual norma fija que no se puede expedir el título de graduado en educación secundaria a ningún alumno que no acredite que tiene los conocimientos orales y escritos de catalán y castellano propios de esta etapa, y la proposición de ley añade que será “sin prejuicio de lo que establezca la normativa educativa”.

Antes de que JxCat se descolgase de este acuerdo, la CUP ya había mostrado su gran malestar con ese pacto: “ERC y Junts han rubricado una sentencia de muerte y se han desnudado ante el país”.