- Aunque acorralado por las numerosas críticas recibidas por haber dado entraba a la ultraderecha en el Gobierno de Castilla y León, que ayer le llegaron desde muy diferentes siglas, el presidente de la Xunta de Galicia y más que probable futuro dirigente máximo del PP, Alberto Núñez Feijóo, evitó ayer hablar sobre el acuerdo suscrito por Alfonso Fernández Mañueco para seguir manteniendo el poder en la citada autonomía. Apostó por la “centralidad” en un acto llevado a cabo en Tenerife. “La política española debe volver a la centralidad. Sé que con este Gobierno del PSOE, que es una suma de izquierdas y populismo, junto con sus socios independentistas, es muy difícil de conseguir pero sé en lo que creo”, asumió. Se preguntó por qué tiene que hablar de pactos con partidos, si su pacto es con “los ciudadanos”. Además, apostó por que no quede ningún partido a la derecha del PP ni a la izquierda del PSOE. Defendió la centralidad.

Feijóo, quien presentará su candidatura a liderar el PP el viernes en Euskadi a las 12.00 horas en un acto en el que participará Carlos Iturgaiz, defendió ayer un partido que vuelva a ser de mayorías con un proyecto para España basado en la gestión y el reformismo tranquilo. No en vano, reconoció que cuando la política estaba en el ámbito de la centralidad “nos iba bien”. “Estoy muy alejado del no es no y del o me das lo que te pido o hay elecciones anticipadas. No me gusta ninguna de las dos cosas”, apuntó. Además, prometió no insultar a Sánchez, sino trabajar para conformar un alternativa estatal al PSOE.

Anunció que “hace falta un nuevo tiempo político en España y un nuevo proyecto que agrupe a las mayorías de los ciudadanos españoles”. “Muchos problemas en España podrían resolverse si somos capaces de que el PP vuelva a lograr un partido de mayorías. Lo hemos tenido con el presidente Aznar y con el presidente Rajoy”, tal y como explicó.

Sin hacer mención a la puerta que ha abierto a la participación de Vox en el gobierno castellanoleonés, que incluso el líder del PP europeo (PPE) Donald Tusk ha rechazado esta semana al calificarla de “una triste sorpresa”, el dirigente gallego avanzó que su proyecto de futuro estará basado en ofrecer a España un Gobierno mejor que el que tiene, “lo que no es difícil” a su juicio, aportando serenidad, trayectoria y certezas, “certezas que son tan importantes en la vida que todos la buscamos”.