El Gobierno ha atravesado por una situación complicada por el borrador de la Ley de Educación. El propio lehendakari ha enviado unos mensajes a Eneko Andueza, del PSE, para mejorar la coordinación. ¿Ve en riesgo la estabilidad de este Gobierno?

—Hay dos aspectos que deberíamos diferenciar: uno, el que tiene que ver con el Gobierno de coalición; y otro, el educativo. La situación en el seno del Gobierno es muy confortable y razonable, y lo digo desde mi experiencia en el Parlamento y el Consejo de Gobierno. Por supuesto, está formado por dos partidos que tienen puntos de vista diferentes sobre muchos asuntos, pero lo que nos ata es un acuerdo de gobierno y, en ese sentido, nuestra relación es buena. Es cierto que, probablemente como consecuencia de los cambios en el PSE, hay algunas relaciones que a todos nos conviene engrasar, y es lo que ha propuesto el lehendakari al secretario general del PSE. Pero yo no veo más riesgos que ese.

¿No le preocupa que el Gobierno Vasco pueda dar la misma imagen que el Gobierno español? Ustedes siempre han intentado desmarcarse de las pugnas internas entre el PSOE y Unidas Podemos en el Estado, y ahora esa imagen se traslada aquí con la Ley de Educación.

—Entiendo que, si ponemos el foco en declaraciones muy concretas, alguien pueda sacar esa conclusión. Pero no es la situación que estamos viviendo. La situación que estamos viviendo es la de acuerdos semanales en el Consejo de Gobierno y en el Parlamento y, además, un intento muy serio de los dos partidos para que esos acuerdos vayan más allá de la coalición. El jueves hubo dos acuerdos importantes que han firmado cuatro partidos en el Parlamento.

Entonces, ¿cree que esta polémica puede ser una tormenta en un vaso de agua? Es decir, ¿hay discrepancias de fondo o, en realidad, solo es una intención de marcar perfil como cabía esperar de un nuevo líder en el PSE?

—En las cuestiones que afectan al acuerdo de Gobierno y a la relación de los partidos en el Gobierno, no hay ninguna crisis y no hay ninguna tormenta.

¿Conocía el Gobierno la discrepancia que iba a anunciar Andueza, o le tomó por sorpresa?

—Creo que es bueno que separemos los ámbitos del Gobierno y del Parlamento. El Gobierno, en su programa, ha adquirido una serie de compromisos con respecto a la educación que son compartidos y estamos obligados a desarrollar los dos partidos. Y el compromiso es un acuerdo amplio que permita la elaboración de una ley. De forma paralela, se ha abierto por acuerdo de los partidos una ponencia en el Parlamento, y hemos conocido un documento con aportaciones de más de cien agentes. A ese documento le faltan las aportaciones de los partidos. Sin duda, el Gobierno lo tomará en consideración para la elaboración de un anteproyecto de ley, que llegará luego al Parlamento.

Al figurar en su acuerdo de gobierno, ¿sería grave que PNV y PSE no pudieran consensuar sus alegaciones en el Parlamento y cada uno las presentara por su cuenta? Andueza decía que confía en llegar a un acuerdo en quince días y que, si no se hace, sería muy grave.

—Lo lógico sería, pero esto corresponde a los partidos políticos y no al Gobierno, que haya un entendimiento entre los diferentes grupos, porque lo que se busca es un acuerdo amplio. Lo que no sería lógico es que PNV y PSE no se pusieran de acuerdo en torno a un proyecto de ley cuyos contenidos están extensamente comprometidos en nuestro programa de gobierno.

¿En qué medida el Gobierno Vasco hace suyo el documento de aportaciones de los expertos y en qué medida está dispuesto a cambiar esa literalidad para transaccionar con el PSE?

—No puedo hablar en nombre ni del PNV ni del PSE. Solo puedo hablar en nombre del Gobierno. Y el Gobierno, de momento, es un observador. No ha intervenido en el Parlamento en la elaboración de ese documento.

El lehendakari ha defendido la escuela pública, pero los socialistas siguen inquietos por el debate que se abre con la eliminación de las cuotas a la concertada y los problemas para que contribuya a la no segregación...

—La situación educativa que tiene hoy Euskadi es el resultado de un proceso que ha durado décadas, que se inició en 1979, y que ha tenido a muchos agentes intervinientes. Euskadi ha tenido once consejeros de Educación. Por ese departamento, han pasado PNV, PSE y EA. El PNV ha dirigido el departamento durante 16 años. El PSE, durante 11. EA, 15. Y en 1993 hubo un acuerdo escolar que firmaron PNV, PSE y Euskadiko Ezkerra. Los compromisos que PNV y PSE han firmado en el programa de gobierno son claros y nítidos. Son contundentes. No hay duda sobre esa cuestión. El pacto se compromete a "la aprobación de una Ley de Educación que dé respuesta a los retos de futuro de nuestro sistema educativo, reconozca y promueva el papel esencial de la escuela pública vasca, así como la igualdad de oportunidades para el aprendizaje en todas las enseñanzas".

También esta semana, técnicos de los gobiernos vasco y español abordaron la transferencia del Ingreso Mínimo Vital. ¿Está bloqueada otra vez o es cuestión de poco tiempo?

—Está en una situación que inevitablemente debe conducirnos a un acuerdo sí o sí cuanto antes. No hay alternativa. No sé cuándo se producirá, pero no imaginamos otro escenario.

¿Pero lo dice porque es su deseo, o porque solo quedan flecos?

—Porque es un compromiso adquirido por el Gobierno español a mediados del año 2020, que tendría que haber entrado en vigor en octubre de 2020, que ha sido objeto de acuerdo político entre el PNV y el PSOE, y tiene que ser objeto de acuerdo entre el Gobierno Vasco y el Gobierno de España. No cabe otro escenario más que el del acuerdo inmediato de una transferencia que debe ser íntegra y permanente.

El lehendakari acudirá a la Conferencia de Presidentes. ¿Contempla revocar esa asistencia si para entonces no hay transferencia?

—Él acepta y no va a torpedear ningún foro multilateral o entre comunidades autónomas, pero dice que a la vez debe haber un compromiso claro con una relación bilateral, y ambos procesos deben ir en paralelo. Por tanto, ha dicho que participará en la Conferencia, y su intención es manifestar su actitud con respecto al foro y el carácter que deben tener los contenidos y consideraciones que se realizan. Pero seguiremos insistiendo en un compromiso de gobierno y del Gobierno español: el cumplimiento íntegro del Estatuto en esta legislatura.

¿Se pone otra vez en duda que el IMV sea integral y sin plazos, o está resuelto y ha surgido algún tecnicismo relacionado con las altas?

—Como portavoz no me corresponde hablar de los detalles. Lo que me corresponde decir es que se debe cerrar inmediatamente sí o sí.

Habla de cerrar el Estatuto en esta legislatura pero, con esta cadencia, parece difícil.

—La consejera Garamendi ha abierto una vía de negociación sobre el transporte de viajeros en los trenes de cercanías, donde tiene que haber un intercambio de documentos a la mayor brevedad. Y ha propuesto otras tres materias que deberían tener una respuesta inmediata.

¿Le preocupan los mensajes del Gobierno español que cuestionan otras transferencias del calendario, como aeropuertos y puertos?

—Tengo que remitirme al documento con el que se comprometió el Gobierno español. Están citados aeropuertos y puertos de interés general.

Parece que se abre una situación de inestabilidad en el Estado tras las elecciones en Castilla y León. ¿Qué reflexión hace?

—La intención en las instituciones vascas ha sido generar un clima de estabilidad, y se ha visto en los comportamientos del Parlamento, con algunas excepciones. En eso nos diferenciamos de algunas actitudes que estamos viendo en otras comunidades y también en el Parlamento español, donde se están produciendo sobreactuaciones por parte de algunos partidos, especialmente de la derecha, que no son propias de esta situación de crisis que nos ha tocado vivir.

El lehendakari ha censurado la gestión de los fondos europeos. ¿Qué planteará en la Conferencia de Presidentes?

—El proceso está siendo controvertido, pero no compartimos el debate descalificador que algunos han planteado ante la justicia. Es una cuestión muy seria que obliga a dialogar. Nosotros podemos manifestar cierta insatisfacción porque el dinero recibido no se corresponde con nuestro peso en el PIB español ni con la aportación al Cupo. Se nos dirigen fondos de acuerdo con la población que tenemos. El lehendakari ha planteado que se agilice, que se ajuste a nuestra aportación a la riqueza, que los fondos se destinen a programas transformadores, y que no funcionen como fondos de cohesión.

En la Ley Audiovisual, el Gobierno español no aceptó ninguna alegación de su departamento. Con la enmienda a la totalidad del PNV sobre la mesa, ¿le consta otra actitud?

—Es un tema que está en el ámbito parlamentario, y sobre el que PNV y Gobierno español deberían llegar a un acuerdo. El Gobierno español plantea transponer a la legislación una directiva europea, pero ha ido más lejos de lo que debía y afecta directamente a nuestro sistema de autogobierno. Por ejemplo, a la organización y gestión de EITB, que surge del Estatuto de Autonomía y tiene su propia regulación al margen de la ley española que hizo posibles las cadenas autonómicas. Su gobernanza está en la Ley de EITB de 1982. No entendemos que redacte una ley básica que quiera crear una situación diferente a la que ha funcionado 40 años.

¿Tiene margen de maniobra su departamento ante las decisiones judiciales que limitan el uso del euskera en la administración?

—Los casos de Irun y Laudio responden a decisiones municipales en función de su autonomía. Están en cuestión los derechos lingüísticos de la ciudadanía, y la administración tiene la obligación de atendernos en esa lengua oficial.

Iceta dice que trasladar el 'Guernica' a Euskadi, por los informes sobre su estado, sería un crimen mayor que la injusticia sufrida...

—Le he oído al ministro dos opiniones completamente contrapuestas. Estos debates hay que abrirlos cuando tienen una coyuntura favorable, y creo que este no es el momento.

Urkullu decía que, una vez levantada la emergencia sanitaria, podría afrontarse una nueva etapa fundacional. ¿A qué se refería?

—La reflexión del lehendakari tiene varios ámbitos. El primero es que el mundo sigue en pandemia y que, mientras haya una parte muy importante del mundo sin vacunarse, existe un riesgo de que aparezcan nuevas variantes. La sociedad vasca también ha realizado un ejercicio de responsabilidad muy importante cumpliendo con las diferentes indicaciones y con la vacunación, que nos da cierta tranquilidad para los próximos meses. Y el lehendakari constata que esta experiencia de dos años ha sido difícil. Ha habido que adoptar medidas para evitar contagios, pero estamos en un Estado de Derecho y hay que ser respetuosos con las libertades fundamentales. Las autoridades sanitarias nos abren un horizonte de esperanza. El lehendakari propone un ejercicio de ilusión colectiva para recuperar la normalidad, con prudencia, y hacer frente a los retos para los próximos años.

¿Va a ser una etapa duradera? La emergencia sanitaria no deja de activarse y desactivarse.

—La vacunación permite ser optimistas, pero la ciencia no es capaz de decir cuántos meses.

Urkullu insiste en que puede ser momento de recuperar el nuevo estatus de autogobierno, y el PSE cree que no es prioritario. ¿Con qué intención lo ha puesto sobre la mesa? ¿Está mirando a Bildu ahora que logran acuerdos?

—PNV y PSE, cuando firmaron su acuerdo, dejaron abierto este debate, y dejaron la puerta abierta a que se acometa en el Parlamento. El Gobierno asumió el compromiso de dedicarse al cumplimiento del Estatuto. Ahora, el lehendakari, como líder del Gobierno y miembro del PNV y parlamentario, tiene este asunto como pendiente. Además, hace una reflexión para situar el debate en el contexto español, y dice que deberíamos tener en cuenta una situación política que puede ser cambiante y que igual, dentro de dos años, produce mayorías diferentes. En su opinión, habría que aprovechar estos años.

Pero le insisto con Bildu. Tras el acuerdo presupuestario, el Gobierno fue muy cauteloso, pero ya hay coincidencias en educación y residuos. ¿Se abre una nueva fase en la relación?

—Más del 50% de los acuerdos parlamentarios que se han adoptado estos dos años ha contado con apoyo más allá del Gobierno de coalición. Hay un ejercicio permanente de los dos partidos para ensanchar sus capacidades de acuerdo, y la oposición está haciendo un esfuerzo.

Bildu ha planteado defender la adaptación del salario mínimo a la realidad vasca, como pactaron en el acuerdo presupuestario...

—El Gobierno Vasco tiene la intención de cumplir todos los acuerdos presupuestarios que ha adquirido con EH Bildu. Esta semana, el Consejo de Gobierno amplió hasta los cien millones el fondo municipal de sostenibilidad.