El PNV intenta abrir caminos para desbloquear la reforma laboral, y que su aprobación corra a cargo de los socios de investidura de Pedro Sánchez, sin experimentos que desplacen el eje de las alianzas hacia Ciudadanos y que dejen en el alambre la estabilidad de la legislatura. El presidente de la Ejecutiva jeltzale, Andoni Ortuzar, se ha abierto a escuchar fórmulas creativas que le pueda presentar el Gobierno español para blindar la prevalencia de los convenios vascos sobre los estatales.
Según las fuentes consultadas en la cúpula del PNV por parte de este periódico, se trataría, en primer lugar, de que el Ejecutivo español ponga algo sobre la mesa. Y que sea una fórmula con "garantías y que genere la confianza necesaria": el principal problema es que el Gobierno español fía las posibles cesiones de manera etérea al futuro, a un compromiso que se adoptaría en otras mesas u otras leyes, sin concreción sobre los plazos ni las formas, y con una invitación a acordar en próximos meses que no da un buen pálpito al PNV cuando ya ha salido escaldado de los compromisos sin cumplir, como la transferencia del Ingreso Mínimo Vital. También existe un problema con la falta de cohesión interna del Gobierno español, sin una posición unitaria y fiable en este diálogo.
El PSOE (con el ministro Bolaños) es más inflexible y pide no tocar una coma de lo pactado con la patronal CEOE y los sindicatos CCOO y UGT, mientras que la vicepresidenta Yolanda Díaz, de Unidas Podemos, ha lanzado algún globo sonda para seducir a los socios. Pero nadie da crédito ni validez a la propuesta de tocar el Estatuto de los Trabajadores, opción que, por ejemplo, ERC ya ha descartado en público.
El PNV votará en contra del decreto el próximo jueves 3 de febrero en el Congreso de los Diputados si no existe un acuerdo para blindar los convenios vascos, y el PSOE sigue atrincherado en que no se toque una sola coma. Pero, en una entrevista concedida a Onda Cero, Ortuzar ha realizado una invitación al Gobierno español para que busque vías. "Ojalá estemos a tiempo de encontrar otros mecanismos que nos den, con la cobertura legal necesaria, las garantías de que el marco vasco de relaciones laborales queda blindado y protegido por ley. Está en manos del Gobierno", ha zanjado este martes. El PNV pone la presión en el Ejecutivo español, que es quien tiene que realizar el esfuerzo y aclarar también si la oferta es en firme y la suscriben tanto el PSOE como Unidas Podemos, algo que no ha quedado nada claro todas estas semanas.
LA 'VIA CIUDADANOS' TENSA LA LEGISLATURA
Da la sensación de que el PSOE ha tratado de jugar la carta del Ingreso Mínimo Vital, planteando una especie de canje, presionando al PNV haciendo ver que surgen nuevas dificultades con la transferencia, y esperando a que los jeltzales apoyen a cambio la reforma laboral. Nada en las declaraciones públicas del PNV indica que los jeltzales vayan a ceder y siguen exigiendo los convenios vascos. En apariencia, tampoco el PSOE cede y este mismo martes se ha negado a cambiar el decreto o a tramitarlo como proyecto de ley abierto a enmiendas, pero la experiencia dice que el Gobierno de Sánchez acostumbra a resolver las negociaciones a última hora. No se descartan sorpresas hasta el fin de semana.
El PNV le había invitado a buscar otras mayorías para aprobar esta reforma. Pero trata de exprimir las vías para blindar los convenios vascos porque su escenario ideal no es que se pacte con Ciudadanos y que el grupo de Inés Arrimadas recupere el protagonismo y engorde, porque lo considera un partido de la derecha liberal y con una visión muy centralista del Estado. Además, la reforma quedaría aprobada sin exprimir todas las vías para blindar los convenios vascos. Se han producido, asimismo, movimientos inquietantes desde otros socios de investidura, como ERC, que ha avisado de que apoyarse en C's complicará futuros acuerdos con Sánchez. La cuerda se tensa y crece la sensación de que esta votación es algo más y puede marcar una tendencia para el futuro. Compromís también avisa a Sánchez.
Dentro del propio Consejo de Ministros, el pacto con C's reabre la caja de los truenos: Enrique Santiago, secretario general del Partido Comunista y encargado de la Agenda 2030, advierte de que, si se opta ahora por C's, la legislatura "quedaría hipotecada" cuando todavía quedan más de 300 iniciativas y dos años por delante, según puso en evidencia en TVE.
ORTUZAR: "YO ME TENTARÍA LA ROPA CON C'S"
Estas tensiones son cada día más evidentes y en algunos círculos de Madrid comienza a sonar la hipótesis de una convocatoria electoral que no interesa a casi nadie. Todo podría depender del resultado de las elecciones en Castilla y León, la situación en Andalucía y la salud de los acuerdos de investidura en el Congreso de los Diputados. Ortuzar, por su parte, aclaró que el PNV "no tiene ningún interés en alterar la situación política española" y prefiere agotar la legislatura, pero recomienda a Sánchez "imaginación, flexibilidad y un poco de pedagogía con la patronal" para sacar la reforma "con sus socios habituales".
"Yo, si fuera el Gobierno, me tentaría la ropa antes de sacar adelante la reforma laboral con C's y UPN", avisó, para añadir después que los naranjas son "un proyecto tocado de muerte que busca su minuto de gloria". Recordó a Sánchez que, más adelante, tendrá que aprobar más de 300 leyes que tienen "incursiones en competencias autonómicas" y el PNV "será muy defensor de lo vasco".
El PNV cree que la credibilidad de la reforma laboral quedaría tocada si se aprueba con un partido liberal como Ciudadanos. Y, además, Ortuzar defiende que el blindaje de los convenios vascos es inocuo, porque la patronal es la misma en Euskadi que en Madrid: Confebask forma parte de la CEOE, algo que no sucede con la mayoría sindical, que en suelo vasco es otra y la copan ELA y LAB. También se especuló hace días con que la patronal acompañara todo este proceso con un pronunciamiento público de respaldo al acuerdo interprofesional vasco de 2017, algo que no ha sucedido. De hecho, se ha centrado en defender su posición y presionar a los partidos.