Pedro Sánchez vuelve a enfadar a sus socios. El camino más corto para sacar adelante la reforma laboral, sin tocar una sola coma y con el respaldo de Ciudadanos y otros partidos minoritarios, puede servir al Gobierno español para salvar esa votación puntual el 3 de febrero, pero amenaza con tener consecuencias en la estabilidad de la legislatura. No se trata solamente de que dentro del propio Consejo de Ministros Unidas Podemos ve con recelos la opción de aparcar a los socios de la investidura para pactar con un grupo liberal como Ciudadanos. También uno de esos aliados de Sánchez, ERC, avisa de que "afectará a las relaciones, complicidades y posibilidades de buscar acuerdos" con su bancada, tal y como ha aclarado este lunes la secretaria general adjunta de los republicanos catalanes, Marta Vilalta.
Los socialistas insisten en aprobar la reforma laboral sin tocar el acuerdo con la patronal estatal CEOE y los sindicatos CCOO y UGT. Trabajan con el escenario de que verá la luz con los votos de C's, PDeCAT y otros partidos con menor representación en el Congreso. El PNV insistió en que votará en contra si no se recoge la prevalencia de los convenios vascos, aunque ya aclaró que esta disputa se sitúa en un plano diferente a la transferencia del Ingreso Mínimo Vital: en el caso de esa ayuda social, Sánchez estaría incumpliendo un acuerdo ya firmado y sería motivo suficiente para retirarle el apoyo, algo que no sucede con la reforma laboral, donde no existía un compromiso previo con el PNV.
MUY "LEJOS" DE LA DEROGACIÓN
ERC, que también tiene un acuerdo de investidura con Sánchez, aseguró en rueda de prensa que la reforma "se queda corta, muy lejos de la derogación que tanto el PSOE como Podemos habían explicitado", y que Moncloa "no quiere negociar". "Si ante uno de los temas más importantes de la legislatura, como es la reforma laboral, eligen a Ciudadanos u otros aliados, y la complicidad de la patronal y la CEOE, es evidente que afectará a las relaciones, complicidades y posibilidades de buscar acuerdos más adelante", avisó.
Llueve sobre mojado con ERC, descontenta porque Sánchez tampoco pone fecha para la mesa de diálogo sobre el conflicto político.
CIUDADANOS NO DEJA MARGEN AL PNV
El PNV no se ha declarado expresamente incompatible con C's, sino que ha sido el partido naranja quien ha trazado esa línea al prometer su apoyo a la reforma a cambio de que Sánchez no ceda con los nacionalistas vascos y catalanes. Si los convenios vascos aparecieran en la reforma, el PNV votaría a favor sin ningún problema aunque C's la apoyara, pero es un escenario que el propio partido naranja excluye. De ahí que Aitor Esteban viera este lunes poco viable la opción de unir ambas bancadas. Insistió en el no rotundo sin los convenios vascos.
Fuentes jeltzales aseguraron que no hubo negociación el fin de semana, sino las conversaciones habituales. El PSOE sigue sin moverse, pero el PNV no da por cerrado el diálogo hasta la votación.
EH BILDU SE SUMA A LA PROTESTA DE ELA Y LAB
En paralelo, la Mesa Política de EH Bildu decidió sumarse a las manifestaciones convocadas por ELA y LAB este domingo, porque la reforma está "muy lejos" de la derogación prometida por PSOE y Podemos.
ARRIMADAS ESCENIFICA UN FRENTE CON LA CEOE
La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, por su parte, realizó un movimiento en el tablero para convencer a Sánchez de que use sus votos para aprobar la reforma laboral. En concreto, se reunió con dirigentes de la patronal CEOE, entre ellos Antonio Garamendi, y les confirmó que apoyará la reforma si no incluye cambios sobre lo pactado con los agentes sociales, tal y como quiere el propio Garamendi. Arrimadas les planteó un "frente común para frenar al separatismo.