- El cruce de declaraciones, ya sean veladas o manifiestas, sigue en plena ebullición en el seno del PP entre la cúpula directiva, personificada en torno al líder Pablo Casado y su escudero más fiel Teodoro García Egea, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. El último episodio de la batalla interna entre populares se vivió ayer en el 16º Congreso del partido en Andalucía, en el que Casado levantó la voz para contrarrestar las ansias de libertad de Ayuso y proclamar que “el personalismo no cabe en el PP”. “Esto no es un talent show de megalomanías”, resumió, sino que apostó porque ningún verso suelto se aleje de lo que verdaderamente importa a la formación de Génova: sacar a los socialistas de Moncloa.
Como si tratara de cortar las alas a Ayuso, que sigue insistiendo en la necesidad de que el PP de Madrid la corone como lideresa y le otorgue todo el poder en la Comunidad -ya es su presidenta, ahora solo resta que le den el bastón de mando del partido-, Casado aseguró que “somos un gran equipo, una gran orquesta, aquí no caben los solistas, somos una orquesta afinada, armónica, donde prima una partitura fuerte, no la suma de planes individualistas; el personalismo no cabe en el PP”. Fue un mensaje duro, directo y al mentón de Ayuso, que apenas un día antes instó a Juanma Moreno, presidente de Andalucía, a “volar libre” y ubicar unas posibles elecciones en su comunidad cuando él lo quiera, sin ningún tipo de ataduras con la sede estatal de la calle Génova. Lo señaló Casado, eso sí, sin hacer una mención expresa a la presidenta madrileña.
El pulso soterrado que viven ambas cumplió ayer un nuevo episodio. De hecho, Casado insistió en centrarse en la pugna con Moncloa y el PSOE, ahora que las encuestas electorales le soplan a favor, para pasar de las disputas internas que puedan distorsionar su mensaje. “El PP es demasiado importante” para intentar “poner por encima los intereses de cada uno y arriesgar la inmensa responsabilidad” que tiene la formación en una “hoguera de vanidades que no conduce a ninguna parte”. “Esto no es un talent show de megalomanías”, añadió. Y es que el flanco territorial se le está revolviendo al presidente del PP, con algunos dirigentes territoriales que parecen ir por libre.
Todo hace indicar por ahora que Moreno está del lado de Casado en el ya cada vez menos soterrado pulso que mantiene con Ayuso. El dirigente andaluz recibió ayer todo el apoyo de líder nacional, quien durante su alocución aseguró tener “plena convicción” de que Moreno no seguirá a pies juntillas los consejos de Ayuso -ya el mismo sábado se desmarcó de las declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid al asegurar que él “ya vuela libre”- va a “arrasar” y va a obtener una “mayoría aplastante o mayoría absoluta”, sin tener que jugar con los tiempos de las elecciones. El dirigente abogó porque paren esos mensajes que “enredan”, abrevió, acerca de los últimos cruces de declaraciones en el seno popular. Y como contrapartida, parece que ha logrado incluir a Moreno en su bando.
Aún así, lo cierto es que pese a los llamamientos de cesar el fuego amigo y pasar a un escenario de mayor calma, el PP no logra hallar la tan ansiada tranquilidad. Y a la vista de que el culebrón que personifican Casado y Ayuso sigue latente, y cada vez con mayores ecos y mayores personajes de por medio, todo indica que el intercambio de golpes se mantendrá.
Casado arriba a Euskadi. El presidente del PP, Pablo Casado, desembarca hoy en Gasteiz y Bilbao en una ajetreada jornada en la que realizará una visita al Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo en la capital alavesa y posteriormente asistirá en Bilbao a la reunión de la European Round Table For Industry -también estará el rey Felipe VI- en la torre Iberdrola. Ya por la tarde, presidirá a partir de las 16.30 horas la Junta Directiva del partido en la CAV, donde intervendrá junto a Carlos Iturgaiz.