- “Nos encontrará quien quiera”. Las comparecencias de los consejeros en el Parlamento Vasco para desglosar los Presupuestos para 2022 arrancaron con el ofrecimiento del Ejecutivo de Iñigo Urkullu a la oposición de buscar acuerdos pero siempre desde una óptica “realista” y “viable”. Abrió la ronda el titular de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, quien recordó que los socios de Gobierno disponen de una mayoría absoluta que garantiza su aprobación y hace prescindibles al resto de formaciones políticas, aunque la aspiración es firmar un mayor número de adhesiones. En una intervención en la que desgranó el contenido del proyecto, dotado con 13.108 millones de euros, de los que 1.600 se reservan para inversión pública, el jeltzale reiteró que la “actitud” de su departamento es, “incluso en situaciones de mayoría, intentar atraer nuevos consensos que refuercen las políticas públicas”, siempre y cuando la negociación se desarrolle en términos de practicidad y no de planteamientos imposibles. Por ello, defendió que “serán bienvenidas las sugerencias, enmiendas o acuerdos” que se centren en las competencias autonómicas y “en un principio de realismo político-económico capaz de generar mejoras en las Cuentas presentadas para que tengan viabilidad política amplia”. “Espero encontrar actitudes que denoten reales voluntades de negociar; y quien quiera acordar mejoras sociales y en políticas sectoriales razonables acomodadas en el fin de impulsar la economía y el empleo en Euskadi, nos encontrará de cara”, emplazó Azpiazu.
En este contexto, el Gobierno Vasco, que se ofrece a recibir propuestas que permitan “mejorar” unas Cuentas que ya son “buenas”, y que no esconde que es con Elkarrekin Podemos con quien mantiene la mejor sintonía, espera de EH Bildu un comportamiento y “misma actitud” que la que despliega en Nafarroa y en el Congreso, pero la coalición soberanista precisó que es Lakua quien no reporta a la oposición un “margen” para suscribir pactos como los trabajados en la Comunidad foral y con el Gobierno español. El consejero de Economía matizó que esto se produce en dos ámbitos donde Bildu cuenta con una “posición de fuerza” diferente a la que ostenta en la CAV, además de responder al cuestionamiento que algunos grupos realizaron de las previsiones económicas en las que están sustentados los Presupuestos. Si bien en el proyecto pueden planear ciertas “sombras” que afecten a las predicciones, el jeltzale recordó que las estimaciones “no se pueden cambiar cada cuarto de hora”, y que tampoco es conveniente actualizarlas “para dar la razón al más pesimista”. En todo caso, una vez que el viernes se conozcan los datos de las cuentas trimestrales definitivas, se dispondrá de información suficiente para revisar los pronósticos.
Azpiazu reconoció que los datos de crecimiento del PIB del tercer trimestre fueron “más bajos” de lo estimado, pero cree que el proceder de la economía en el cuatro trimestre “puede ser mejor” que lo planteado inicialmente, de forma que el diferencial entre la estimación de crecimiento y el dato definitivo será “reducido”. En el caso del IPC, que en octubre alcanzó el 5,5%, aseveró que tampoco “hay que ser tremendista”, ya que una parte importante de la elevada inflación se debe al encarecimiento de las materias primas y del suministro energético, factores “relativamente coyunturales” que podrían corregirse de forma progresiva. El consejero, que repasó las cifras del Presupuesto destinadas a inversión y gasto social, censuró a la oposición cuando se pronuncia aludiendo a recortes en las políticas públicas. “¿Ajustes? Serán ajustes expansivos; habrá que inventar una nueva categoría”, ironizó el responsable económico de Lakua.
Desde Elkarrekin Podemos-IU, su parlamentario respondió subrayando que su grupo siempre plantea propuestas “realistas” y, aunque expresó su intención de perseguir un acuerdo, cuestionó que el Gobierno vaya a dejar margen para incorporar “propuestas de cierto calado” en un proyecto que tiene poco margen de “mejora”. Por su parte, la parlamentaria de EH Bildu, Leire Pinedo, fundamentó su escepticismo en que se propone un formato de negociación “encorsetado” y de tiempo limitado, por lo que reclamó al Ejecutivo que “abra el abanico” y permita abordar cuestiones que no sean exclusivamente presupuestarias, como una reforma fiscal, ya que resultan “básicas”.
Susana Corcuera, del PSE-EE, apeló a la “complicidad” de la oposición para implicarse en unas Cuentas diseñadas para superar la crisis “sin dejar a nadie atrás”. Por parte de las fuerzas que apoyan al Ejecutivo, Itxaso Berrojalbiz, del PNV, apeló a que el proyecto presupuestario es el “eje” sobre el que pivotará “la recuperación y la transformación” económica de Euskadi.
Desde una perspectiva completamente diferente, el parlamentario de PP+C’s, Luis Gordillo, mostró ánimo de negociar pero lamentando que el punto de partida es “complicado” con el balance “ya cerrado”. Más duro fue el presidente del PP de la CAV, Carlos Iturgaiz, quien consideró que el Ejecutivo ya ha elegido a “los comunistas de Podemos” como “pareja de baile”, “cuando ya sabemos cómo es su política, subir impuestos, apoyar la ocupación y otras cosas de comunistas”. “Yo pensaba que la política económica de los jeltzales era liberal”, se jactó en una entrevista en ETB-1. A su vez, sobre la materia de autogobierno, apuntó que el PNV quiere “romper el Estatuto de Gernika y hacer otro con EH Bildu”. “¡Ya les gustaría a los länder alemanes o a los estados federales de los Estados Unidos tener la autonomía que nosotros tenemos en Euskadi!, exclamó Iturgaiz.
Por último, aparte de cuestionar el endeudamiento previsto en el proyecto, desde Vox, Amaia Martínez aseguró que “de alguna manera” hará llegar sus propuestas al consejero aunque su partido haya sido excluido de la ronda de contactos.