- El clima entre los dos socios del Gobierno español se va enrareciendo cada día que pasa, con sucesivos enfrentamientos internos que se prolongan en el tiempo y empañan toda la acción de un Ejecutivo que solo da titulares por sus conflictos internos. Ayer, en el día en que la parte socialista y la morada se reunieron en Moncloa para tratar de reconducir la situación -sin que se produjeran grandes avances en el encuentro-, siguieron los reproches e intercambios de palabras entre ambas formaciones, con la derogación de la reforma laboral y la retirada del escaño de Alberto Rodríguez como telón de fondo.
El clímax de la bronca lo puso Podemos al reclamar a la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, que dimita “por dignidad” al entender que lo que ha hecho el juez del Supremo Manuel Marchena, como lo que ha “perpetrado” Batet al retirar el escaño a Rodríguez, “atenta contra la democracia y la separación de poderes”.
En contraposición, el jefe de los letrados de la Cámara avaló ayer por la tarde la actuación de la presidenta de la Mesa en su decisión de retirar el escaño al diputado morado.
Respecto al embrollo de la reforma laboral, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, admitió ayer los problemas existentes al respecto en el seno del Gobierno y reconoció que la coalición con los socialistas pasa por un momento “delicado”. En la otra parte del Ejecutivo, la posición sigue inamovible y ayer el propio Pedro Sánchez realizó una férrea defensa de la labor de Nadia Calviño. En cualquier caso, Sánchez dijo que “todo el Gobierno” está comprometido con derogar la norma de empleo que impulsó Mariano Rajoy.
En el caso del ya exdiputado Alberto Rodríguez -que anunció el sábado su retirada de la política y el abandono de la militancia en Podemos-, desde la formación morada elevaron ayer el tono y calificaron de “gravísima” la actuación de Meritxell Batet, a quien le piden que dimita como presidenta de la Cámara Baja. A esta demanda se sumó también el ex secretario general del partido, Pablo Iglesias, que tachó de “barbaridad” que se le haya quitado el escaño a Rodríguez.
También se pronunció al respecto la coportavoz de la Ejecutiva de Podemos, Isa Serra, que explicó que lo que se ha producido en este caso “no es un ataque a Alberto Rodríguez o a Unidas Podemos, es un ataque a la democracia, al legislativo y a la voluntad popular: es una condena injusta basada en acusaciones falsas”. Según defendió Serra, Marchena y Batet en colaboración han arrebatado el escaño al dirigente morado contra el criterio de los letrados del Congreso y del propio Supremo, “y eso es gravísimo”.
Por otra parte, y pese a que el viernes Podemos anunció una querella contra Batet por prevaricación, una acusación que extendió al Supremo; ahora en el partido aseguran que es una cuestión que atañe a Rodríguez a título individual. “Nosotros nunca dijimos que la querella la iba a presentar Unidas Podemos, desde el primer momento dijimos que íbamos a apoyar a Alberto”, trasladan ahora desde la formación morada, que niega haber cambiado de criterio.
Hasta el momento, Alberto Rodríguez no ha decidido si finalmente presentará esa querella por prevaricación contra la presidenta del Congreso, a la que sí ha enviado un requerimiento en el que, por medio de varias preguntas, le pide que aclare el motivo por el que procede a su sustitución como diputado “sin procedimiento previo alguno” para privarle de su escaño, y si esa decisión ha sido “personal”. Una vez recibida la respuesta a dicho escrito, Rodríguez decidirá si interpone o no la querella contra Batet. Mientras tanto, presentará también un incidente de nulidad ante el Supremo contra la sentencia que le inhabilita, alegando vulneración de derechos fundamentales.
En lo que concierne al choque Díaz-Calviño, en Podemos también emplearon palabras gruesas contra los socialistas y Serra acusó a la ministra de Economía de querer hacer una reforma laboral “al servicio y a la medida de la patronal”. Ante ello, la dirigente morada reivindicó el papel de la titular de Trabajo, que a su juicio está haciendo “enormes esfuerzos” para derogar la norma que implantó el PP.
Por su parte, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo admitió ayer que la situación en el seno del Ejecutivo no vive sus mejores días después de las recientes tensiones. Así, Yolanda Díaz aprecia que el Gobierno de coalición se encuentra en un momento “delicado” a raíz de las discrepancias surgidas alrededor de la derogación de la reforma laboral.
En declaraciones a los medios tras un acto en Santiago, la vicepresidenta explicó que las diferencias entre los socios de Gobierno a este respecto “no van de quién lidera” la derogación y sí “de qué vamos a hacer en la principal reforma de mercado de trabajo de nuestro país”, medida que figura en el pacto de coalición. “Nunca discuto los puestos, tanto es así que en esa pelea que hubo entre ser vicepresidenta segunda o tercera, yo tardé cinco minutos en renunciar a esto”, esgrimió Díaz, que remarcó que el debate “es de contenidos y no de personas”.
Por último, Pedro Sánchez coincidió ayer a mediodía con Nadia Calviño en un seminario económico y salió en defensa de su ministra con un reconocimiento expreso a su labor. En cualquier caso, el presidente socialista afirmó que “todo el Gobierno” está comprometido con la modernización de la legislación laboral.
“La decisión de Batet al retirar el escaño atenta contra la democracia y la separación de poderes”
Coportavoz de Podemos
“Todo el Gobierno está comprometido con un cambio de la legislación laboral”
Presidente del Gobierno español