l 3 de septiembre de 2020, hace apenas un año, Iñigo Urkullu fue elegido lehendakari -por tercera vez consecutiva- en la sesión de investidura que daría como resultado la formación del Gobierno de coalición que tomaría las riendas de la XII legislatura del Parlamento Vasco. Doce meses después, en los que la pandemia ha sido la principal preocupación de la ciudadanía vasca, tres expertos analizan para DNA el curso político del Ejecutivo Urkullu.
Jonatan García Rabadán, doctor en Ciencias Políticas, miembro del Euskobarómetro y profesor en la UPV/EHU, asegura que el Gobierno Vasco ha salido "perjudicado" por las restricciones impuestas en la pandemia, pero "no de manera excesiva": "Todos los gobiernos han salido perjudicados ante la imagen pública, no creo que el caso de Urkullu haya sido una excepción", matiza. "Bien es cierto que, cuando la ciudadanía se ha acercado a las urnas, ha vuelto a apoyar a esos mismos gobiernos, como es el caso de Galicia, Catalunya, Madrid y la propia Euskadi", analiza el politólogo.
En ese sentido, García señala que los gobiernos autonómicos que hayan demostrado cierta competencia en la gestión de la crisis probablemente saldrán "beneficiados por la ciudadanía". Por ello, señala que, si la actual situación pandémica "no da un vuelco negativo", seguramente "el Gobierno Vasco saldrá reforzado", ya que "la ciudadanía tiende a premiar a los gobiernos que aportan cierta confianza gestionando el poder".
Por otro lado, afirma que las formaciones vascas están valiéndose de su trascendencia en el Congreso para negociar mayores competencias para Euskadi. "PNV y EH Bildu han recogido ese papel de actor central para las negociaciones con el Gobierno que antes tenía la ya extinta Convergència". Sin embargo, apunta que no es una cuestión exclusivamente vasca, ya que "los catalanes y gallegos" tienen tradición en esas negociaciones. Las competencias que se han pactado se han hecho en el marco del acuerdo entre PNV y PSOE y el diálogo con el Gobierno Vasco.
En cuanto al papel del PSE, García señala que ha quedado en un "segundo plano", ya que la gestión de la pandemia recae en consejerías que posee el PNV. Sin embargo, señala que el ámbito de la recuperación -como puede ser la RGI o las políticas de empleo- está en manos de la formación de Idoia Mendia, por lo que "es ahí donde el PSE podrá tener mayor visibilidad" y así "consolidar su posición". Por último, pone el foco en el pacto Antipandemia que el Gobierno Vasco negoció con Elkarrekin Podemos-IU, y señala que "posiblemente pueda proyectarse hacia los Presupuestos a la vuelta del verano", lo que daría otro "cariz" al Gobierno Vasco de la mayoría absoluta.
María Silvestre, directora del Deustobarómetro, afirma que la mayoría de la sociedad vasca "ha entendido las medidas restrictivas" aplicadas por el Ejecutivo autonómico como medidas necesarias para "salvaguardar la salud de la población". Sin embargo, considera que las decisiones en el ámbito económico y turístico han podido generar "más rechazo" entre la población, así como los vaivenes en la toma de decisiones, donde echa en falta más "transparencia en los argumentos y explicaciones".
Por otro lado, Silvestre incide en la complejidad de la cogobernanza entre Gobierno español y comunidades autónomas una vez finalizado el estado de alarma. "Fue un error delegar en los tribunales algunas de las decisiones políticas a adoptar", opina la socióloga. Además, apunta que "no querer el fin del estado de alarma en mayo de 2021" y después "no solicitar un estado de alarma para Euskadi" fue una "contradicción" por parte del Ejecutivo de Urkullu.
Asimismo, señala que gran parte de la población es consciente de la dificultad de gestionar la pandemia y que no es fácil tomar ciertas decisiones en esta tesitura. En este sentido, afirma que "todavía es pronto para saber si la gestión de la pandemia ha supuesto un desgaste o un refuerzo" para la imagen del Gobierno Vasco, "aunque sí se ha podido resquebrajar algo la idea de que Euskadi era una de las comunidades más avanzadas y desarrolladas de España, al observar que otras comunidades obtenían mejores índices y vacunaban más deprisa", declara.
Por último, y haciendo un breve resumen, Silvestre no cree que pueda afirmarse que Urkullu y Sánchez hayan salido reforzados tras la cogobernanza. Sin embargo, considera que la recepción de los fondos europeos puede significar un refuerzo para el Ejecutivo español, pero apunta que de no gestionarlos correctamente "puede ser un motivo de crítica y desafección".
Por otro lado, el periodista e investigador en Comunicación Social en la UPV/EHU, Txema Ramírez de la Piscina, se muestra crítico con la gestión de la pandemia y asegura que aunque "es entendible que se equivoque" ante una crisis "sin precedentes", la imagen de Urkullu queda "bastante tocada" después de este año. Ramírez achaca una "falta de transparencia y de autocrítica" a ambos ejecutivos. "Dijeron que la inmunidad de grupo llegaba con el 70% de la población vacunada, mientras expertos como Rafael Bengoa decían que llegaría con el 85%", denuncia en referencia a las promesas de Sánchez.
Siendo consciente de que Urkullu ha tenido limitaciones para legislar entre las medidas impuestas por Pedro Sánchez y las sentencias judiciales, Ramírez afirma que en cierta medida esta ha sido "la excusa fácil" que ha utilizado el Gobierno vasco para "disimular sus deficiencias".
Además, señala que el pacto con Elkarrekin Podemos en la Ley Antipandemia es un gesto del Ejecutivo vasco "de cara a la galería" con el fin de "dividir a la oposición": "Es un intento más de divide y vencerás y no un intento sincero de dejar de lado el rodillo de la mayoría absoluta", esgrime. Además, sostiene que existe una animadversión del PNV hacia EH Bildu por la que el Ejecutivo de Urkullu rechaza sistemáticamente las propuestas de la formación de Arnaldo Otegi: "Estoy convencido de que determinadas propuestas, si en vez de hacerlas Bildu las hubiera hecho otro partido, hubieran sido aceptadas", asegura. En concreto, Ramírez expone el ejemplo del Consejo Vasco Audiovisual. "Con esa actitud no se puede construir país", recalca.
Por último, cree que el PSE ha caído en la inacción durante este año. "¿El PSE está en el Gobierno Vasco?", pregunta irónicamente. "Durante toda la pandemia, el PSE no ha dicho absolutamente nada. Es una actitud absolutamente sumisa, demostrando que están en el Gobierno pero sin ser parte activa del mismo", concluye.
Pacto Antipandemia. La Ley vasca Antipandemia aprobada el pasado junio se fraguó con miras a crear una armadura jurídica para reforzar las competencias del Ejecutivo de Urkullu frente al coronavirus. La aprobación de la ley estaba garantizada gracias a la mayoría absoluta de PNV-PSE, sin embargo, desde el gobierno abrieron las negociaciones con las demás bancadas con la intención de que el consenso fuese más amplio. Finalmente, fue aprobada el 24 de junio de este mismo año con el apoyo del Gobierno y Elkarrekin Podemos-IU.
Varapalo judicial. En febrero de este mismo año, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) bloqueó las medidas del Gobierno vasco por las que se clausuraron los bares y restaurantes situados en localidades situadas en zona roja. En el fallo, el TSJPV aseguraba que esa medida generaba un "grave quebranto económico" en el sector y que no se observaba "con claridad" la influencia de estos establecimientos con la subida de la incidencia del virus.
"La mayor parte de la sociedad ha entendido como necesarias las medidas de Urkullu"
Directora del Deustobarómetro
"Es entendible que se equivoque, pero la imagen de Urkullu queda bastante tocada"
Investigador en Comunicación Social
"Si la pandemia actual no da un vuelco negativo, seguramente el Ejecutivo vasco saldrá reforzado"
Politólogo, miembro del Euskobarómetro
García y Silvestre consideran que Urkullu no ha acusado demasiado el desgaste de la pandemia, mientras Ramírez opina que sale "tocado"