ras casi 40 años de funcionamiento, el que fuera escenario de las tramas de corrupción más sonadas de la política española, la sede del Partido Popular en Génova 13, afronta lo que previsiblemente serán sus últimos meses de vida. Los populares quieren desprenderse de su principal base de operaciones para decir adiós al "lastre electoral" que supone el pasado oscuro que rodea a su sede y que tanto ha dañado a la imagen de su formación en los últimos años.
El pasado 16 de febrero, tras el batacazo electoral del partido en las elecciones catalanas, el líder del PP, Pablo Casado, anunció que el partido cambiaría su ubicación para romper con el pasado. Según dijo entonces, "no debemos seguir en un edificio cuya reforma se está investigando en los tribunales", en alusión al juicio que comenzaba entonces por el pago de la remodelación de su sede mediante dinero extraído de la supuesta caja B del partido.
Génova 13 simboliza conceptos tan oscuros como los sobresueldos, la caja B, Púnica, Gürtel o Kitchen, y Casado lo sabe. Por ello, quiere ser el adalid de una "nueva etapa" que deje atrás el "daño inasumible" que supone la corrupción para su partido. En esta línea, el líder popular encomendó a Teodoro García Egea la tarea de buscar un nuevo edificio donde trasladar a su formación. Ayer, el número dos del PP afirmó que ese proceso "sigue su curso" y que esperan tener noticias "a la vuelta del verano".
García Egea declaró que aún no han elegido una empresa que les ayude en la mudanza, aunque confirmó que están realizando un procedimiento abierto para que "se presenten todas aquellas entidades que consideren que cumplen con una serie de requisitos". "Queremos que se desarrolle de forma transparente y de forma absolutamente rigurosa para permitir que el proceso sea modélico y que nuestro cambio de sede genere una nueva ilusión y abra una nueva etapa", subrayó.
El secretario general del PP señaló que no se atreve a dar un plazo para la inauguración de la nueva sede, y no quiso dar detalles sobre si optarán por alquilar o por vender el edificio de Génova. En su día, cuando Casado anunció que el PP abandonaría su sede, el portal inmobiliario Idealista estimó que un edificio de las características de Génova 13 -con más de 10.000 metros cuadrados repartidos en nueve plantas y cuatro de garaje- podría alcanzar en el mercado un valor de hasta 36 millones de euros si saliese a la venta.
Sin embargo, la dirección del PP se está encontrando con problemas para abandonar Génova camino de una nueva sede. El inconveniente no está en la búsqueda de otras ubicaciones, ya que Teodoro García Egea ya tiene varias localizaciones posibles en el centro de Madrid, según La Información. El problema radica en que los populares no contemplan actualmente la opción de vender. El PP se decanta por alquilar Génova 13 para poder obtener un importante rendimiento económico a lo largo de los próximos años e ir cuadrando así sus cuentas.
En una calle principal de Madrid, como es Génova, el metro cuadrado de compra puede superar con facilidad los 5.500 euros. En formato de alquiler, según los actuales precios de mercado, los populares podrían obtener rentas superiores a los 160.000 euros mensuales. Sería, por tanto, un alivio para la cuenta de resultados de un partido que en los últimos años ha sufrido especialmente por la pérdida del Ejecutivo español y de representación parlamentaria en el Congreso, el Senado y las cámaras autonómicas.
Además, el partido de Casado acumula una importante deuda heredada de 22,6 millones con entidades financieras al cierre del curso pasado. Son préstamos concedidos para convocatorias electorales que aún no ha saldado. No es la única formación endeudada, en una situación muy similar se encuentra el PSOE, que debe 26,4 millones de euros (dato al cierre de 2020) a diferentes bancos.
Tras ofrecer múltiples entrevistas desvinculándose del extesorero del partido Luis Bárcenas y de sus antecesores, hace medio año Pablo Casado dejó de dar explicaciones "sobre ninguna cuestión pasada que corresponda a una acción personal que no haya sido en beneficio del partido o que incluso haya podido perjudicarle". El coste electoral de la corrupción es "tremendo" y el PP no se puede permitir ese "daño inasumible" ante el calendario judicial al que se enfrenta.
Aunque no ofrecen detalles sobre la futura ubicación, se esmeran en señalar que todo el proceso será "riguroso y transparente"
La dirección del partido se decanta por alquilar la sede actual para poder obtener un rendimiento de más de 160.000 euros mensuales