Sobre el papel, existe voluntad de diálogo en Madrid. Pero, en hechos concretos, de momento no hay cambio de posición en el Gobierno español. El Ejecutivo de Sánchez no va a retirar este miércoles a última hora el decreto que relaja el uso de la mascarilla antes de que se vote en el Congreso de los Diputados aunque se lo pedían el lehendakari Urkullu y otros presidentes autonómicos. La Moncloa enfría la opción de un cambio inmediato de criterio. Pocas horas después de que se hiciera público que el lehendakari ha enviado una carta al presidente español para pedirle la mascarilla obligatoria y un marco legal que permita aplicar el toque de queda y limitar las agrupaciones, La Moncloa se abrió a debatir estos asuntos en el Consejo Interterritorial de Sanidad con las comunidades autónomas. Pero, al término de esta reunión, la ministra Carolina Darias parece haber descartado por ahora un cambio sobre la mascarilla y avisó de que se va a subir a la tribuna del Congreso de los Diputados para defender el decreto.
Darias dijo que no es un “problema de la norma”, sino un problema de “cumplimiento” de esa norma por parte de algunos sectores, porque el decreto, en sentido estricto, sigue diciendo que la mascarilla es obligatoria y solo puede dejar de usarse al aire libre si se mantiene una distancia de un metro y medio con otras personas. “Es verdad que hemos visto imágenes que no nos gustan, pero no es una cuestión de la norma, sino del cumplimiento de la norma”, zanjó, para defender también que han sido “tremendamente prudentes y graduales”. Lo que sucede con este decreto es que varios presidentes autonómicos lamentan ahora el mensaje triunfalista que se lanzó, que se deslizara que el peligro ha pasado, y que se estableciera esta confusa idea del metro y medio de distancia que en realidad se cumple de manera muy desigual en las calles y es interpretable. De ahí que Urkullu plantee el uso obligatorio general en el ámbito urbano, y solo quitarse la protección en el ámbito natural sin concurrencia de personas.
VOTACIÓN EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
VOTACIÓN EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS
A partir de ahí, Darias no quiso adelantar si el decreto, en vigor desde el 26 de junio, será convalidado y podrá seguir en marcha. Si no lo hiciera, se volvería al uso obligatorio en todos los casos. Pero el Gobierno español da por hecho en privado que tiene los votos, quizás porque espera la abstención de un PP que no tiene un discurso unívoco, o por la propia ultraderecha de Vox, que suspira por el final de las restricciones. PDeCAT y Compromís votarán a favor entre críticas. Parece que prima en varios grupos la idea de no regresar al escenario anterior, donde no había ningún tipo de respiro con esta medida.
DARDO CON EL MARCO LEGAL
Por otro lado, sobre el marco legal de las restricciones, Darias dejó caer un dardo de manera sibilina cuando recordó que ella planteó declaraciones de actuación coordinada sobre el ocio nocturno y las comunidades se rebelaron. Ya por la mañana, la portavoz Isabel Rodríguez había insistido en que las comunidades tienen herramientas. “Hay margen”, dijo, para añadir que “algunas están teniendo mucho éxito”. Obvia que otras comunidades, como la CAV, Nafarroa y Canarias, se enfrentan al veto de sus tribunales.
Otra comunidad, Andalucía (PP y C’s), se acababa de sumar al lehendakari y exigía recuperar el uso de la mascarilla. Pero el Ejecutivo español se resiste a virar. “Las competencias de las comunidades son el marco en que debemos movernos”, había dicho Rodríguez, para añadir que “la disposición del Gobierno es la colaboración leal” y que el lehendakari seguramente encontraría respuesta a su misiva.
Andalucía (PP+C’s) “se suma” a la petición por carta del lehendakari sobre la mascarilla. El portavoz, Elías Bendodo, pidió a Sánchez “que se actualice, ponga los pies en la tierra y vea cómo va a la pandemia”. Avisó de que los contagios han crecido desde la retirada del cubrebocas.