- El Gobierno Vasco se quiere poner manos a la obra cuanto antes para retomar la negociación de las transferencias con la nueva ministra, Isabel Rodríguez. La consejera de Autogobierno, Olatz Garamendi, confía en que el relevo de Miquel Iceta al frente del Ministerio de Política Territorial no altere el compromiso político para el cumplimiento del Estatuto de Gernika porque existe un acuerdo de fondo, pero es inevitable que surja un problema logístico: nuevamente habrá que construir la relación con una ministra desde cero, y esa situación obliga a mover ficha cuanto antes para poner en marcha los resortes de las conversaciones. Por el momento, según fuentes de la consejería consultadas, Garamendi ha enviado a la ministra el protocolario mensaje de felicitación, que ha sido respondido por Rodríguez con la habitual referencia a verse en el futuro. Tras esa comunicación sin mayor trasfondo político, Garamendi quiere reunirse “tan pronto como sea posible” y acometer los traspasos pendientes.
El Gobierno Vasco asume que la ministra acaba de aterrizar y tendrá que nombrar a su equipo y, por parte de la consejera, lo que se hace es poner sobre la mesa un mensaje de colaboración y disposición para mover cuanto antes los asuntos en cartera. “Las transferencias no tienen ni vacaciones, ni cambios de Gobierno. El Estatuto lleva más de cuarenta años incumplido, y mantenemos la exigencia con la nueva ministra; tanto como antes del cambio”, explican desde Lakua.
El relevo de Miquel Iceta ha causado sorpresa. Es un socialista catalán entusiasta de la descentralización política y la apuesta por el Estado plurinacional. Que estaba cómodo en su desempeño era evidente y él mismo se encargó de comunicar cierta decepción por su relevo el martes. El reemplazo ha dado pábulo a interpretar que puede haber cierto cambio de fondo en el Ministerio, ahora ocupado por una representante de la federación de Castilla-La Mancha, muy crítica con los indultos a los presos soberanistas. Su líder, Emiliano García-Page, se ha destacado por ver con recelo el acercamiento a los nacionalistas vascos y catalanes. Pero la propia Isabel Rodríguez, quien también ejerce como portavoz del Gobierno de Pedro Sánchez, ha aclarado en público que detrás de su proclamación “no hay un cambio de dirección” y que seguirá “la hoja de ruta” marcada por el presidente español.
Añadió que no hay ninguna duda sobre su afecto a Catalunya. El presidente de la Ejecutiva del PNV, Andoni Ortuzar, adelantaba en una entrevista publicada por este periódico el domingo que no había que interpretar un cambio de estrategia, y que todo va a pasar por la ventanilla de Sánchez en un gabinete cada vez más presidencialista.
Podría haber, si acaso, matices en el discurso o una menor presencia de Catalunya en las ruedas de prensa posteriores al Consejo de Ministros porque parece que, en cierto modo y según se proyecta en medios cercanos a los socialistas, esa es la intención de Sánchez para que se retire el foco de la opinión pública de ese ámbito y baje la presión. Pero se mantendrán los compromisos políticos. Desde el departamento de Garamendi no se tiene ningún prejuicio hacia Rodríguez, y se lanza un mensaje de colaboración y exigencia, pero sin la intención de recibirla con estridencias nada más sentarse en su despacho.
Si se aplica el mensaje de continuidad de Rodríguez al Estatuto de Gernika, la ministra seguirá dando pasos en el cumplimiento del calendario con las transferencias pendientes, donde aún quedan 27 materias por acordar. Antes del relevo, el Gobierno español se había prestado a negociar otras cuatro. Además del Ingreso Mínimo Vital, que permanece varado en el puerto del ministro Escrivá porque se niega a una transferencia completa, el Ejecutivo de Sánchez había detectado opciones de avanzar en el traspaso de las líneas de tren de cercanías, la inmigración (para que Euskadi ejecute la legislación para los permisos de trabajo y la integración, entre otros puntos), y la ordenación del litoral.
El PNV también espera que los compromisos se mantengan intactos, o que no se utilice el relevo como pretexto para demorar la negociación. Por el Ministerio de Política Territorial han pasado ya cinco personas durante el mandato de Sánchez: comenzó Meritxell Batet, la sustituyó en funciones Luis Planas, después llegó el turno de Carolina Darias, Miquel Iceta tomó el relevo y, por último, las riendas han recaído en manos de Isabel Rodríguez. La exigencia se mantiene porque el Estatuto de Gernika lleva 42 años incumplido.
El parlamentario del PNV Iñigo Iturrate aseguró ayer que el Gobierno de Sánchez los tendrá “vigilantes” para que quede garantizado el cumplimiento de los acuerdos, y le pidió “lealtad” para que implemente los compromisos firmados y responda a la apuesta por la estabilidad de su grupo. Aunque Iturrate admitió que siempre supone “un paso atrás tener que volver a empezar” después de los cambios de gobierno, en realidad los obstáculos que frenan las negociaciones “no están tanto en el ministro, en el secretario de Estado o en los responsables políticos, sino que están en una administración, en una burocracia y un funcionariado con una concepción absolutamente centralista del Estado”, dijo en Radio Popular. Avisó a Escrivá de que lo perseguirán como un “perro de presa” con el IMV.
“Nadie discute que somos unos socios leales; lo único que pedimos es lealtad a la otra parte”
“Aportamos no solamente los votos, sino una voluntad de estabilidad”
Parlamentario del PNV