- En ERC se agota la paciencia por la demora en las negociaciones con Junts para cerrar un acuerdo de investidura que permita la elección de Pere Aragonès como nuevo president de la Generalitat. Aunque las negociaciones se han acelerado en los últimos días y ambas formaciones ya trabajan en un documento conjunto para la legislatura, Esquerra ha optado por fijar una fecha límite a modo de presión hacia los posconvergentes. Así, los de Aragonès anunciaron ayer que las conversaciones deben terminar antes de 1 de mayo, sin agotar el plazo límite que se prolonga hasta el 26, cuando llegaría la convocatoria automática de nuevas elecciones en caso de no producirse un pacto entre independentistas.

Tras las dos votaciones de investidura fallidas del pasado mes de marzo por la abstención de JxCat, y viendo que va a ser imposible un acuerdo para el nuevo Govern antes de la fecha simbólica de la Diada de Sant Jordi -23 de abril-, los dirigentes de ERC comparecieron ayer en tono serio para apretar las tuercas a su hasta ahora socio de gobierno y pedirle que acelere la marcha de la negociación.

Según expresaron en sus intervenciones los cuatro miembros del equipo negociador republicano -Sergi Sabrià, Marta Vilalta, Josep Maria Jové y Laura Vilagrà-, es necesario que el acuerdo de investidura llegue pronto porque el estancamiento político amenaza con paralizar Catalunya. “El país no puede esperar más, este bloqueo no puede continuar. Si hoy no hay acuerdo ni tampoco hay Govern no es por ERC, las excusas se tienen que acabar. La gente de este país no puede seguir esperando en función de debates y desavenencias que ni son del país ni son de ERC, son internas de partido”, argumentó Sabrià en un tono duro inédito en los últimos días de la negociación. Según el portavoz parlamentario de Esquerra, en este momento ya no existen “escollos” que impidan que el pacto se haga realidad, por lo que “no entendería que entre Sant Jordi y el 1 de mayo este acuerdo no se materializase”. En esa línea, los republicanos piden a JxCat que deje de lado las “excusas” y no siga jugando con la “paciencia de la gente”, que está “al límite”.

Sin embargo, las prisas de los republicanos chocan con el ritmo negociador calmado que tratan de imponer los de Carles Puigdemont, que buscan un acuerdo minucioso y quieren cerrar hasta el más mínimo detalle. Aunque los posconvergentes admiten que las conversaciones se han reconducido a lo largo de este mes y que van por buen camino, aseguran que quedan “flecos” por atar y piden “prudencia” y “respeto” para terminar de acordar los aspectos relativos a la coordinación independentista y al diseño del Govern, en el que los dos socios deberían asumir el mismo número de carteras.

Según explicó la vicepresidenta de JxCat, Elsa Artadi, su formación busca un acuerdo a conciencia, que no deje ningún aspecto de la legislatura sin abordar. “Queremos más detalle, saber qué tiene que hacer el Govern en cada uno de los ámbitos que son importantes, desde la vivienda hasta la seguridad, antes de cerrar hacia dónde vamos. Porque cuando haces una investidura le das confianza a la persona que se presenta y también a su plan de gobierno”, argumentó en rueda de prensa. Por último, en referencia a la fecha límite fijada por ERC, Artadi defendió que depende de los republicanos y de que den pronta respuesta a las exigencias de Junts en la negociación: “Si ponen la fecha tan cerca, será que están dispuestos a aceptar las demandas que les pedimos”.