- Pablo Iglesias va cediendo espacios de poder en Unidas Podemos tras confirmar ayer que no se volverá a presentar para liderar la Secretaría General de la formación morada. Lo hace además tras conceder a Yolanda Díaz su vicepresidencia en el Gobierno de coalición y designarla como necesaria sucesora en la próxima candidatura en unas generales. Interpelado por su continuidad al frente del partido, Iglesias fue explícito: “No debería”, tras haberse postulado en tres ocasiones para encabezar la marca de los círculos en los sucesivos congresos internos. “Cuando se vuelva a producir un congreso, lo lógico sería apostar por una renovación” de los cargos a través de los propios planteamientos de Podemos, reconoció.
Iglesias, que ha liderado Podemos desde su fundación en 2014 y ha sido ratificado por la militancia en las tres citas de Vistalegre celebradas de manera asamblearia hasta la fecha -aunque de sus miembros fundacionales prácticamente quede solo él-, expresó su deseo de que la estructura que tome las riendas de la fuerza morada en el futuro sea “más coral”. Vistalegre II fue el más sonado de todos, cuando no le pudo salir mejor el órdago de amenazar con marcharse si perdía cualquiera de las votaciones trascendentes. Tras convertir las primarias en un plebiscito, el líder de Podemos logró casi el 60% del Consejo Ciudadano frente al 37% de su número dos, Iñigo Errejón, en el principio del fin de su divorcio. En la asamblea constituyente de 2014, ambos, junto a Carolina Bescansa, Luis Alegre, Juan Carlos Monedero y Tania González, formaban una piña como equipo ganador en una fotografía que reposa en la hemeroteca cuando proclamaba aquello de llegar “al cielo por asalto”. Tres años después llegaron no solo divididos, sino abiertamente enfrentados. El pasado mayo revalidó su cargo por otros cuatro años.
“Seguramente hace siete años la condición de posibilidad de Podemos era un chico con coleta que salía mucho por la televisión. Pero eso forma parte del pasado, no se va a repetir, y vamos a tener que ir hacia un liderazgo más colectivo y más coral”, incidió el ahora candidato a la presidencia de la Comunidad de Madrid.
Respecto a Yolanda Díaz, Iglesias reconoció que ambos han jugado siempre “roles diferentes”, pero garantizó que ella es en las negociaciones “mucho más dura” que él aunque su estilo sea “amable” y “más difícil de atacar”. Así se pronunció sobre las intenciones de la dirigente gallega de impulsar “un liderazgo no confrontativo” ni “jerárquico” como vicepresidenta tercera, en el que va a “tender puentes” porque “la política del ruido y de los muros no conduce a nada”. “Creo que es evidente que el liderazgo de Yolanda Díaz en Unidas Podemos aporta más, suma más... Su estilo va a ser mucho más difícil de atacar. A mí me han puesto a caldo en estos años por una manera de ser, porque no me callo”, zanjó Iglesias, que cree que su compañera tiene “el estilo que toca” para el liderazgo actual de Podemos. Y en el que igualmente entiende que dejarán huella compañeras como Ione Belarra e Irene Montero.
Por último, preguntado sobre si permanecerá en la Asamblea de Madrid en el caso de que la izquierda no logre sumar mayoría el próximo 4 de mayo aunque Podemos mantenga el tipo, Iglesias fue tajante: “Estaré donde me coloquen los ciudadanos”.
5.300 euros. Iglesias prevé cobrar solo durante un mes la indemnización (5.300 euros) que le corresponde por haber estado en el Gobierno y cuestionó que a “algunos” les moleste que los ministros de Podemos tengan los mismos derechos que el resto. La retribución que le correspondería de acogerse a toda ella sería del 80% del salario que cobraba como vicepresidente: 79.746 euros anuales. “Cuando hay ministros de Podemos, esos ministros van en los mismos coches que los del PP o PSOE, y tienen el mismo tipo de protección y cobran el mismo sueldo, aunque nosotros donemos una parte, que eso no lo hacen los demás”.
“El liderazgo de Yolanda Díaz suma más, su estilo es más difícil de atacar y negociando es más dura”
Secretario general de Unidas Podemos