- Aunque según las encuestas los números harían factible la alternancia, ERC y PSC rechazan de plano la posibilidad de retrotraerse a los tiempos del tripartito de izquierdas. Una pinza que es utilizada electoralmente por JxCat porque, a juicio del partido de Carles Puigdemont, supondría enterrar el proceso independentista y argumento con el que buscan dejar otra vez atrás a la formación republicana. Si bien Esquerra aboga por ensanchar bases, el president del Parlament, Roger Torrent, cerró la puerta ayer a cualquier pacto con los socialistas tras el 14-F. “No solo porque han aplaudido la represión y han sido copartícipes de la aplicación del 155, sino incluso desde el punto de vista social”, enjuició. “Hay quien como un espantapájaros insiste en sacar el tripartito como arma que puede hacerle ganar elecciones. Y quizás pero no nos acerca a la independencia”, valoró Torrent.
Igual de explícito se mostró el ministro de Sanidad y secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, que apeló por una alianza entre el PSC y los comunes que emule el “gobierno progresista” de Moncloa y el que ostenta la alcaldía de Barcelona. Pero al dirigente socialista le fallan las cuentas. Su deseo es un objetivo numéricamente harto improbable. Illa afirmó que los republicanos deben quedar fuera porque priorizan la secesión, un proyecto que los socialistas no comparten porque “es negativo para los catalanes y los españoles”. “No formaremos parte ni apoyaremos, directa o indirectamente, a ningún gobierno independentista”, zanjó el máximo responsable de decidir sobre la pandemia en el Estado.