- El enfado por la resolución del TSJC fue mayúsculo en el mundo soberanista y fuera de él, confiando en que la entrada en vigor de la ley Celaá deje sin efecto esta sentencia. El vicepresident Pere Aragonès lamentó que se quieran “cargar a golpe de tribunales” la inmersión lingüística. “En Catalunya hay un amplio consenso a favor de la inmersión lingüística porque pedagógicamente es el mejor sistema”, defendió en un tuit. El líder de ERC recalcó que “hace tiempo que se la quieren cargar a golpe de tribunales, pero la defenderemos en todas partes como un solo pueblo”.
El conseller de Ensenyament, Josep Bargalló, aseguró que se quiere “volver al pasado” ahora que “está apunto de aprobarse la nueva ley”. “La política educativa de Catalunya, ni de ningún sitio, no la hacen los jueces. Una resolución que saben que no tendrá ningún efecto ni ninguna consecuencia”, sentenció, en alusión a la entrada en vigor la Ley Orgánica de Modificación de LOE (Lomloe).
Por su parte, la portavoz de JxCat en el Congreso y candidata a presidir la Generalitat, Laura Borràs, calificó este fallo como “una agresión muy grave al modelo de escuela catalana” que, a su entender, deja claro cómo la ley Celaá “no ha blindado nada” porque la decisión judicial deriva de un recurso presentado por el propio Ministerio de Educación.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el ministro de Consumo, Alberto Garzón, salieron en defensa del modelo catalán. “Desde Barcelona siempre hemos defendido el modelo de inmersión lingüística para garantizar el bilingüismo y que tan bien ha funcionado desde hace décadas”, expresó la regidora. Por contra, la derecha aprovechó para reclamar el castellano como lengua vehicular porque “es lo justo y legal”.