- La ronda de contactos iniciada esta pasada semana por el lehendakari Iñigo Urkullu con los partidos con representación en el Parlamento Vasco, por la que se ha reunido hasta ahora con los grupos de la oposición -EH Bildu, Elkarrekin Podemos, PP+C's y Vox-, ha ofrecido un balance desigual. Los partidos que forman el Gobierno Vasco de coalición, PNV y PSE, pusieron ayer en valor la "valoración positiva" que, en líneas generales, han realizado los participantes en estos encuentros, pero cargaron contra EH Bildu por mostrarse especialmente crítica, sobre todo en el contexto de las últimas medidas impulsadas contra el coronavirus. Ayer mismo, el parlamentario de la coalición abertzale Iker Casanova cargó contra Urkullu por reclamar "cogobernanza a Madrid" pero luego hacer "lo contrario en Euskadi", donde le acusó de convertir Ajuria Enea en una "torre de marfil".
El jefe del Ejecutivo vasco culminará esta primera serie de encuentros -a los que quiere conferir una periodicidad cada cuatro meses- mañana mismo con representantes del PNV y el PSE. Ayer, en declaraciones a Radio Euskadi, parlamentarios de ambas formaciones valoraron el recorrido realizado hasta ahora y la jeltzale Leixuri Arrizabalaga aseguró que "me quedo con la valoración positiva que han hecho la mayoría de grupos, excepto EH Bildu, que viene un poco con esa actitud contradictoria de los últimos meses; constructiva pero crítica". Lamentó a su vez "la actitud de muchos dirigentes" de la coalición en redes sociales "en contra de las medidas restrictivas" adoptadas para combatir la pandemia, que incluyen el cierre de la hostelería durante un mes.
Desde el PSE, su portavoz parlamentario, Eneko Andueza, destacó la importancia del diálogo y el hecho de que exista un "elemento transmisor" con los partidos. Añadió que es "entendible que algunos partidos ejerzan de oposición criticando, pero no se puede estar en misa y replicando". "Está bien la actitud crítica, pero a quien corresponde tomar medidas es al Gobierno", zanjó. La portavoz de EH Bildu en la Cámara de Gasteiz, Maddalen Iriarte, calificó el viernes de "decepcionante" su reunión ese mismo día con Urkullu, porque tuvo lugar tras conocer a través de los medios las nuevas medidas de su gabinete. Reivindicó por ello mantener una relación "mucho más fluida con el Gobierno Vasco".
Ayer fue su compañero de bancada, Iker Casanova, el que aseveró que la actitud del lehendakari respecto al diálogo con el resto de partidos y agentes sociales "contrasta con lo que reclama a Madrid". "Habla de cogobernanza, pero cuando toca aplicarlo aquí hace lo contrario. Se puede decir aquello de cogobernanza vendo, que para mí no tengo", sostuvo. Defendió que EH Bildu mantiene una actitud crítica, pero también ha presentado 31 iniciativas relacionadas con el covid-19, de las que les han rechazado 29.
"Hay una actitud propositiva de EH Bildu, pero no hemos encontrado receptividad. No existen marcos, ya que el lehendakari ha convertido Ajuria Enea en una torre de marfil", censuró. Planteó que es necesario "un modelo de cogobernanza estable y una mesa de partidos y agentes sociales que sea un foro permanente de reflexión".
Las reuniones en Ajuria Enea del lehendakari con los portavoces parlamentarios se producen además en una legislatura en la que el Gobierno de PNV y PSE goza de mayoría absoluta, aunque ha abogado en repetidas ocasiones por la cogobernanza y por abrirse al resto de formaciones. El viernes, el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, expresó su disposición a recoger las propuestas de los partidos sobre los presupuestos de 2021. "Estamos dispuestos a aceptarlas para mejorar", señaló en ETB1.
El resto de grupos también se pronunciaron sobre los encuentros, y Jon Hernández, de Elkarrekin Podemos, consideró ayer "positiva" la reunión con Urkullu pero advirtió de que "debía haberse celebrado antes". Añadió que "si se va a quedar en una nueva reunión dentro de cuatro meses, no sería tan útil, tiene que tener un reflejo de otro tipo de dinámicas", y reclamó foros que impliquen a otros actores, como agentes socieconómicos, empresariales o de movimientos sociales.
Desde las filas de PP+C's, Carmelo Barrio dijo que los encuentros con los partidos eran una "obligación" que Urkullu estaba "incumpliendo". "Hace cuatro meses de las elecciones y no se había reunido con la oposición. Se ha visto obligado. Se está hablando de fondos europeos, de medidas sanitarias, económicas y no nos recibe", censuró. Llamó a "unir fuerzas y hablar de la crisis", y reivindicó que las medidas de restricción vayan acompañadas de ayudas a los afectados, un punto en el que coinciden todos los partidos.
Respecto a Vox, su única parlamentaria en la Cámara vasca, Amaia Martínez, afirmó haber obtenido una impresión "buena" del encuentro con Iñigo Urkullu, que se celebró en un "ambiente cordial, con respeto mutuo y se habló desde la cercanía". Agradeció además que el lehendakari no se haya sumado al "cordón sanitario" que han hecho los partidos vascos a Vox.
A este respecto, Iker Casanova (EH Bildu) aseguró ayer no entender por qué Urkullu ha "utilizado la ronda de contactos para legitimar a la ultraderecha y darle carta blanca". A su juicio, el jefe del Ejecutivo de Gasteiz no tenía obligación de recibir a Vox y ha roto, además, "el cordón sanitario adoptado por el resto de formaciones".
Pintadas en Tolosa. El PSE denunció ayer la aparición de pintadas en la Casa del Pueblo de Tolosa, en cuya persiana desconocidos escribieron con pintura roja "diktadura burgesaren arduraduna" (responsable de la dictadura burguesa). En su cuenta de Twitter, el partido dijo que los tolosarras socialistas lleva luchando "más de 130 años por la libertad, la justicia y la solidaridad". "Nunca cederemos en este compromiso -añadió-, algunos demuestran que siguen sin asumir las reglas democráticas".