- En un momento en que las instituciones vascas piden prudencia a los ciudadanos y evitar a toda costa las aglomeraciones en el ocio y las fiestas donde el coronavirus corre como la pólvora, el PNV ha decidido predicar con el ejemplo y no organizar este año el día del partido, el tradicional Alderdi Eguna que sirve de encuentro con la militancia, con miles de simpatizantes en las campas alavesas de Foronda y con txosnas, disko-festa, comidas populares e, incluso, invitados de la diáspora o de otras naciones sin Estado como Catalunya. Es una medida de tintes históricos (desde su implantación en 1977, solo hubo que retrasar la fiesta unos días en 1983 por las inundaciones y en 2016 por coincidir con las elecciones vascas), y se toma por responsabilidad ante el virus, para evitar contagios, y también por solidaridad, en cierto sentido de luto y respeto por los fallecidos y sus familias. La decisión la tomó el lunes la Ejecutiva del PNV, y supondrá cortar de raíz: no habrá acto político (mitin del presidente del EBB Andoni Ortuzar y el lehendakari Urkullu), ni fiesta. Solo se enviará una comunicación política a los medios el domingo.
Ortuzar fue el encargado de anunciar la decisión con solemnidad en un vídeo publicado en las redes sociales, donde aseguró que no habrá Alderdi Eguna "por responsabilidad, por la salud, por solidaridad con los que lo están pasando mal". "El EBB tomó ayer una decisión difícil, dolorosa, pero necesaria: no convocar este domingo al acto de Foronda. Es una decisión dolorosa pero necesaria porque nuestro país vive momentos complicados y el PNV, el partido líder de este país, no puede actuar con irresponsabilidad. Os animo, eso sí, a que cada uno en vuestro entorno tengáis un momento de recuerdo para el partido y también para los que lo están pasando mal, y que dediquéis unos momentos a pensar en el futuro", añadió. En ese sentido, recordó que el lema del PNV para las elecciones era Zutik, saldremos, y se ratificó en que "saldremos, pero todas y todos juntos". Ese será el eje de la comunicación política que difundirá el PNV en las redes sociales el domingo a mediodía, lo que implica que los mensajes tengan un perfil conciliador y centrado en las preocupaciones del día a día, sin buscar tanto la épica que ha caracterizado a otras convocatorias.
El Alderdi Eguna se celebra todos los años el último domingo de septiembre desde que Iñaki Anasagasti tomó nota de las celebraciones del partido AD y Copei en Venezuela entre asados de ternera y mítines políticos. La idea fue un éxito para el partido y le permitió realizar año tras año exhibiciones de músculo por los miles de simpatizantes congregados. No le hubiera venido mal al PNV esa inyección de autoestima en el actual contexto porque, aunque le espera una legislatura con mayoría absoluta de la mano del PSE, se está enfrentando a protestas sindicales en Educación, Osakidetza y previsiblemente las verá en la Ertzaintza, y todo ello amenaza con poner a prueba su resistencia y su capacidad para amortiguar el desgaste. Además, es su 125 aniversario.
El PNV no va a extender un llamamiento para colgar ikurriñas en el balcón, al contrario de lo que sucedió en el Aberri Eguna durante el confinamiento. Tampoco habrá acto político, que de todos modos hubiera perdido su razón de ser porque el Alderdi Eguna fue concebido como una comunión con la militancia y, sin ella y solo con un puñado de cargos sentados en unas sillas, se hubiera desnaturalizado la jornada, además de que podría haber dado pie a que se malinterpretara el anuncio y algún simpatizante se acercara. Se ha optado por no recurrir a medias tintas.
El PNV ya suspendió los actos del Aberri Eguna, que llegaron en un momento aún peor, en pleno confinamiento con los vascos encerrados en sus casas. Se realizó un llamamiento para colgar la ikurriña en el balcón y se lanzó un manifiesto centrado en la situación sanitaria. El Alderdi Eguna, por su parte, se ha celebrado sin interrupción desde la legalización del PNV en 1977. El día del partido moviliza a miles de militantes de toda Euskadi, incluso con representación de la diáspora o invitados catalanes, gallegos y de otras naciones sin Estado. También hay comidas populares, donde el uso de la mascarilla se hace inviable.
El Gobierno Vasco trata de hacer pedagogía con la prudencia en el ocio para evitar contagios, especialmente en un momento en que los botellones comienzan a desembocar en problemas de orden público cuando la Policía local o la Ertzaintza se acercan a disolverlos. Sin necesidad de ir tan lejos, las aglomeraciones de personas en general son un caldo de cultivo para el virus, y el PNV quiere que se entienda e interiorice por parte de la ciudadanía que hay que evitarlas. Tampoco ha habido fiestas en los municipios, y las celebraciones paralelas que se han organizado en algunos casos han desembocado en rebrotes y personas en aislamiento. Cualquier movimiento que se interprete como una falta de ejemplaridad en los representantes públicos podría provocar un retroceso.
Iñaki Anasagasti. El histórico jeltzale Iñaki Anasagasti fue quien ideó la fiesta anual del PNV inspirándose en las celebraciones de los partidos AD y Copei en Venezuela. El Alderdi Eguna se celebra todos los años el último domingo de septiembre y congrega a miles de simpatizantes con txosnas, comidas populares y en un ambiente festivo que se ha impulsado sin excepción desde 1977, y únicamente con retrasos de una semana en las inundaciones de 1983 y por las elecciones de 2016.