- Teniendo en cuenta que PNV y PSE tienen mayoría absoluta, ¿van a aplicar el rodillo en el Parlamento Vasco?
-No. Lo hemos dicho también públicamente. Es cierto que contar con una mayoría absoluta nos facilita el camino teóricamente en la gestión pero, más allá de la gestión, lo que querríamos es que la producción legislativa fuera más acordada que lo que meramente refleje un gobierno de mayoría entre el PNV y el PSE. La voluntad está en el seno del gobierno y habrá que ver si también la hay en la oposición, y si atendemos a una producción legislativa que contemple aspectos que hagan que estemos satisfechos no solo los miembros del gobierno, sino algún otro grupo parlamentario más. No va a ser posible, quizás en alguna iniciativa sí, que haya unanimidad, pero habrá debate. La voluntad y vocación del gobierno es que, más allá de la mayoría absoluta, podamos abrir el debate a otros grupos parlamentarios.
¿Qué espera de EH Bildu?
-Usted lo plantea bien. Esperar. Está muy bien que la candidata de EH Bildu manifieste su disposición, y no me parece que lo tenga que interpretar como palabras huecas, y no lo hago. Espero que la actitud de EH Bildu en el Parlamento sea correspondiente con esa disposición de la candidata a lehendakari. Similares palabras se han manifestado en el foro parlamentario en la legislatura pasada, y luego el ejercicio ha sido otro. De hecho, estoy asistiendo a una disposición de EH Bildu a debatir sobre los Presupuestos del Gobierno español, cosa que me parece bien, siempre y cuando el Gobierno español guarde el compromiso acordado entre el PSOE y el PNV. Choca cuando menos con la negativa a tener ninguna comunicación con el Gobierno Vasco en el ejercicio de la discusión presupuestaria para Euskadi en el año 2020. A lo largo de la historia, cuando el PNV en un único y exclusivo interés de buscar lo mejor para Euskadi, ha hablado y acordado con el Gobierno español, se le tildó de españolazo, y otras formaciones que han utilizado estos términos ahora muestran su disposición con el Gobierno español, con unas formaciones políticas que tienen una interpretación del modelo de Estado. Aquello que me parece que está bien en la relación con el Gobierno español me gustaría que fuera aquí en Euskadi. No va a ser por parte del Gobierno Vasco que no haya una disposición.
¿Qué lectura hace de la reunión que mantuvieron Pablo Iglesias y EH Bildu? ¿Hace una lectura en clave vasca, de que se puedan estar forjando alianzas de futuro para disputar la hegemonía del PNV?
-Esa es una pretensión y un deseo secular por parte de la izquierda abertzale, no ya por disputar la hegemonía, que también, porque si alguna razón tiene la izquierda abertzale en su inicio es intentar suplir al PNV. De eso se deriva una vocación de alianza con partidos que son supuestamente de un mismo ámbito ideológico al que pertenece la izquierda socialista conocida como abertzale. Esto lo hemos vivido esta campaña electoral pasada. La pretensión de un ejercicio de alianza no ha prosperado por la negativa del PSE. Si el PNV pactaba con el PSE, se criticaba al PNV por pactar con un partido que apoyó la aplicación del 155. Llama la atención que Elkarrekin Podemos se abstuviera también ante la candidatura de la persona que encabezaba la lista de EH Bildu. Las cosas se dicen, pero llevarlas al terreno práctico es harina de otro costal. Pero puede ser una pretensión de la izquierda aber-tzale, y no me preocupa.
¿Y en Madrid? ¿No le preocupa que el PNV pueda quedar desplazado por estas maniobras?
-El Gobierno español sabe qué es lo que tiene acordado el PSOE con el PNV. Y ya hubo una advertencia tras el acuerdo que alcanzaron, un acuerdo además inútil, entre el PSOE, Unidas Podemos y EH Bildu para la prórroga del estado de alarma. Ya en aquel momento el PNV avisó al PSOE de que hay un compromiso escrito y de cuál es la relación preferente que debe guardarse por parte del Gobierno español, sobre todo en aquellas cuestiones que inciden en Euskadi.
¿Ve estas últimas maniobras como cosa de Iglesias, o culpa también a Pedro Sánchez?
-Bueno, me resulta significativa la verbalización de varios ministros del Gobierno español, y particularmente la ministra de Hacienda, que de cara al debate presupuestario, haya una formación política que esté dispuesta a hablar de Presupuestos con otras formaciones políticas. Creo que es un ejercicio por parte de Unidas Podemos y no creo que obedece a un planteamiento del PSOE. Si no, sería incoherente con lo que se está diciendo por parte de la ministra de Hacienda. Nos sirve de ejemplo aquí también. Quien tiene que negociar sobre los Presupuestos es el consejero de Hacienda junto con la directriz que el lehendakari marque. Pero la elaboración del Presupuesto y su gestión corresponde al departamento de Hacienda.
¿Y con Idoia Mendia hay un reparto de papeles para que se encargue ella del diálogo con los sindicatos?
-No, es su función, pero con los sindicatos tendrán que tener diálogo otros consejeros también. Ella es consejera de Trabajo y Empleo y es la consejera a la que le asiste la responsabilidad inicial de la mesa del diálogo social, y por lo tanto tiene que estar en comunicación con los agentes sociales y económicos, sea con las patronales o con los sindicatos, pero esa misma relación la tendrán que tener otros consejeros.
En cualquier caso, no parece que ELA y LAB se vayan a incorporar a la mesa de diálogo social...
-Pues no parece. No parece que esta cuestión por lo tanto sea exclusiva o achacable al lehendakari, o a la relación del lehendakari con los sindicatos. Hay una mesa de diálogo social institucionalizada en la que han participado Confebask, CCOO y UGT, con acuerdos que se han visibilizado, y uno de los acuerdos derivados a la mesa de diálogo es el de los ERTE, y el complemento de los ERTE. Es una actitud de ELA y LAB de no querer participar en estos foros, que dan resultado. Ha habido en el periodo de gestión del coronavirus no ya la mesa de diálogo social, sino una mesa socioeconómica en la que han participado las diputaciones forales, Confebask, ASLE desde la economía social y la Corporación Mondragon, y en una de las reuniones en las que he estado han estado los cuatro sindicatos, también ELA y LAB. Posteriormente, decidieron no participar. Hay un diálogo más allá de la mesa de diálogo social. Antes he reflejado mi visión del plan de reconstrucción social que se sustenta también en la coordinación con todo tipo de agentes, no solo los que participan en la mesa de diálogo social. Es muy ilustrativo de la voluntad y disposición. A la consejera de Empleo le han contestado ELA y LAB que están dispuestos a un diálogo bilateral, pero también hay una mesa de diálogo social donde tienen las puertas abiertas, y también la mesa socioeconómica.
Si hubiera que decretar un confinamiento o un toque de queda, ¿necesitaría el Gobierno Vasco el paraguas del estado de alarma, o podría hacerlo con la Ley de Emergencias?
-Desde el primer momento he sido crítico con la necesidad de decretar el estado de alarma. Hay legislación ordinaria suficiente que posibilita la adopción de medidas también suficientes para hacer frente al coronavirus. Quizás entramos en un debate jurídico sobre una medida como la no movilidad entre territorios o comunidades autónomas o en el conjunto del Estado español, que necesitara el estado de alarma. Pero, por lo demás, creo que hay una capacidad de adopción de medidas en la legislación ordinaria. Es lo que he reivindicado. Pedro Sánchez reconoció que había que pensar a futuro en una modificación de la legislación para, en base a otra legislación, que no necesariamente fuera del estado de alarma, que es excepcional, se pudieran adoptar determinadas medidas.
¿En el caso vasco es la Ley de Emergencias la que faculta para tomar medidas?
-En Euskadi contamos con la capacidad del decreto de emergencia sanitaria, que nos facilita la adopción de medidas y, más que eso, un modelo de gobernanza compartida. Bajo la presidencia del lehendakari, se convoca el consejo asesor LABI, que permite que de manera colaborativa compartamos las reflexiones y definamos las medidas. El Gobierno Vasco no tiene la competencia en playas, sino que corresponde a las diputaciones. Una decisión sobre el transporte público conviene que se adopte de manera compartida entre los que somos competentes. En el Estado español se identificó como cogobernanza. No voy a negar que hubiera un último tramo en que se comentaran ciertas cosas, pero la adopción de medidas siempre era por parte del Gobierno español.
El president de Catalunya, Quim Torra, puede resultar inhabilitado en las próximas horas. ¿Que opinión le merecería? ¿Puede provocar un bloqueo en el territorio?
-Espero que no. El propio president del Parlament viene pronunciándose sobre una vía alternativa para la disolución del Parlament y convocatoria electoral. No obstante, primero, hay que esperar a conocer la sentencia. Y si hay una condena, espero que sea proporcional a los hechos juzgados, la colocación de una pancarta con un lazo en un edifico público en periodo electoral, que al final fue retirada.
¿Convocar elecciones es la solución?
-No lo sé. Será lo que las instituciones catalanas, Generalitat y Parlament, reflexionen y decidan. En todo caso, si hay diálogo y consenso, se pueden arbitrar las fórmulas necesarias. Es cierto que la decisión de convocatoria de elecciones es facultad del president. Si hay voluntad para que sea en beneficio de la sociedad catalana, por parte de todos en el seno de la Generalitat y Parlament, estoy convencido de que adoptarán una decisión factible.
“La izquierda abertzale llamó al PNV españolazo por pactar en Madrid. Me gustaría que la disposición que muestra ahora la traslade a Euskadi”
“¿Estado de alarma en Euskadi? Soy crítico con esa figura. Puede debatirse que se necesite para evitar movilidad entre territorios, pero no en lo demás”
“No sé si las elecciones son la solución en Catalunya, pero si hay diálogo y consenso se pueden arbitrar las fórmulas necesarias”