- Ha sido uno de los valores al alza del lehendakari Urkullu durante los últimos cuatro años, y lo seguirá siendo en la legislatura venidera. Cara visible de una de las carteras del ejecutivo de Urkullu, como Desarrollo Económico e Infraestructuras, que mayor porción de la tarta de los Presupuestos se llevaba debido a la construcción del TAV, y con la recuperación de la economía vasca como eje principal de actuación tras el tsunami del coronavirus, Arantxa Tapia (Donostia, 1963) ve premiada su labor. Incluso, amplía su radio de acción. Se hace también con Sostenibilidad y Medio Ambiente, esta última cartera incluida hasta la fecha en la consejería que ha venido dirigiendo Iñaki Arriola, del PSE, que deja en manos de Tapia la conclusión al caso Zaldibar.
Quienes conocen a Tapia saben de su capacidad de trabajo. Es capaz de acabar una extenuante jornada en una misión de empresas en un país extranjero y calzarse las zapatillas para, en su tiempo de descanso, empaparse de la cultura y la idiosincrasia locales. Todo es bueno si las firmas vascas pueden hacerse con nuevos contratos. Su talante negociador, que ha puesto de manifiesto en numerosas ocasiones ante las preguntas de la opocisión en el Parlamento Vasco, es otro de sus puntos a favor. Es difícil cogerla en un renuncio. En paralelo, ha ido ganado en un mayor protagonismo en los medios con el paso de los años, hasta el punto de erigirse en voz del Gobierno Vasco cuando la situación lo requería. Y durante los últimos tiempos, y junto a la consejera de Salud saliente, Nekane Murga, se ha bregado en la tarea comunicativa de la pandemia. Todo ello le ha hecho merecedora de integrar el núcleo duro del lehendakari Urkullu, junto a Erkoreka y Azpiazu, en el que se mantiene cuatro años más.
Tapia maneja una competencia sensible, como es la de incentivar el crecimiento de la economía vasca, y además debe buscar la salida a la crisis generada por la pandemia sanitaria del covid-19. Pero esta no es una situación nueva para ella, que tiene un largo recorrido previo en puestos de relieve en la Diputación Foral de Gipuzkoa -en numerosas áreas de gestión como obras públicas, transportes, movilidad u ordenación del territorio-, además de un paso por el Congreso en Madrid. Y es que Tapia ya se encargó, cuando accedió al Gobierno Vasco en 2012 en la décima legislatura, de sanar las heridas de una recesión económica que dejó profundas huellas.
Ingeniera industrial de la rama de la electricidad, doctorada cum laude por la Universidad de Navarra, de la que fue profesora, catedrática de la Escuela Universitaria de la UPV e invited lecturer durante tres años en el MIT de Massachusetts, bajo el mando de Tapia estará una de las claves de bóveda para la recuperación de los efectos del coronavirus. Iñigo Urkullu se ha decantado para esta ingente labor por Tapia, por una estrecha colaboradora.