- Tras conocerse su destitución como portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo protagonizó una incendiaria comparecencia frente a la Cámara Baja y situó entre las causas de su defenestración el interés del presidente del PP, Pablo Casado, en explorar un pacto presupuestario con Pedro Sánchez, así como en acordar la renovación del CGPJ. Un supuesto giro hacia el pactismo y la moderación al que la todavía diputada popular se oponía y frente al que anteponía su propia hoja de ruta, lo que se suma a las razones que han llevado a su salida. Desde el pasado lunes, los principales actores de este drama en tres actos han guardado silencio. Hasta hoy, día de la celebración de la Junta Directiva Nacional del PP, en la que Casado certificará el alcance de dicho giro al centro, si se plasma en hechos concretos o queda en fuegos de artificio.
En la antesala de este cónclave -el máximo órgano de dirección del partido entre congresos-, fuentes de Génova citadas por Efe han asegurado que ese golpe de timón no implica acuerdos con el PSOE, sino reforzar el perfil de gestión y de alternativa de Gobierno. Respecto a los presupuestos, dichas fuentes señalaron que “todo sigue igual” y que no tienen sobre la mesa “ni un papel” del borrador de las cuentas. Insistieron en que sus postulados son “incompatibles” con los de Podemos y agregaron que solo si el presidente del Gobierno plantea algo “razonable” lo estudiarán, siempre desde la premisa de que mantienen principios contrarios.
La otra incógnita a despejar es el futuro de la propia Álvarez de Toledo, que el lunes se limitó a decir que tiene que meditar si mantiene su escaño en el Congreso. Varios medios apuntan a que, efectivamente, utilizará su presencia en la Cámara baja para enarbolar una corriente crítica a Casado, para lo que tratará de hacerse fuerte rodeándose de otros fieles, dirigentes también ligados a Faes y el expresidente Aznar. Por el momento, la dirección del PP se ha mostrado molesta por la salida en tromba de su exportavoz, que “no ha sido elegante” al cargar contra su todavía jefe de filas. El propio Casado le ha ofrecido formar parte de la Fundación Concordia y Libertad que preside Adolfo Suárez Illana para que siga colaborando con el partido, lo que todavía no ha tenido una respuesta oficial.
Para el nuevo curso político, el PP pretende destacar los perfiles de personas que hayan demostrado capacidad de gestión, como la que será su nueva portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, que dio la réplica al ministro de Sanidad, Salvador Illa, en sus comparecencias en el Congreso por el coronavirus. También Ana Pastor, la vicepresidenta segunda del Congreso, quien ya fue la portavoz del partido en la Comisión de Reconstrucción de la Cámara Baja. Además, se ha creado un nuevo cargo, el de portavoz nacional del partido, para el que se ha elegido al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, cuya popularidad se ha incrementado durante la pandemia y que se integrará así en el Comité de Dirección del PP.
Los tres serán ratificados hoy en sus nuevos cargos en la Junta Directiva Nacional, ante la que Casado también tendrá la oportunidad de establecer la estrategia para el inminente reinicio de la actividad parlamentaria. Gamarra ha sido designada para aportar su capacidad negociadora, así como “de conciliación y trabajo en equipo”, según destacan compañeros de partido. Tanto ella como Pastor representan un hilo de continuidad con la época de Mariano Rajoy, y según estas fuentes tendrán que negociar cuestiones importantes en un curso político en el que seguirá teniendo gran protagonismo el ámbito sanitario y social.
Un año después de la apuesta que realizó por el perfil agresivo de Álvarez de Toledo, Pablo Casado empezó a cambiar el paso con la aplastante victoria del moderado Alberto Núñez Feijóo en las elecciones gallegas del 12-J, así como por el carácter pactista de José Luis Martínez-Almeida, que en los momentos más duros de la pandemia logró que todos los partidos del Ayuntamiento de Madrid suscribieran un acuerdo. Casado certificó este giro en el Comité Ejecutivo del PP que se celebró en julio, tras las elecciones gallegas y vascas, cuando insistió en que su partido “siempre” ha estado en la moderación e hizo suya la cuarta victoria por mayoría absoluta de Feijóo.