- Algo se mueve en el PP. Tras haber llevado al partido a posiciones más extremas y alejadas del centro, Pablo Casado rectificó ayer una de sus grandes apuestas. El presidente de los populares sustituyó a la controvertida portavoz en el Congreso de los Diputados, Cayetana Álvarez de Toledo, su baza por excelencia para tratar de disputarle el espacio a Vox, y que con el tiempo se ha revelado como una bomba de relojería por su discurso. Ha provocado constantes incendios con sus críticas al feminismo o llamando terrorista al padre de Pablo Iglesias, unas estridencias que eran ya inasumibles para el sector moderado, que pedía su cabeza y consideraban un fracaso su estrategia. Unas peticiones que, al parecer, lideraba el secretario general, Teodoro García Egea. Con el movimiento de ayer, Casado rectifica y vuelve sobre sus pasos al recuperar perfiles en sintonía con el expresidente Mariano Rajoy, y con el barón gallego Alberto Núñez Feijóo, quien cosechó su cuarta mayoría absoluta en las elecciones del 12 de julio mientras en Euskadi fracasaba otro experimento personal de Casado, la alianza PP+C's capitaneada por Carlos Iturgaiz tras haber fulminado como candidato a Alfonso Alonso, otra voz moderada.
Casado retoma perfiles discretos y pactistas. A Álvarez de Toledo la releva Cuca Gamarra. La vicesecretaria Social apoyó en las primarias a la rival de Casado, Soraya Sáenz de Santamaría. Su puesto en la vicesecretaría lo va a asumir la vicepresidenta del Congreso, Ana Pastor, muy cercana a Rajoy en lo político y lo personal, y responsable de las negociaciones con el PSOE para el pacto de la reconstrucción. El tándem lo completa el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, que tras sus acuerdos con la oposición en la crisis del coronavirus es recompensado con un puesto de nueva creación: portavoz estatal.
Si a ello se le suma que la propia Álvarez de Toledo situó entre las causas de su defenestración el interés de Casado en explorar un pacto presupuestario con Sánchez o la renovación del Consejo General del Poder Judicial, todo apunta a que Casado ensaya un viraje a la moderación. Está por ver si es de largo recorrido y si afecta al fondo de la estrategia. Por ahora se antoja complicado más allá de un cambio de formas, de tono, en el discurso en el nuevo curso político, lejos del ruido y del perfil agitador de Vox con su moción de censura. Ir más allá parece difícil. Se ha especulado con un viraje durante meses y nunca se ha concretado. Los choques de Sánchez y Casado han sido una constante. Álvarez de Toledo, sin embargo, sí dijo en su comparecencia que Casado le habló de que en septiembre comienza una "nueva etapa" y que "le preocupaba" su posición sobre los Presupuestos, en la medida en que ella defiende un gobierno de concentración con el PSOE pero exigiendo como requisito previo que expulse a Podemos del Ejecutivo, una condición de máximos que de facto supone rechazar el diálogo. La exportavoz también rechazó un posible pacto con el PSOE para renovar el Consejo General del Poder Judicial. En paralelo, ayer mismo llegaban dos mensajes desde otros sectores que abundan en un acercamiento entre PP y PSOE para las Cuentas y el poder judicial. El portavoz de la Junta de Andalucía, gobernada por la derecha, apostó por un acuerdo PP-PSOE para los Presupuestos estatales. El popular Elías Bendodo apuesta por un partido "útil" en una entrevista con Europa Press. Al mismo tiempo, el ministro de Justicia de Pedro Sánchez, Juan Carlos Campo, negaba que la negociación sobre el poder judicial esté parada, dijo que "no ha dejado de moverse", y atribuyó las demoras al parón veraniego en declaraciones a la Cadena Ser.
El PP hará oficiales estos nombramientos el jueves en la Junta Directiva Nacional. Casado agradeció ayer su labor a Álvarez de Toledo y le pidió que siga contribuyendo al proyecto, una invitación a que no deje su acta de diputada y evitar una ruptura traumática. Sin embargo, la exportavoz protagonizó una comparecencia en la que se despachó cómodamente contra Casado y dejó en el aire su continuidad. Dijo que pasará unos días con sus hijas, y después tomará una decisión. Aseguró "lamentar" la decisión de Casado. "No la comparto", lanzó. A partir de ahí, destripó la conversación con el presidente del PP, a quien se refirió como "señor Casado" en un intento deliberado de proyectar distancia y frialdad, y desgranó los motivos que le habría trasladado su líder para su cese, que ella situó casi en un problema de orgullo herido al asegurar que su entrevista del fin de semana en El País se interpretó como "un ataque a la autoridad" de Casado. Pidió no ser una "secta".
Álvarez de Toledo fue candidata a las generales de noviembre de 2019 por Barcelona, en un intento de Casado de pescar en el río revuelto de la confrontación con el soberanismo. En Euskadi polemizó con Alonso y echó por tierra su intento de buscar un perfil propio basado en la foralidad.
La vicesecretaria de Política Social respaldó a Soraya Sáenz de Santamaría en las primarias que la enfrentaron a Casado. Su perfil es moderado. Sustituye a Álvarez de Toledo como voz en el Congreso y, a su vez, Ana Pastor, otra 'marianista', la reemplaza como vicesecretaria.
El alcalde de Madrid gobierna con el apoyo de C's y Vox pero se ha alejado del frentismo con una dinámica de acuerdos con la oposición en la crisis sanitaria que le han hecho ganar proyección en detrimento de Isabel Díaz Ayuso. Lo recompensan con un puesto de nueva creación: portavoz estatal.