1.Deberán aprobarse unos presupuestos que den respuesta a las situaciones sobrevenidas con la pandemia: paro, ERTE, teletrabajo, descenso de la productividad y de los ingresos fiscales, etc. También cómo promover un crecimiento económico sostenible, cómo favorecer la producción local para el abastecimiento y cómo otorgar valor social y económico a las tareas de cuidado y de reproducción social.
2.La tentación de todo gobierno mayoritario es definir y ejecutar su programa sin atender a otros marcos de consenso. Sin embargo, ante una crisis que es al mismo tiempo global y local hacen falta grandes acuerdos marco. Si el Gobierno no es capaz de alcanzar grandes consensos, no solo con la oposición política sino con los agentes sociales, es muy probable que tenga que enfrentarse a una importante contestación social.
3.Ante la imposibilidad de una gobernabilidad basada en la coalición de los dos partidos nacionalistas, EH Bildu realizará una oposición para situarse como referente de la izquierda política vasca y como verdadero impulsor de la autodeterminación de Euskadi. Podemos ahondará en la crítica desde los postulados de la izquierda y tanto PP+C’s como Vox realizarán una oposición destructiva sin ninguna intención de aportar a la gobernabilidad.
4.Debe establecerse un cordón sanitario a la extrema derecha, su discurso xenófobo, machista, misógino y excluyente no tiene cabida en la negociación política ni en la construcción de acuerdos. No están en política para construir sino para destruir, su crítica socava las bases del sistema democrático. Me temo que en la próxima legislatura los acuerdos unánimes van a ser difíciles por culpa de Vox.
5.No es prioritario ni política ni socialmente. La crisis actual obliga a priorizar otras cuestiones relacionadas con el bienestar social y económico de la ciudadanía. Otro elemento que condiciona esta cuestión son las negociaciones entre el Gobierno español y el PNV que se basan en transferir las competencias pendientes.
“El reto es que la gestión del postcovid no sea la excusa para no abordar urgencias pendientes”
1.El reto principal es responder a la urgencia sanitaria, no solo desde el departamento de sanidad, sino, sobre todo, desde las políticas sociales. El otro gran reto es que la gestión, la discusión y la planificación de políticas postcovid no sea la excusa para no abordar otras urgencias que quedaron pendientes. Flecos como la ley de igualdad, la reforma de la RGI o el nuevo estatus vasco.
2.Una cosa es cuál debería ser y otra distinta es cuál será. La mayoría absoluta les da una holgura muy amplia por lo que no tienen la necesidad de hacer una legislatura de pactos y acuerdos. El papel del Gobierno -especialmente el PNV, porque todo apunta a que el PSE intentará pasar de perfil- dependerá más de qué rol tome la oposición que de dónde decidan ubicarse.
3.La sensación es que solo EH Bildu es verdaderamente la oposición, porque Podemos y el PP han salido muy tocados de las elecciones y Vox más que oposición, tomará un papel de agitador.
4.Vox tiene claro que su papel es agitar y confrontar, pero no desde el diálogo y el reconocimiento a las adversidades políticas. Solo hace falta ver el desembarco que hicieron desde todo el Estado el domingo electoral. Van a buscar la pelea, la bronca fácil, el titular, y lo preocupante no es eso, sino que van a estar continuamente atacando posturas democráticas. Los partidos en su conjunto deberían acordar una hoja de ruta, un acuerdo de mínimos y hacerles el vacío. No entrar al trapo y no permitirles ni un ataque a los derechos humanos y la democracia.
5.El PNV se pondría poner de acuerdo sin problemas con EH Bildu en torno a este tema. Los números dan y además con una amplia mayoría que daría legitimidad al acuerdo. El problema ahí es hasta qué punto tensionará el PSE al PNV, por la relación de gobierno que mantienen. Mendia no va a aceptar ninguna concesión al derecho a decidir, y también parece claro que el PNV no va a poner en juego la estabilidad de su gobierno por una incomodidad socialista.