- La campaña para las elecciones vascas del domingo no se ha visto agitada por un trepidante debate ideológico ni por las propuestas económicas. El terremoto de última hora, en la recta final, lo protagonizan los rebrotes del coronavirus. La ola comenzó a gestarse en Galicia, que también celebra los comicios el domingo. El foco en la comarca lucense de A Mariña ha desatado una ofensiva política de los alcaldes de izquierdas, que exigen al popular Alberto Núñez Feijóo que suspenda la cita. El tsunami no ha tardado en llegar a Euskadi de la mano de EH Bildu con el rebrote en Ordizia, para exigir al lehendakari Urkullu que tome medidas al considerar que habrá mesas electorales que no se formen y votantes que no puedan ir por estar enfermos. Ninguno de los dos candidatos contempla suspender unos comicios que, en el primer caso, ya tienen el aval de la Junta Electoral gallega, que no ve ningún impedimento para votar si tampoco hay límites para la actividad económica o administrativa.
El criterio del lehendakari es que la Junta Electoral vasca tiene la última palabra. Hoy mismo se reunirá a las 9.30 horas tras el registro de un escrito de EH Bildu que no pide suspender la cita, pero sí exige garantías. Urkullu cree, en cualquier caso, que siempre queda como garantía que la ley electoral permite repetir a posteriori los comicios en los municipios o las mesas concretas en que la votación se hubiera anulado o no se hubiera podido celebrar, si en verdad se demuestra ese día que hay problemas logísticos insalvables y hay mesas que se quedan sin formar por la falta de asistencia de sus miembros. En cuanto a las garantías de participación, la afección real será limitada: es cierto que los que hayan dado positivo en su test deben permanecer en casa por indicación médica y no podrán votar, pero las personas con las que hayan contactado, hayan dado negativo y estén pendientes de una segunda prueba podrán ir con un protocolo de seguridad, con mascarilla y volviendo después a su domilicio. Por tanto, no serán más de mil afectados, como vaticinaba Bildu. Galicia actuará igual. Urkullu mantiene que la situación en una localidad no puede impedir los comicios en toda la comunidad.
Todo comenzó en Galicia. Unas 150 personas se han contagiado en una comarca con una importante actividad pesquera y flujo de trabajadores migrantes, en un esquema similar al del rebrote en Lleida, en Segrià, con un contagio vinculado al trabajo en los huertos. En ambos casos se ha impedido entrar y salir de las comarcas. Estas singularidades diferencian este caso del rebrote de Ordizia, con 48 infectados en total, y donde no ha habido confinamiento por ahora al considerar el departamento de Salud que la transmisión se ha producido en el ocio. Los afectados están aislados, y se ha fijado la obligación de llevar la mascarilla y limitaciones en el ocio, pero no en la actividad económica o administrativa, ni cierre de fronteras.
El pronunciamiento tajante de la Junta Electoral gallega podría haber dejado en vía muerta esta disputa y, por extensión, desactivarla en Ordizia, donde las medidas son menos extremas y ni siquiera se ha decretado ese confinamiento para impedir salir y entrar de la zona. El órgano que vela por las garantías del proceso concluyó que no es competente para suspender la cita con las urnas, pero sí se pronunció sobre el fondo del asunto para zanjar que, mientras las actividades administrativas, económicas y sociales se desarrollen con normalidad, “no entiende afectadas las condiciones del proceso electoral”. La Junta Electoral deja la decisión en manos de las autoridades sanitarias. Por otro lado, ayer llegó un aval judicial al confinamiento en Galicia. La Xunta aclaró, además, que no impide el voto, en la medida en que, si se mantuviera el domingo, se van a hacer excepciones con quienes tengan que salir del territorio para votar. El debate sigue coleando con los alcaldes socialistas y del BNG que quieren frenar la cita. Galicia en Común-Anova Mareas presentó un recurso de alzada en la Junta Electoral del Estado. La polémica ha llegado a Euskadi con el alcalde de Ordizia, Adur Ezenarro, de EH Bildu.
El lehendakari y candidato a la reelección aclaró en la Cadena Ser que no se ha planteado aplazar las elecciones “en absoluto”, y puso en valor la decisión de la Junta Electoral gallega. En este terreno afloran dos debates. Por un lado, el de la seguridad en la jornada de votación. Ese punto entronca con la decisión de la Junta Electoral y puede resumirse en que, si continúa la actividad social, en las empresas y la administración, no hay razón para no votar. El departamento de Seguridad de Estefanía Beltrán de Heredia ya diseñó para el domingo un protocolo de uso de mascarillas, distancias e higiene en los colegios con carácter general para toda la comunidad autónoma.
Por otro lado, EH Bildu alude a los hipotéticos problemas para conformar las mesas si faltan integrantes por estar confinados en sus casas, o las garantías de la votación porque esas personas no podrán acudir al colegio y se les ha pasado ya el plazo para ejercer el voto por correo. En el primer caso, la consejera de Salud, Nekane Murga, aclaró que estas bajas en las mesas, como sucede otras veces por distintas enfermedades o causas de fuerza mayor sobrevenidas, se notifican y se comienza a correr lista para cubrir la vacante con los suplentes. Matizó que no todos los positivos son de Ordizia, sino que los cifró en un 50% o 60%. En el segundo caso, puede suceder que alguna de las personas confinadas entienda que se ha vulnerado su derecho al voto y acuda a la Junta Electoral vasca, pero es un asunto con muchas aristas y que puede generar agravios comparativos con otros que sufran una enfermedad repentina o un accidente. Además, genera dudas que se pueda suspender la cita solo en un municipio. Los servicios del régimen jurídico del Gobierno Vasco dicen que no existe ningún precedente.
Queda la vía de una suspensión por impugnación tras las elecciones, o si alguno de los operadores de zona llamase para anunciar que no hay personas suficientes para formar las mesas. Toda actuación antes de la cita es muy difícil, según fuentes consultadas por este periódico en el entorno de la Junta Electoral vasca. Este órgano ya ha mostrado, además, su escasa inclinación por condicionar la celebración de los comicios: su expresidente Ibarra, en los momentos en que se debatía si había que suspender o no la convocatoria del 5 de abril, dejó la decisión en manos del Gobierno Vasco, que tuvo que convocar a los partidos para decidir. Solo quedaría la vía de que la Junta estatal se sacara de la manga un pronunciamiento contradictorio con el órgano gallego, pero las actuaciones a priori son contrarias a su práctica habitual.
Murga explicó las medidas, que se revisarán en ocho días, y defendió que no haya confinamiento. Aclaró que se espera que la cifra de contagios aumente, pero puntualizó que lo que se valora no es la cantidad, sino el tipo de contagio, su gravedad y si hay riesgo de transmisión comunitaria. Salvo avance galopante, nada apunta a un cambio de criterio. Urkullu defendió que “en absoluto” ha valorado suspender las elecciones, y se refirió a que en Galicia, “con un confinamiento, la decisión de la Junta Electoral ha sido no impedir las elecciones”. Argumentó que “hay que celebrar” los comicios “antes de un rebrote que pudiera darse en otoño con la coexistencia de otros virus como la gripe”. Sobre la posibilidad de que este rebrote no solo afecte a la participación en Ordizia (10.000 habitantes), sino en toda la comunidad, esgrimió que las encuestas hablan de una participación “no inferior a la de 2016”. De momento, las medidas no afectan a Beasain, Lazkao e Idiazabal.
El alcalde de Ordizia aseguró que “no se dan las garantías de seguridad ni democráticas”, y que hay “más de 1.000 personas, el 10% de la población, confinada esperando resultados”, a las que se suman los contactos.
Aval. El Juzgado de lo Contencioso número 2 de Lugo avaló ayer el confinamiento de A Mariña al menos hasta mañana. La orden de la Xunta aclara que “las limitaciones a la movilidad no pueden afectar al ejercicio de un derecho fundamental como es el de sufragio, por lo que se considerará en todo caso justificada la entrada o salida del ámbito territorial delimitado para el ejercicio de este derecho”. Se recomienda que no voten los positivos, pero podrán hacerlo con mascarilla y volviendo a casa los contactos con PCR negativo.
“Hay que celebrar las elecciones antes de un rebrote en otoño con otros virus como la gripe”
Candidato del PNV a la reelección