n sendas entrevistas a Efe, los expresidentes y exlíderes del PSOE Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, que tuvieron a Rubalcaba en sus gabinetes como ministro, portavoz e incluso vicepresidente -en el segundo Gobierno de Rodríguez Zapatero- resaltan su habilidad para tejer pactos, justo cuando ayer se cumplió el primer aniversario de su fallecimiento, que prácticamente coincide con el arranque en el Congreso de la comisión para la reconstrucción social y económica, donde la necesidad de consenso cobra especial fuerza.
“Para tejer pactos o conducir tareas de diálogo político siempre hacía falta Alfredo”, subraya Rodríguez Zapatero, que también pone en valor la “inteligencia y capacidad de seducción política que él atesoraba”. Mientras, el expresidente Felipe González hace hincapié en su lealtad. “Era leal a un proyecto, libre para criticar lo que no le parecía bien y dispuesto, siempre, a encontrar un territorio común para superar las dificultades”, asegura. González dice añorar la voz crítica de Rubalcaba pero, sobre todo y a nivel más personal, “conversar con él, el último día que lo hicimos fue el 29 de abril del año pasado” (once días antes de su fallecimiento).
“Yo sigo mi conversación con él, tratando de llenar ese vacío, aunque no lo consiga”, admite González que considera que el mejor homenaje que se le puede hacer es “respetarlo, sin alharacas”. También Rodríguez Zapatero añora las conversaciones con el exsecretario general del PSOE. “Ya retirados ambos de la vida política teníamos de vez en cuando largas conversaciones, como las habíamos tenido, muchas, en el Gobierno, sobre todo en relación con la lucha antiterrorista. Echo de menos esas conversaciones como echo de menos su sagacidad, su capacidad de interpretar los fenómenos políticos y a sus actores”, explica.
Y sobre homenajes, para Rodríguez Zapatero lo idóneo es “el recuerdo vivo, mantener viva con gratitud la memoria de su figura, de su trayectoria, de los servicios que prestó al país, y en particular de su decisiva contribución al fin del terrorismo”.
Sobre la característica de Rubalcaba de decir lo que pensaba y si esa actitud es hoy un valor a la baja en el partido, González admite echar en falta “críticas que construyan” si bien defiende “la libertad para decir lo que se piensa, incluso cuando no cumplen ese objetivo”. “No es un problema del Partido Socialista sino de ciudadanía. La libertad para opinar es consustancial con nuestra visión del socialismo democrático, en particular, y de todo demócrata que crea en los valores de una sociedad libre”, asegura. Mientras, Zapatero insiste en que Rubalcaba fue un político “imprescindible”, en el Gobierno, en la oposición, en la tarea de producir pactos y de fraguar proyectos.
A Rubalcaba se le pondera su capacidad de negociar en ámbitos muy diferentes (desde el Estatuto catalán al pacto antiterrorista o la reforma educativa), cualidad esta que González confía abunde en el Parlamento actual. “A ellos les toca la tarea más difícil de esta época de incertidumbre frente a la pandemia. Hay que respetar el marco constitucional en su integridad y, en ese terreno, avanzar en acuerdos paso a paso para enfrentar este horizonte tan imprevisible”, relata el expresidente González.
Sobre este talento negociador, Rodríguez Zapatero admite que “a veces estas proclamas de alguien que ya no está pueden sonar retóricas o rutinarias. No es el caso. Alfredo es una de las grandes figuras de la democracia española, por tanto, un político de un relieve muy singular, de los que solo surgen muy de vez en cuando”.
A principios del mes de febrero, el PSOE anunció un ciclo de conferencias para reivindicar aspectos centrales del legado de Rubalcaba en el aniversario de su muerte, centrados en la paz, la educación y el estado autonómico. Actividades que quedaron suspendidas por la entrada en vigor del estado de alarma. Entonces, desde Ferraz se trasladó que habría una jornada dedicada a la paz en el País Vasco coincidiendo con la precampaña electoral, aplazada por el coronavirus. Una conferencia sobre educación en Madrid y una jornada dedicada al estado autonómico en Granada por el simbolismo que tiene la Declaración de Granada, acordada durante su mandato.
González cree que los aspectos elegidos por su partido van de acuerdo con la “tarea vital” de Rubalcaba y es una forma de rendir homenaje “atendiendo a todos”. De la misma opinión es Rodríguez Zapatero. “Fueron sin duda, esas, tres de sus grandes vocaciones, tres tareas en las que desplegó mucha dedicación y mucho talento. Y el hilo conductor que las une, que las convertía en reconocibles cuando las impulsaba Alfredo, era su condición como servidor del Estado, de la democracia, y del papel central, vertebrador, del PSOE”.
El expresidente socialista admite que “no es fácil aunar estas tres dimensiones en la acción política, ser a la vez un servidor público, un buen demócrata sobre todo desde el Parlamento y un hombre de partido, en el sentido más noble de la expresión. Alfredo era con naturalidad las tres cosas”.