- Pedro Sánchez está sometiendo a una tensión importante su relación con el PNV por las decisiones que toma a espaldas de las comunidades autónomas para gestionar la crisis del coronavirus, pero también está levantando el teléfono estos días para aplacar el descontento jeltzale e intentar que las aguas vuelvan a su cauce, al igual que lo hace el propio partido liderado por Andoni Ortuzar para tratar de mantener una mínima lealtad en esta emergencia. El presidente de la ejecutiva jeltzale aseguró ayer que el lunes se mantuvo en contacto con Sánchez y con la vicepresidenta Carmen Calvo para asegurales, “con las dosis de crítica y autocrítica” necesarias en este momento, que “el PNV va a estar aportando lo mejor que sepa para que las cosas vayan bien, pero eso no quiere decir que tenga que decir amén a todo”.

Esta conversación se produjo en puertas de que el presidente español lleve hoy al Congreso de los Diputados la prórroga del estado de alarma hasta el 9 de mayo, y también se produjo en pleno enredo por los acuerdos de reconstrucción que pretende articular para superar los efectos sociales y económicos de la pandemia, y que ahora no se van a canalizar a través de una mesa de partidos extraparlamentaria, sino a través de una comisión en el Congreso cuando había apalabrado lo contrario con otros partidos. El PNV no plantea objeciones al formato que, de hecho, le puede beneficiar porque está más tasado y controlado que una mesa de partidos, pero le afea la improvisación, y quiere que quede claro que no se van a vulnerar las competencias vascas. Según las fuentes consultadas por DNA, Sánchez no dio más detalles sobre esa comisión, pero “sí garantizó no vulnerar competencias autonómicas”. Esta duda corroe al PNV desde que se pusieron en circulación los pactos de reconstrucción, porque se ha especulado con foros sectoriales para tratar sobre la sanidad o las políticas sociales, que son competencia vasca. Sánchez prometió ayer que no va a cruzar la línea. El PNV ha mostrado sus recelos por cómo se ha manejado Sánchez desde su mando único, donde ha dilapidado buena parte de la confianza que habían depositado en él sus socios de investidura. Ortuzar le pidió ayer que abra un diálogo con las comunidades autónomas para “no pisar callos a nadie” y evitar encontronazos.

En cualquier caso, en una entrevista concedida a Radio Popular, Ortuzar evitó hacer demasiada sangre con el mando único porque “esa agua ya es pasada y no mueve molino”, la situación actual es la que es y “hay que intentar salir adelante” porque los datos sanitarios están arrojando algo de luz al final del túnel.

Sobre la comisión en el Congreso, Ortuzar aseguró que él mismo pidió un esfuerzo a Sánchez para que se atrajera al PP porque es el principal partido de la oposición, pero le recrimina que diera por cerrada una convocatoria de la mesa antes de citarse con Casado y que después rectificara por no tenerlo todo cerrado y cambiara el formato.