Bilbao - Desde Madrid, Pablo Casado ha sentenciado prácticamente a muerte a la sucursal del PP en la comunidad autónoma en puertas de las elecciones vascas del 5 de abril. Ha provocado a Alfonso Alonso los dos peores contratiempos que le podían surgir al PP en una contienda electoral vasca: que se presente como un partido sin autonomía teledirigido desde Madrid por haberle impuesto los términos de la coalición con Ciudadanos, y que el peso del partido naranja se sobredimensione, de manera que el PP ponga la alfombra roja para que entre en el Parlamento Vasco una formación que critica abiertamente el Concierto Económico y la foralidad, herramientas que había defendido todo este tiempo Alonso como señas de identidad propia. El PNV alertó ayer contra un PP vasco al que “Génova ha impuesto la alianza con Ciudadanos” y que, por lo tanto, “se arrima a quienes hablan de cuponazo y dicen que el Concierto Económico es un privilegio y hay que acabar con él”, sentenció.
La presidenta de la ejecutiva del PNV en Bizkaia, Itxaso Atutxa, se expresó en esta clave en el 40 aniversario del batzoki de Abando, donde avisó de que “Alfonso Alonso se presenta con Inés Arrimadas”, se “arrima a quienes defienden que las competencias de educación y sanidad tienen que volver al Gobierno español”, y está “supeditado a lo que dicen Casado y Arrimadas desde Madrid”.
El PP quería disputar votos al PNV, pero esta situación lo deja ya en una desventaja absoluta y refuerza a los jeltzales, que en los últimos años han recibido un importante flujo de voto refugio por parte de sectores moderados que defienden el autogobierno. El propio Alonso buscó en el pasado una alianza con C’s pese a su discurso antiforalista, y ahora critica el pacto cocinado en Madrid porque la presencia de los naranjas es excesiva.
A la espera del desenlace de la pugna y mientras sobrevuela la dimisión de Alonso, esta situación pone la campaña en bandeja a sus rivales, porque el PP quedará retratado junto a un partido que critica la autonomía fiscal vasca, la piedra angular del autogobierno y la que permite fijar y recaudar impuestos para inyectar dinero y diseñar políticas propias. Todo ello, aunque C’s haya intentado modular su discurso y matice que su problema es el cálculo transparente del Cupo. Para otros, lo que pide entre líneas es que Euskadi pague más al Estado.
dardo a bildu Atutxa recordó que el PP ha criticado la negociación de transferencias, aunque en ese punto también lanzó un recado a la izquierda abertzale. “Como el acuerdo lo ha conseguido el PNV, a EH Bildu le parece fatal. Dicen que llega tarde, y es curioso que sea el argumento de quienes durante 40 años no han hecho más que poner palos en la rueda. Los que hoy nos acusan de conducir el país con el freno echado son los mismos que han ido marcha atrás durante cuatro décadas. Hoy no saben si quieren desconectarse de España o ir a Madrid a lucir palmito y pisar moqueta”, cargó. Les reprochó que consideren ahora insuficientes los términos del traspaso de Prisiones y Seguridad Social cuando lo aprobaron en el Parlamento Vasco. “La autocrítica a los demás es el único deporte nacional de EH Bildu”, criticó. Atutxa puso en valor el calendario con todas las transferencias como un “paso histórico” y una muestra de construcción nacional de Euskadi “día a día”. Apostó por apretar a Madrid para que lo cumpla.
Por otro lado, el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, apremió al presidente Sánchez para que presente los Presupuestos antes del 30 de marzo, porque no tendría sentido aprobarlos más allá del 30 de junio. Se expresó de ese modo en RNE porque, si excede el plazo, se van a solapar las Cuentas de este año con las de 2021, que serían registradas en el Congreso el 30 de septiembre. Supondría que las Cuentas de este año no estén vigentes ni seis meses.