MADRID - La derecha española escudriña todos los movimientos de Pedro Sánchez en busca de un pretexto que le permita desgastar su acción de gobierno. Ayer le tocó nuevamente al calendario de transferencias, obviando por completo que responde al cumplimiento de una ley como el Estatuto de Gernika. Trataron de presentar el traspaso de la Seguridad Social como la antesala de la ruptura de la caja única de las pensiones, cuando no es así y tampoco se ha materializado aún el traspaso. Es uno de los argumentos predilectos del PP, que ya aprobó durante la anterior legislatura una moción en el Senado donde rechazaba la negociación de los traspasos. Tanto el PP como Ciudadanos recurrieron a la hipérbole para presentar al presidente español como un títere en manos de sus socios nacionalistas vascos y catalanes. El PP opinó que la negociación de la gestión del régimen económico de la Seguridad Social es un hecho "gravísimo y sin precedentes"; el gallego Núñez Feijóo llegó a acusar al socialista de negociar "cosas ilegales" con los gobiernos vasco y catalán; y la portavoz de C's, Inés Arrimadas, opinó que está dando herramientas para declarar la independencia.
La sobreactuación fue la nota dominante. Los gobiernos vasco y español van a negociar en 2021 la gestión del régimen económico de la Seguridad Social, es decir, el traspaso de los funcionarios y los edificios para que Euskadi sea una ventanilla, pero no podrá fijar la cuantía de las pensiones, porque el Estado seguirá reteniendo la potestad para garantizar el sistema y la unidad de caja. A pesar de ello, la derecha española se tomó lo sucedido ayer como un paso hacia la ruptura paulatina de la caja. El Gobierno español daba por descontada esta crítica. En el futuro, si el PNV planteara una reforma estatutaria con un sistema propio de pensiones, se enfrentaría a la oposición no solo de la derecha, sino de los sindicatos y de Unidas Podemos.
críticas El PP se tomó lo sucedido como un hecho muy grave, porque la comunidad autónoma ya cuenta con una autonomía económica importante. Recauda y fija sus propios impuestos con el Concierto Económico, y la Seguridad Social es a grandes rasgos el único asunto de enjundia a nivel financiero donde se ve supeditada al Estado. En ese contexto, Casado acusó a Pedro Sánchez de dar "un paso más en el desmantelamiento del Estado". El popular dijo en un tuit que Sánchez "sigue pagando el precio de su investidura a costa de la igualdad de los españoles". "Transferir la gestión de la Seguridad Social al País Vasco es el avance para romper la caja única y compromete el futuro de las pensiones", dijo. El portavoz adjunto del PP en el Congreso, Mario Garcés, no tuvo otra que reconocer que el traspaso se ciñe a los funcionarios y los medios materiales, pero forzó la interpretación de que esto provocaría la "práctica desaparición" del Estado, un hecho "de consecuencias gravísimas".
Desde Galicia, Alberto Núñez Feijóo, identificado como uno de los barones más moderados y cercanos al autogobierno, tampoco moderó sus palabras, y opinó que negociar este traspaso es un hecho "sin precedentes y gravísimo". "No es razonable esta transferencia negada de forma sistemática por todos los gobiernos de España. En el país habrá dos tipos de ciudadanos. Mientras el Gobierno central está negociando cosas ilegales con el Gobierno vasco y el Gobierno independentista de Cataluña, aquí no paga la deuda a los gallegos", lanzó el presidente gallego.
El PP de la CAV no se desmarcó de estas críticas. Alfonso Alonso se declaró preocupado en RNE porque este traspaso puede ser "el principio de la ruptura" de la caja. Desde C's, Inés Arrimadas criticó en Antena 3 que "el Gobierno ha ido dando herramientas" a los nacionalistas "para que cuando vuelvan a declarar la independencia" lo tengan fácil. Vox ha registrado una moción en el Congreso para rechazar el traspaso de las prisiones y "suscribir una declaración institucional en la que se rechacen las relaciones que el PNV, Bildu y las formaciones políticas ilegalizadas a las que suceden han mantenido con ETA".
la izquierda La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, de Unidas Podemos, defendió los términos del traspaso, pero blindó la caja única a futuro. "La caja única va a quedar como está y será el pulmón que garantiza la solidaridad", dijo a Antena 3. El secretario general de UGT, Pepe Álvarez, también avisó de que la caja "no es ni discutible ni negociable".