Ayer se oficializó la salida del movimiento Anticapitalistas de Podemos, el partido que contribuyeron a fundar en 2014 y con el que mantuvieron numerosas discrepancias casi desde los primeros éxitos morados hace seis años. Así, los miembros de la corriente que abanderaban Teresa Rodríguez y Miguel Urbán, conocida como anticapis, se encontraban enfrentados al secretario general Pablo Iglesias y a su dirección desde tiempo atrás, aunque en los últimos meses el conflicto se había recrudecido por la estrategia de Unidas Podemos y las diferencias eran ya irreconciliables. El detonante del cisma fue la decisión de Iglesias de apostarlo todo a entrar en un Gobierno con el PSOE, lo que finalmente ha sucedido.
La escisión de los anticapis, que todavía debe ser aprobada este domingo por sus órganos de dirección y el próximo 28 de marzo por su militancia, se ha llevado a cabo de forma pacífica y de común acuerdo con la Ejecutiva de Iglesias, y se ha precipitado tras el anuncio de Teresa Rodríguez de renunciar a revalidar su liderazgo en Andalucía para proceder a la creación de un nuevo partido. Con ella, también abandona Podemos Miguel Urbán, el otro rostro visible de Anticapitalistas.
Esta corriente, liderada en un principio por antiguos militantes de Izquierda Unida, ha sido crítica desde el principio con gran parte de las actuaciones de Podemos y se ha situado mucho más a la izquierda que la dirección morada. Por ello, han plantado cara al sector oficial en los dos congresos de la formación, conocidos como Vistalegre I y Vistalegre II. En este último cónclave, celebrado en febrero de 2017, recabaron el apoyo del 13% de los afiliados. Sin embargo, y a la hora de la verdad, no disponían apenas de influencia sobre la militancia, que refrendó en un 97% la decisión de entrar en el Ejecutivo de coalición el pasado noviembre.
De esta forma, y si bien los anticapitalistas llegaron a liderar el partido en varias comunidades autónomas, actualmente su presencia se limitaba principalmente al equipo de Teresa Rodríguez en Andalucía y al puesto de Miguel Urbán en la Ejecutiva estatal como secretario de Memoria Histórica. A este último se le atribuye haber propuesto el nombre de Podemos para la incipiente formación a comienzos de 2014, año en el que el partido protagonizó su irrupción con cinco escaños en las elecciones europeas.
De cualquier manera, Urbán ha acordado con Iglesias mantener su acta de eurodiputado y seguir dentro del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea (GUE), cuando se consume la ruptura de los anticapitalistas con el partido morado, al igual que Teresa Rodríguez, que también seguirá en su escaño del Parlamento andaluz dentro de la coalición Adelante Andalucía, a pesar de haber confirmado ya su decisión de abandonar el liderazgo de Podemos en la región y de formar un nuevo partido.
pieza clave en la fundación No se debe olvidar que los anticapitalistas fueron una pieza indispensable para que Podemos lograra echar a andar hace seis años, ya que aportaron su estructura, recursos y bases para hacer frente a la primera cita electoral en mayo de 2014. De hecho, tanto Urbán como Rodríguez, entonces miembros del partido Izquierda Anticapitalista -escisión de IU-, acompañaron a Iglesias en el acto de presentación de la formación morada que se celebró el 17 de enero de 2014 en el Teatro del Barrio de Lavapiés.
Poco después, en las elecciones europeas de mayo, la propia Rodríguez se convirtió en una de los cinco primeros cargos públicos de Podemos, al conseguir escaño de eurodiputada en el Parlamento Europeo, junto al líder morado y al ahora portavoz en el Congreso, Pablo Echenique, que en un primer momento se encuadró también en la corriente anticapitalista.