madrid - Pedro Sánchez presentará en verano los Presupuestos Generales del Estado para 2020 en el Congreso de los Diputados una vez que tenga atados los apoyos parlamentarios necesarios, con la mirada puesta especialmente en ERC. El presidente del Gobierno español no quiere dar un paso en falso y para ello necesita asegurarse de que Esquerra no presentará una enmienda a la totalidad a su proyecto presupuestario ni tampoco apoyará las que presenten otros partidos.
La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, insistió ayer en que el proyecto de Presupuestos se llevará al Congreso "lo antes posible" pero con la garantía de que puedan ser tramitados, ya que el objetivo es que esté aprobado "antes de que finalice el verano". El Consejo de Ministros aprobó un límite de gasto no financiero de 127.609 millones de euros, lo que supone un 3,8% más respecto al presupuesto base de 2019, que será la base para la elaboración de las cuentas de este año. Además fijó el objetivo de déficit público para 2020 en el 1,8% del PIB.
La intención inicial de Sánchez era presentar el borrador presupuestario en marzo, con la idea de aprobarlo en el parlamento español en junio. Sin embargo, la situación política en Catalunya trastoca la hoja de ruta del presidente español, sobre todo a raíz del anuncio del president Quim Torra de que convocará elecciones después de aprobar los presupuestos catalanes, aunque sin poner una fecha a ninguna de las dos cosas.
ERC condiciona su respaldo a los Presupuestos del Estado a la evolución de la mesa de negociación bilateral entre el Gobierno español y el Govern catalán. Esquerra necesita avances en este foro, porque es el trofeo arrancado al Gobierno español a cambio de su apoyo a la investidura y necesita que dé frutos para poder presentarlos en Catalunya con miras a las elecciones autonómicas catalanas.
Pero Junts per Catalunya (JxCat), el partido de Torra, no tiene mucha prisa y prefiere jugar con los tiempos para acompasarlos a su estrategia electoral. Todo ello en un ambiente claramente electoral, -a pesar de que aún no hay fecha para los comicios- y en una escalada creciente de divergencias cada vez más notorias entre ambos partidos, socios en el Govern.
Como ya ocurrió con el proyecto presupuestario de 2019, que finalmente decayó, Sánchez vuelve a depender de ERC para la aprobación de las cuentas. Sin ellas las horas de la legislatura estarían contadas y se repetiría la situación del año pasado en la que los republicanos, entre otros, dejaron caer por inanición presupuestaria al Gobierno de Sánchez y el presidente español se vio obligado a convocar nuevas elecciones generales para abril.
llamada al pp La ministra también interpeló al PP para reclamarle que permita la tramitación de las cuentas en el Congreso. "El Partido Popular conoce la urgencia y la necesidad de dotarnos de un nuevo marco presupuestario. Podrán gustar más o menos estas cuentas pero deben permitir que se tramiten para que luego se puedan introducir enmiendas", subrayó Montero tras hacer un llamamiento conjunto a todas las fuerzas políticas porque no se puede seguir con unos presupuestos prorrogados desde los tiempos del ministro Cristóbal Montoro y el presidente Mariano Rajoy.
"Siento no poder afinar más (el calendario)", señaló Montero, tras recordar que el Ejecutivo no tiene garantizada la mayoría absoluta y "habrá que negociar para ver si hay aceptación del trámite y si se rechazan posibles enmiendas a la totalidad". Para ello incidió en que el Ejecutivo mantendrá reuniones preliminares con los partidos políticos, que serán las que marquen la fecha para presentar el proyecto presupuestario.
En principio, los partidos que podrían facilitar la aprobación de los Presupuestos son aquellos que respaldaron la investidura de Sánchez: además de los socios de gobierno, PSOE y Unidas Podemos, Más País, PNV, BNG, Nueva Canarias, Teruel Existe y, en su caso, ERC.