madrid - La próxima cita con las urnas en Catalunya ha provocado que el Gobierno de Pedro Sánchez se enredara durante toda la jornada de ayer con cuándo celebrar la mesa de diálogo, y solo después de la presión ejercida desde ERC rectificó sus planes iniciales de posponerla para una vez se hubieran celebrado las elecciones. Eso sí, Moncloa sigue sin aclarar el momento concreto en que se podrá iniciar ese foro. Después de que los republicanos censuraran el "flagrante incumplimiento" del acuerdo con el PSOE tras el pacto cerrado para investir al líder socialista, el Ejecutivo español tuvo que emitir un comunicado donde se señalaba que "para descartar cualquier duda respecto" a su "voluntad de dialogar", manifiesta su "disposición a celebrar la mesa de diálogo entre gobiernos acordada antes de las elecciones catalanas" que prevé convocar Quim Torra una vez se hayan aprobado los presupuestos en el Parlament.
Desde el Gabinete de Sánchez se consideró que "a lo largo del día de hoy se ha puesto en duda" su "voluntad de dialogar", su compromiso de "cumplir con los acuerdos pactados". Ahora bien, con todo, desde Moncloa resaltaron que con "el horizonte electoral decidido por Torra, no se dan las mejores circunstancias para iniciar el diálogo entre gobiernos cuando uno de ellos ha puesto punto y final a la legislatura" y el nuevo Govern "no podrá constituirse hasta la celebración de las elecciones anunciadas" que como pronto serán a finales de mayo o junio.
La rectificación exprés muestra que la iniciativa de aplazar la mesa, que nadie había reclamado, no estaba pactada con Esquerra y generó un incendio político de grandes dimensiones, ya que estaba en juego la estabilidad del Gobierno y sobre todo podía hacer inviable los Presupuestos Generales del Estado, donde el apoyo republicano es básico. "No ha sido por la presión de ERC, ha sido el convencimiento político", templó la portavoz socialista en el Congreso, Adriana Lastra. Además, pese a las intenciones de retrasar esa mesa bilateral, Sánchez mantenía su cita con el president para el próximo jueves, pero enmarcándola en "la necesaria relación" entre administraciones para resolver los problemas urgentes de la sociedad catalana y su gabinete ponía como ejemplo las consecuencias de la borrasca Gloria; mientras que el foro de diálogo se dejaba hasta que hubiese nuevo jefe en la Generalitat, siendo él quien se siente con Sánchez.
Mediante un comunicado, ERC consideró un "incumplimiento flagrante del acuerdo y una irresponsabilidad absoluta" la decisión primera del Gobierno del Estado de retrasar el diálogo. El partido de Oriol Junqueras cree que "quedan muchos meses para las elecciones" y que en el cónclave entre presidentes del 6 de febrero hay que poner "fecha inminente" a esa mesa. Igual de claro se pronunció el presidente del grupo parlamentario de Esquerra en el Parlament, Sergi Sabrià, en un escueto mensaje a través de las redes sociales. A su entender, "es urgente abrir la vía política" y las elecciones planteadas por Torra no deben ser un obstáculo para iniciarla. Paralelamente, el propio president advirtió al Ejecutivo de Sánchez de que su cita tiene que ser para debatir sobre el conflicto y que llevará a ese encuentro el derecho a la autodeterminación. "Estamos convencidos de que el presidente Sánchez no cerrará ninguna puerta al diálogo en este encuentro ni excluirá ningún contenido", señalaron desde Presidència de la Generalitat después de que en la conversación entre ambos del 9 de enero se dejara claro que su reunión debía servir para encarrilar la mesa.
A nadie se le escapa que de frustrarse este contenido Torra aprovechará para explicitar públicamente que desde Moncloa no hay interés en superar el conflicto ni intención de convocar una mesa entre gobiernos a corto plazo y en la que ERC puso de su parte para facilitar la investidura del socialista. Por lo que la baza que se reservó el president de fijar la fecha de las elecciones una vez se aprueben las cuentas catalanas puede beneficiar en la proyección electoral al mundo posconvergente en perjuicio de Esquerra. Las fechas son especialmente sensibles puesto que Sánchez necesita el apoyo de ERC para aprobar los Presupuestos y es consciente de que, en plena campaña, ese respaldo será más difícil. Para su Gabinete lo mejor serían unos comicios rápidos, en abril, o ya después del verano, para que no afectasen a la posición de los republicanos en la votación en el Congreso, que Sánchez querría para junio.
el pnv se vio con artur mas Por otra parte, el PNV mantuvo el pasado miércoles un encuentro con el expresident Artur Mas y una cena con David Bonvehí, máximo dirigente del PDeCAT, durante la jornada en la que la delegación jeltzale visitó a los presos soberanistas en la cárcel de Lledoners. El presidente del EBB, Andoni Ortuzar, acompañado por Joseba Aurrekoetxea, y por el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, se entrevistó por un lado con Oriol Junqueras y Raúl Romeva; por otro con Josep Rull, Jordi Turull y Joaquim Forn; y después con Jordi Sànchez.