Pamplona - Cinco meses después de la investidura, el Gobierno de Nafarroa ha conseguido poner velocidad crucero a su gestión y sentar las bases de lo que lleva camino de completar sin sobresaltos la legislatura, pese a estar en minoría parlamentaria. El pacto fiscal suscrito justo antes de Navidad y el preacuerdo presupuestario alcanzado con EH Bildu -un acuerdo limitado “al ámbito social y económico”- despejan sin duda el camino al Ejecutivo que comparten PSN, Geroa Bai y Podemos con el apoyo externo de Izquierda-Ezkerra, dan continuidad a las políticas progresistas del periodo 2015-19 y vuelven a dejar a todas las derechas fuera de las principales decisiones políticas de la Comunidad. Razones de peso para que la satisfacción invada las dependencias del Palacio foral.
“Quiero poner en valor el preacuerdo entre el Gobierno y EH Bildu, que va a permitir afrontar los retos que tenemos en términos de progreso económico, de derechos de la ciudadanía, de cohesión territorial, de igualdad entre hombres y mujeres, entre otras muchas cuestiones y da estabilidad al conjunto de la población y al Gobierno”, comentaba ayer, visiblemente feliz, el vicepresidente primero Javier Remírez.
El número dos del Ejecutivo de Chivite destacó que tener Presupuestos era “un objetivo político” de este Gobierno y supone “un logro político pero no para este Gobierno y ni siquiera para las fuerzas que lo sustentan, ni para EH Bildu, sino para todos los ciudadanos de Navarra”. “No estamos gobernando para una parte de la sociedad, sino para todos y yo creo que incluso muchísimos votantes de Navarra Suma celebran que haya estabilidad política y que Navarra avance”. - Javier Encinas