LA exhumación de Franco para trasladar sus restos mortales del Valle de los Caídos al cementerio de El Pardo ha resucitado los bulos que reivindican el supuesto legado del dictador en las redes sociales.

Creó lA SEGURIDAd SOCIAL Aunque es cierto que con Franco se acuñó el nombre de “Seguridad Social”, el origen de las políticas de protección social es muy anterior a la dictadura. Además, el imperfecto modelo de prestaciones que después implantó el régimen estaba muy lejos del sistema redistributivo que conocemos hoy.

Las primeras prestaciones que percibieron los españoles surgieron de la Comisión de Reformas Sociales constituida en 1883. El régimen franquista amplió el catálogo (con seguros de enfermedad y de vejez e invalidez) y, ante las discriminaciones y desequilibrios financieros que provocaron las nuevas mutualidades laborales por sectores, intentó integrar los diferentes mecanismos de protección a través de una Ley de Bases de la Seguridad Social, que fue aprobada en 1963 y dio nombre al sistema actual. Pero este modelo era desequilibrado y tenía duplicidades, mantuvo las cotizaciones alejadas de los salarios reales de trabajadores y estuvo infradotado. Así, el gasto social se mantuvo prácticamente estancado entre 1945 y 1965.

El franquismo tampoco estableció impuestos progresivos, ni transferencias a la Seguridad Social, ni servicios sociales universales, como ocurría en las democracias europeas. Como resultado, España se distanció de todos estos países y, en 1966, solo Portugal, que también era una dictadura, tenía unos niveles de gasto social tan bajos.

CON ÉL NO HABÍA PARO Es falso que el desempleo en España fuera inapreciable durante el franquismo. Los datos de la época presentan un paro ínfimo (de apenas el 2,1 % en 1964, según la primera Encuesta de Población Activa) porque no reflejan la realidad: no tenían en cuenta la participación real de la mujer en la población activa, ni el subempleo agrario ni el éxodo de parados a otros países europeos.

En cuanto a las mujeres, a principio de los años 60 desaparece la prohibición de registrarse como paradas, pero no solían hacerlo. La dictadura consideraba una anomalía el empleo femenino y los censos identificaban habitualmente a la mujer como ama de casa aunque fueran la fuente principal de ingresos familiares y trabajara en la agricultura, la industria del calzado, el textil... o incluso como cigarrera en la Fábrica de Tabaco de Sevilla.

iNVENTÓ VACACIONES PAGadas Llegaron antes. En la España de 1918, una ley otorgaba 15 días al año de ausencia laboral a empleados públicos, maestros y militares. Y, en 1919, otra norma concedía un mes de permiso remunerado a oficiales de la marina mercante.

El concepto de vacaciones pagadas se aplicó por vez primera con la Segunda República. Tras la Guerra Civil, tuvieron que pasar cinco años hasta que Franco regulara este derecho. Y lo hizo con un decreto en 1944 en el que reafirmaba la concesión de un “permiso anual retribuido al menos de siete días laborales ininterrumpidos”.

Fue tras la muerte de Franco cuando se amplió a 21 días la “duración mínima de las vacaciones” con la ley de Relaciones Laborales de 1976 y a 23 días con el Estatuto de los Trabajadores de 1980. El actual mes de vacaciones fue garantizado por el Gobierno de Felipe González en una norma de 1983 bautizada con un nombre muy elocuente: “Ley de fijación de la jornada máxima legal en cuarenta horas y de las vacaciones anuales mínimas en treinta días”.

Metió a españa en la onu Más bien al contrario: precisamente por estar sometida al régimen de Franco, España tardó 10 años más que Francia y el Reino Unido en formar parte de las Naciones Unidas.

En 1946 la ONU recomendó la exclusión al Gobierno español de Franco como miembro de los organismos internacionales establecidos por las Naciones Unidas” hasta que se instaure en el país “un gobierno nuevo y aceptable”.

La Asamblea General de la ONU aprobó en noviembre de 1950 la resolución que revocaba tanto la recomendación de impedir que España fuera un país miembro como la de retirar a los embajadores acreditados en Madrid. - Efe