madrid - Los puentes de diálogo entre el Gobierno español y la Generalitat catalana han terminado de saltar por los aires tras la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes políticos y sociales encarcelados por el procés y los graves disturbios registrados a diario durante la semana pasada en Barcelona y otras ciudades de Catalunya. Pedro Sánchez ha decidido romper con Quim Torra y trata de aislarle pese a la gravedad del momento por el repunte de la violencia en las protestas contra la sentencia. En un claro gesto de ruptura ayer ni siquiera levantó el teléfono a la llamada del president catalán en la que pretendía emplazarle de nuevo para dialogar. En Moncloa le han respondido que el presidente del Gobierno estaba reunido y que no se podía poner, pero que tratarían de realizar el contacto más adelante.
Según fuentes de Moncloa, le han respondido que el presidente del Gobierno estaba reunido y que no se podía poner, pero que tratarían de realizar el contacto más adelante. Se repite así la misma secuencia de este pasado sábado, cuando Sánchez y Torra no llegaron a hablar por teléfono pero Moncloa hizo saber, a través de la prensa, que no se produciría esa conversación hasta que el presidente catalán no condenase “rotundamente” la violencia.
A tres semanas de las elecciones generales del 10-N y con el tema catalán en el centro del debate político y electoral, las probabilidades para un contacto presencial o telefónico entre los dos mandatarios son remotas en los próximos días. En Moncloa han rehusado contestar a las llamadas del dirigente catalán, como ya hicieron el sábado en un episodio que acabó con el cruce de un comunicado de prensa del Gobierno español emitido por WhatsApp y una carta de réplica del president de la Generalitat. Aseguran que no responderán a Torra mientras no condene “de forma rotunda, sin matices ni equidistancias” los episodios de violencia y no apoye expresamente a la policía española e incluso a los Mossos d’Esquadra, después de que hayan resultado heridos 288 policías, 153 mossos, 134 de la Policía española y un policía municipal.
Moncloa considera insuficientes y tibias las condenas de Torra a la violencia de estos últimos días y le acusan de no haberse desmarcado claramente de los altercados, que el Ejecutivo español atribuye la violencia a sectores más radicales del independentismo y a grupos incontrolados procedentes en algunos casos de otros países. La Generalitat sitúa a grupos antisistema detrás de los altercados.
El Gobierno español volvió ayer a lanzar la misma advertencia, un día después de que Torra remitiera una carta a Sánchez ante la negativa del presidente español a responder sus llamadas telefónicas. El president catalán calificó de “irresponsable” a Sánchez y reprochó que le diera “lecciones” en materia de lucha contra la violencia y le espetó que siempre ha rechazado “todas” las violencias. En la misiva le mostró su disposición a dialogar con el Gobierno, pero no solo de la violencia sino una negociación abierta a todos los temas, también sobre “el derecho legítimo de Catalunya al ejercicio de autodeterminación”.
Antes de la última llamada a Moncloa, Torra escribió ayer un tuit en el que expresaba su preocupación por una mujer herida en los disturbios y que está ingresada en el hospital y por el agente de la Policía española, que resultó herido muy grave tras ser alcanzado por un rodamiento metálico lanzado por un tirachinas modificado, que le atravesó el casco. La portavoz de JxCat Laura Borràs acusó ayer a Sánchez de falta de voluntad de reunirse con Torra. “Ni quiere ni sabe ni puede decir qué piensa hacer para resolver el problema político más importante de la historia reciente de España”, subrayó. A su juicio, la petición de Sánchez a Torra de que condene la violencia es “poner excusas y paliativos” a hablar con el president, que siempre ha condenado la violencia, apostilló.