Madrid - Pasados los minutos basura que han sido los últimos días de la brevísima legislatura -sin ningún intento ni acercamiento de última hora que a buen seguro hubiera resultado inútil para desbloquear la situación-, hoy se termina el tiempo para llegar a un acuerdo para formar Gobierno, con la resignación total con la que han asumido desde hace tiempo los partidos la repetición electoral y con la maquinaria de campaña ya a todo trapo. Así, vence el plazo oficial y mañana mismo el BOE publicará la disolución de las Cortes y la convocatoria de comicios generales.

Ante la etapa política que se abre hasta el 10 de noviembre, el presidente en funciones, Pedro Sánchez, ya se ha puesto el traje de campaña para reivindicarse ante el electorado como el voto útil y pedirle una mayoría fuerte que le permita, esta vez sí, formar Gobierno. En una carta a las bases socialistas, Sánchez pide “movilizar a todos los progresistas”, tanto a los que apostaron en abril por el PSOE como a los que lo hicieron por otras formaciones, para romper el “bloqueo” y la “inestabilidad”, y formar un Ejecutivo “progresista”. Asimismo, se reivindica como la “izquierda moderada” que defiende el orden constitucional.

El líder socialista cree que para lograr reforzar su resultado en las urnas no le va a ser necesario realizar algún viraje en el mensaje o en su posicionamiento en el tablero político. Así, asegura que no va a hacer “ningún cambio ideológico ni fingir nada” durante la campaña. En la misma línea, Sánchez reclama a los simpatizantes del PSOE que no miren “hacia los lados” -en referencia a opciones a izquierda y derecha como Unidas Podemos o Ciudadanos- e intenta de esta forma adoptar una posición central que le sirva para atraer votantes de distintos signos. “Tenemos que conseguir que los españoles envíen el 10 de noviembre un mensaje aún más alto y más claro, para que nadie pueda volver a ignorar su voluntad de alcanzar un Gobierno progresista, estable y coherente”, argumenta el presidente.

Pedro Sánchez no elude en su misiva las amenazas a las que se enfrenta el Estado español a corto y medio plazo, entre las que menciona la hipótesis de un Brexit duro, la recesión económica que se avecina sobre la economía internacional y la gestión de la convivencia en Catalunya tras la sentencia del procés. Ante dichos retos, ve más necesario que nunca un Ejecutivo “estable” y “solido” que construya sus bases sobre el documento de 370 medidas que los socialistas intentaron vender a Unidas Podemos en la negociación fallida y que a juicio de Sánchez encarna la moderación. “Debemos comportarnos como lo que somos: una izquierda moderada que defiende la Constitución y el Estado de las autonomías. Una izquierda reformista que combate la injusticia sin embarcarse en aventuras”, añade.

Por otra parte, el líder socialista se dedicó a atacar a Pablo Iglesias, al que acusó de bloquear la formación de un Ejecutivo estable. “Al no aceptar las condiciones de Unidas Podemos decidieron impedir la formación de un Gobierno socialista por cuarta vez, en un caso único en Europa”, critica.