pamplona - La presidenta del Gobierno de Navarra, María Chivite, fue increpada ayer en el que fue su primer acto como máxima institución de la Comunidad Foral. Ocurrió al final del XIX homenaje a Francisco Casanova, asesinado por ETA el 9 de agosto del año 2000. Tras finalizar los discursos y homenajes joteros y cuando la presidenta se disponía a abandonar la plaza Eguzki de Berriozar, un reducido grupo de exaltados se acercó a Chivite para acusarla de “traidora” y de que su partido, el PSOE, había también traicionado a las víctimas. No se produjo ningún incidente grave y la presidenta pudo abandonar el lugar acompañada por sus escoltas, e incluso tuvo tiempo para comentar lo sucedido: “Llevo diez años viniendo. Puedo comprender el enfado, pero la instrumentalización de las víctimas, no. No sé si a la familia de Isaías Carrasco le gustarán mucho estas cosas”. Chivite estuvo acompañada por el vicepresidente Javier Remírez; la consejera de Hacienda, Elma Saiz; la consejera de Relaciones Ciudadanas, Ana Ollo; el inminente director general de Paz y Convivencia, Martín Zabalza; y también el director general saliente, Álvaro Baraibar. Javier Esparza, Enrique Maya, el presidente Miguel Sanz, Yolanda Ibáñez y Sergio Sayas, entre otros, fueron algunos de los cargos de Navarra Suma en el acto, en el que estuvieron Rosalía Saiz, viuda de Casanova, y sus hijos, Javier y Laura, que cantó varias jotas en honor a su padre.

Fue el único momento tenso de un acto que transcurrió con normalidad y en el que Maribel Vals, de Vecinos de Paz, pronunció un discurso netamente político, duro, quizá excesivo en algunos reproches. Vals arrancó asegurando que hay quienes no son bienvenidos, como los miembros del “departamento de la mentira”, como se refirió al de Paz y Convivencia, señalando directamente a la consejera Ollo. Tras lamentar “cuatro años de imposición” en los que algunos tienen “un empeño infame por pasar página”, Vals mostró su “sorpresa mayúscula” porque el PSN se haya echado “en las garras del nacionalismo y los proetarras cometiendo una gran ignominia” en lugar de reunirse en torno a Navarra Suma, frase tras la que hubo aplausos. Y tras repasar la lista de socialistas asesinados por ETA -José Ignacio Ulayar, hijo de Jesús Ulayar, pidió un viva para todos ellos-, Vals le interpeló: “¿Los recuerda, Chivite? Son sus compañeros, a los que ha dejado de lado para echarse esos otros compañeros que no condenan la barbarie etarra”. Después, hizo una defensa de la unión de los constitucionalistas “por encima de siglas”, y al terminar brotó de los asistentes un ¡Chivite, traidora, kanpora! que fue seguido de unos ssshhhh de desaprobación. El acto culminó con el himno de España.- DNA