pamplona - No se apagan los ecos de la investidura de la presidenta navarra, la socialista María Chivite, que se dan a casi 400 kilómetros de Iruñea, en Madrid. La nueva vicesecretaria de Organización del PP y presidenta de los populares en Nafarroa, Ana Beltrán, invitó ayer al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, a acudir al Congreso a dar explicaciones por lo que, a juicio de Beltrán, supone la “traición a Navarra y España”. Sánchez es, según la dirigente, el “máximo responsable” de que se vaya a “imponer” la agenda de “Bildu-Batasuna” en la Comunidad Foral.

Apoyada por el PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezquerra, y la necesaria abstención de EH Bildu, Chivite se alzó como presidenta navarra, una ecuación que sigue levantando ampollas entre las formaciones de derecha. De hecho, y tras severas críticas, tanto el PP como Ciudadanos siguieron ayer azuzando el clima político estatal, totalmente impregnado por lo que acontece en Navarra. Al hilo de las manifestaciones de EH Bildu en la sesión de investidura, en las que aseguró que “tiene la llave del Gobierno”, Beltrán afirmó que será “Bildu-Batasuna” la que “va a mandar y, desde luego, va a imponer sus políticas nacionalistas vascas”. De la misma forma, la dirigente popular agitó uno de los viejos fantasmas de la derecha navarra: la disposición transitoria cuarta, incluida en la Constitución de 1978, que establece un procedimiento para la incorporación de Navarra al País Vasco. No en vano, avanzó que la coalición soberanista se empeñará en “sus políticas anexionistas de nuestra Comunidad Navarra al País Vasco”.

Aplicando el mismo rasero a Geroa Bai, que formará parte del ejecutivo de Chivite con cuatro consejerías, la dirigente del PP afirmó que ambas formaciones “siempre acaban los deberes”, iniciados en la legislatura anterior de Uxue Barkos. Azote de Barkos desde el estrado de oradores del Parlamento navarro, Beltrán incidió en los partidos nacionalistas quieren llevar a cabo “su hoja de ruta: conseguir la anexión de Navarra al País Vasco” y que “sea una provincia más de Euskadi”.

Las críticas de Beltrán en una entrevista a Efe fueron a más. “Eso lo han estado haciendo con la imposición del euskera, con la imposición de la ikurriña, y queriendo echar a la Guardia Civil y a la Policía Nacional de nuestra comunidad, reivindicación histórica de ETA. Y todo eso es lo que ha permitido el señor Sánchez que siga ocurriendo y que vaya a desarrollarse en Navarra”, sentenció. Es por ello que consideró necesario “que el señor Sánchez acuda al Congreso de los Diputados a dar explicaciones de por qué ha traicionado a Navarra y, por lo tanto, a España”, aún y cuando resaltó que los navarros mostraron a las claras que querían sacar de las instituciones y del Gobierno al nacionalismo vasco” al sumar el apoyo del 40% de la ciudadanía a la coalición Navarra Suma formada por UPN, C’s y PP. Por último, Beltrán censuró que Sánchez haya dado oxígeno a los nacionalistas y Bildu “cuando ya estaban absolutamente noqueados. Y de esa traición tiene que dar explicaciones sin falta el señor Sánchez”, se refirió.

“Peligro para el país” La críticas tampoco amainan por parte de Ciudadanos, hasta el punto de que el portavoz adjunto en el Congreso de los Diputados, Edmundo Bal, calificó ayer a Sánchez de “peligro para el país”. Según explicó, el pasado viernes “se perpetró un pacto absolutamente infamante para todos los españoles y para los navarros, en particular”, con la investidura de Chivite. Ese “pacto de la vergüenza”, como lo tildó, habría dejado claro cuáles son los verdaderos “aliados de Sánchez”, según un Bal que copió a su líder, Albert Rivera, para hablar sobre “la banda de Sánchez”, compuesta por “populistas, nacionalistas, separatistas, PNV, Podemos, ERC y, ahora, rompiendo absolutamente todos los límites, Bildu y Otegi”. Es por ello que la portavoz del partido, Lorena Roldán, volviera a repetir que lo acontecido en Nafarroa tan solo sirve para certifica el no la investidura de Sánchez.